Capítulo 14

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¿Por qué no puedo deshacerme de esta cuerda? Realmente es un genio. Mis manos están inmovilizadas, intento romper la cuerda con mis dientes mientras retrodezco para ganar algo de tiempo. Derek no se movía de su lugar, me puse más nerviosa porque no puedo adivinar sus pensamientos ahora. Miro por todos lados si había algo filoso, encontré uno pero está muy arriba y volví a mirarlo, se veía muy tranquilo como conociera todo el lugar y no hay nada. Decidí arriesgarme, corrí como no hubiera una mañana y salté con mis fuerzas. Ahora estoy colgada, no puedo bajarme y miro la cuerda de mis manos. No se rompió nada, empecé a sacudirme para que la cuerda se rompa y fruncí el ceño al ver que no se rompía aún. Apoyé mis piernas contra la pared, intento jalar mis manos y logré bajarme al suelo pero veo que la cuerda estaba como siempre. ¿Qué clase de cuerda es? No se rompe, Derek tiene el cuchillo pero cómo lo saco si tengo manos atadas. Vale la pena intentarlo.

- ¿Qué? ¿Me sacarás el cuchillo? ¿Podrás hacerlo en tu estado así? - me leyó los pensamientos y corrí y me lancé contra él sin dejarlo reaccionar primero. Menos mal que soy veloz.

Caímos al suelo, puse mi pierna encima de sus piernas mientras la otra pierna, puse mi rodilla en su muñeca y mis manos agarraban su otra mano dejándolo inmóvil pero no durará por mucho tiempo, tengo que apurarme. Busco el cuchillo con mi mirada, ví que estaba en su bolsillo de pantalón y me dí cuenta que no tengo mucha oportunidad y él solo reía, se dió cuenta. Trago saliva, muevo la cabeza intentando agarrar el cuchillo con dificultad porque estaba en una posición difícil. Menos mal que soy flexible. Casi llego pero la suerte no duró mucho, su mano movió con fuerza y agarró mis pobres manos atadas. Me jaló para el otro lado, logró subirse encima de mí y puso mis manos arriba de mi cabeza. Me resulta familiar esa escena. ¿Por qué tiene que pasar esto ahora? Estoy totalmente indefensa. Si fuera una persona normal, podría defenderme pero Derek? Es imposible.

- Ahora me vas a decir por qué defiendes a ese hombre, si fuera tu cómplice, lo dejarías morir sin importar qué.

- Ah, tenemos opiniones diferentes. ¿No me ibas a castigar? Investigué todo de tu computadora... Es una cuestión de tiempo que descubran. Si quieres evitar, me tenés que matar y los muertos no hablan, señor Derek.

- ¿Estás muy segura? A ti no te voy a matar porque te conozco demasiado bien pero sí recibirás tu castigo por dos motivos, por hablarme de esta manera desafiante y casi rompes el brazo de mi amigo Carter.

Me quedé en silencio esperando que me castigue, él me miro a los ojos por un tiempo y apretó mis manos aún más fuerte. En un abrir y cerrar los ojos, él arrancó mi ropa haciendo que mi corpiño esté al aire libre y solté un quejido de sorpresa. Intento zafarme de su mano pero es inútil, pensé que me iba a arrancar el corpiño también pero no, su mano apoyó en el suelo y su cabeza se acercaba donde está mi cuello. Sentí sus labios abajo de mi oreja y de repente me succionó obligándome a gritar. Luego, volvió a succionarme en otra área y cerré los ojos porque intenté sacudir mi cuerpo para que salga encima de mí pero fue en vano y ahora sólo tengo que esperar. No sé cuánto tiempo estuvo succionando, ya me estaba doliendo mucho mi pecho y cada vez me sentía un poco agotada. Llegué al límite, tengo que dejar el orgullo por mi propio bien y humedecí los labios para poder hablar.

- D-detente por f-favor - me salió una voz muy aguda intentando respirar con normalidad.

Se detuvo cuando escuchó mi voz, volvió a mirarme y se me acercó, ahora nuestras narices se rozaban. Sacó su cuchillo y cortó la cuerda. Solté un quejido de dolor mientras acariciaba mis muñecas y se levantó de mí alejándose de mí con una expresión fría. Increíble, primero se reía y ahora pone esa cara sin expresión.

- Se terminó tu castigo, el próximo será peor o leve depende de cómo te comportes.

Se fue dejándome sola, me puse de pie atónita mientras me tapaba el pecho, salí corriendo para no toparme con nadie y tuve muchísima suerte y llegué a mi habitación sin toparme con nadie. Veo que había otra bolsa de plástico, esta vez la ropa se ve distinta. Agarré la bolsa y entré al baño mientras cerraba con llave. Me saqué el vestido mientras bajo la vista y me detuve al ver que tenía muchos chupetones. Me acerqué hacia el espejo para poder ver mejor y tenía un montón de chupetones casi por todo mi pecho, algunos abajo de mi pecho. Es la primera vez que veo tantos chupetones, parecía que tuve una noche muy salvaje.

- Me lo merezco. Es su venganza, no lo culpo pero esto... es demasiado - murmuro hablando sola.

- ¿De qué sirve seguir pensando en eso? El hecho ya está, tengo que ser firme sin importar qué - continúe hablando sola como una enferma retrasada.

Me saqué el vestido, agarré la bolsa y saqué la ropa de adentro de la bolsa y fruncí el ceño porque era ropa típica de una secretaria. Me puse la camisa blanca, abroché los botones mientras me ponía un pantalón ajustado de color negro y por el último tacos altos negros. Agradecí mentalmente porque la camisa me cubre todo el pecho y la ropa de mucama no. Dejé el pelo suelto, salí del baño y estaba Elsa esperándome con la misma ropa que tengo puesto. Tenía una cara muy preocupada. Me tomó de las manos mientras me miraba por todo mi cuerpo como una madre preocupada. Junté mis dos cejas esperando una explicación.

- Me enteré que el señor Derek te castigó, todo el mundo lo sabe ahora - explicó. Los rumores se expanden rápido.

- ¿Qué más se enteraron? - pregunté un poco cansada.

- No, nada, sólo enteramos que fuiste castigada por el señor Derek. Ahora las chicas están diciendo que problabemente estés desfigurada o algo peor. Ya sabes cómo es Derek pero veo que estás bien.

- Sí estoy bien, no fue para tanto, sólo me regañó - miré por otro lado esperando que no descubra que estoy mintiendo y que encuentre algo raro. Elsa asintió con la cabeza y me agarró de la mano y me arrastró.

Llegamos donde está todo el mundo, fruncí el ceño extrañada porque Maddie y Cassie sonreían mucho como si hubieran ganado un premio. Carter aclaró la garganta mientras me miraba mucho con una cara no muy amistosa y Elsa lo vió, me preguntó qué pasaba y me encogí de hombros con inocencia fingida.

- Bueno tengo que darles la noticia. Dos sirvientas personales para el señor Max, serían Elsa y Cassie. Dos para el señor Derek, Maddie y Maddie. Las que sobran, tienen que irse de acá y no son aptas para este trabajo - explicó Carter, Flor y Gina salieron corriendo con lágrimas.

Me entristece por ellas pero era lo mejor porque no sobrevivirán de todas formas. Volteo la cabeza y veo que  Maddie se acerca al señor Derek seductoramente y Cassie también con Max. Solté una risa inconscientemente, todos se me quedaron viendo con el ceño fruncido y Elsa me mira con una cara de qué?

- No... nada, me alivia que no estoy sola. Sabes que es un infierno ser su sirvienta y ahora Maddie me va a acompañar. Sabes que tenés suerte de que seas la sirvienta del señor Max - le doy palmadas en su hombro felicitándola con una sonrisa y la sonrisa de Maddie desapareció.

Max estalló de la risa por mi dicho, Derek le miró con cara de pocos amigos y Maddie se alejó disimuladamente para no meterse en problemas. Camino hacia Maddie con mucha alegría como una niña, tomé su mano y luego sonreí maliciosa.

- Bienvenido al infierno, Maddie. Si estás en problemas, no dudes en decírmelo y te ayudaré con mucho gusto.

- ¿Terminaste? - me preguntó Derek con la mandíbula apretada. Asiento con la cabeza y solté su mano.

¿Otra vez? ¿Sirvienta?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora