Capítulo 35

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Volví a despertarme pero esta vez, me sentía débil, escuchaba voces, no lo lograba decifrar quién me estaba hablando pero ví a Zac mirándome y no había nadie más. Intenté sentarme pero no pude, no tenía fuerza para nada y lo miré en señal de qué había sucedido conmigo.

- Te desmayaste. No deberías alterar mucho, casi pierdes a tu hijo por esto.

- Uh? Casi? Ahora cómo está?

- Bien. Está en buenas condiciones.

- Y Edward? - le pregunté porque es quien lo había visto por última vez antes de desmayarme.

- Tuvo que darte espacio. Se sentía culpable por lo que te pasó. Debe estar hablando con el médico ahora.

- Podrías dejarme sola, por favor? No quiero ver a nadie - le pedí.

Asintió, me dejó sola y cerró la puerta. Volví a acostarme, miraba al techo pensando en las palabras de Edward y cerré los ojos imaginando que acepte el divorcio sin problemas y que hagamos el pacto. Puse mi mano en la panza, se sentía un poco abultada. Estaba a punto de perder a mi bebé, cerré los ojos preocupada pero a la misma vez aliviada porque todavía sigue vivo y por miedo de que vuelva a suceder lo mismo y que la próxima vez probablamente pierda al bebé.

Piensa lo positivo. Pronto serás madre.

Sí, seré madre. Podré embarazarme de nuevo sin problemas y experimentaré un montón de cosas. Me dijeron que es el mejor regalo, estoy muy segura que si. Volví en la realidad cuando la puerta se abrió y entró Derek. Sonreí porque a pesar de que no quiero ver a nadie y aún así me alegra ver la cara de Derek.

- Estás bien? - me preguntó con algo de tristeza.

- Sí lo estoy. Pensar en el bebé, se me pasa. Lo siento, Derek - me disculpé.

- Tenemos que hablar.

Mi corazón se dió un vuelco pensando si está pensando lo mismo que yo. Tragué saliva intentando calmarme, asiento con la cabeza mirando al suelo y Derek se sentó a lado mío con una cara muy seria. Parecía pensar mucho el tema antes de hablar conmigo. Lo miré a los ojos esperando que fuera sólo una imaginación mía.

- Hablé con el señor Edward - me dijo directo, me quedé aturdida.

- Qué? Dé que hablaron?

- De muchas cosas. Al final nos pusimos de acuerdo. No vendrá hasta el momento del parto. Cuando nazca el bebé, tienes que volver a tu hogar porque acá no es seguro para el bebé.

Me quedé en silencio, no sabía que responderle y sólo asentí la cabeza porque no quería seguir discutiendo. Lo miré con un poco de tristeza porque cuando intento estar con él, las cosas salen fuera del control y parece que el destino no nos quiere juntos. Volví a acostarme, le dí la espalda, no quería verlo. Sentí su mano acariciando mi pelo, me tensé porque si sigue haciendo esto, me sentiré aún peor. Pero terminó antes, se levantó de la cama y escuché sus pasos hasta que salió de mi cuarto y no lo escuché más.

Te envidio, Becca. Pudiste quedarte embarazada de un hombre que lo ama pero en cambio, yo no. Parece que no puedo estar con Derek.

Me tapé con el almohada, cerré los ojos tan fuerte para sacar estos pensamientos negativos y por suerte, funcionó esta vez. Me desperté asustada porque me pareció oír un golpe muy fuerte y se escuchaba cerca de acá. Me levanté de la cama, abrí un poco la puerta para ver, resultó que no había nada. Suspiré agotada de tanta paranoica que empiezo a escuchar ruidos extraños inexistentes.

Salí del cuarto para comer algo, me estaba muriendo de hambre. No sé cuánto me he quedado dormida y cuando llegué a la cocina, empecé a comer todo lo que había en la nevera. Volteé la cabeza, estaba Carter mirándome extraño desde arriba hacia abajo y luego hacia arriba. Puse los ojos en blanco porque nunca nos llevamos bien. No recuerdo el porqué.

¿Otra vez? ¿Sirvienta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora