Trato

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Unas densas y oscuras nubes grisáceas se levantaban en el cielo de las ya pasadas seis de la tarde en Flipsen House.

Fancy había llegado una vez más a su casa totalmente exhausta, y no precisamente por las instrucciones de su prima, sino por el miedo que la invadía cada vez que estaba sola en Greenhill House. Temía encontrarse con James, y más teniendo en cuenta el suceso que ocurrió en el salón de baile hacía dos días.

Lo extraño fue que desde que él dejó la propiedad, no lo había visto nadie de su familia y todos se habían comenzado a preocupar. Ella se encontraba por un lado, completamente agradecida de no cruzar miradas con este, ya que de ocurrir, muy seguramente se prendería fuego al instante por la vergüenza. Haber practicado con él no hizo más que tentar a su cuerpo y disfrutar del indecente roce hacía que se quisiera golpear la cabeza en la pared, todas las veces que fuese necesario para olvidar aquellas imagenes. Pero muy profundamente también había empezado a experimentar el temor de que realmente le hubiera sucedido algo grave. Era consciente de que Lady Cartwright no era una mujer de confiar y eso le ponía los pelos de punta por alguna razón.

Relájate, debe de estar pasándola bien, como siempre...

Automáticamente tuvo que silenciar sus pensamientos para no volver a imaginarse a Alissa junto a James en una cama, debido a que le provocaba un asco tal que le daban ganas de llorar o gritar, lo que se pudiese primero . Para bien o para mal, no tuvo que esforzarse mucho en distraerse, ya que apenas bajó del coche se encontró a el tío Ferdie esperándola tan recto como un centinela.

-Al fin te decides volver-dijo secamente y se dio media vuelta para entrar en la casa, gesto el cual comprendió al instante como una llamada para que ella hiciese lo mismo.

La antigua construcción estaba bajo un silencio sepulcral, no había iluminación de ningún tipo más que la poca luz que entraba por las ventanas en el día tormentoso, parecía que todos los habitantes se habían esfumado junto con los miembros de servicio y Fancy podía ver únicamente la espalda de su tío caminando hacia su oficina sin emitir palabra. Pudo sentir el frío calando sus huesos por los nervios que la invadían y hasta quiso escapar hacia algún lugar, esconderse y no salir por una semana, pero aquello sería imposible.

Una vez que llegaron a la habitación, Ferdie la cerró estrepitosamente haciendo que sus oídos se quedaran sordos por un momento. Luego se sirvió una enorme copa de brandy y se sentó en su aparatoso asiento de cuero y madera labrados.
El escritorio Flipsen tenía al menos medio siglo y poseía tallados en la gruesa madera cuatro leones con rostro amenazante. En las paredes estaban colgados seis ejemplares de diferentes especies de animales disecados y una enorme alfombra de piel color beige con manchas, pero nunca le interesó saber a qué animal habrían asesinado para crear algo así. Si había una palabra para describir el lugar y en general Flipsen House era la ostentosidad que rozaba el mal gusto absoluto.

El cristal del vaso hizo eco en la silenciosa habitación y ella miró a su tío como un cachorro asustado, a lo cual él respondió con una sádica sonrisa reconociendo en ella el miedo que le tenía.

-Dime, sobrina-las palabras de Ferdie parecían uñas sobre una superficie lisa-¿Cómo te ha ido en la fiesta?¿Por qué no volviste apenas finalizó? Te estuvimos esperando todos ansiosos para saber de tus avances-sus dientes se asomaban creando un rostro macabro y Fancy tuvo que tragarse todo el espanto para responder pausada y tranquilamente.

-Muy bien, tío-le respondió imitando el mismo énfasis que hizo él en la relación sanguínea que compartían-Según la duquesa, fue todo un éxito. Conocí a varios candidatos y pude comportarme como era correspondiente. No volví a casa ya que ella insistió en que me quedase para comenzar con las clases más temprano. Aprendí sobre cómo poder-el golpe de ambas manos del conde sobre la mesa interrumpió su charla y abrió los ojos de par en par por la sorpresa.

Felicidad de una margaritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora