La semana destinada a la celebración del cumpleaños de Fancy se acercaba con suma rapidez y la familia Greenhill-Dulcasse estaba muy emocionada.
Garnet y Laurie dedicaron una semana completa a bordar servilletas y decorar la sala de la mansión con flores, colgantes y telas. También prepararon jugo de manzana, pastelitos con glaseado y dulces de azúcar, mientras que con ayuda de la cocinera creaban un pastel de dos pisos con crema, fresas y chocolate. Esto último había sido todo un reto, ya que Fancy pasaba demasiado tiempo en la cocina y las jóvenes se vieron obligadas a mover su dulce creación de un lado a otro para que no lo viera.
James había propuesto la celebración del cumpleaños de su esposa en secreto para poder sorprenderla con una fiesta privada, debido a que estas eran sus preferidas.
Junto con su hermano y cuñada estaban planeando la distracción, para que los demás tuvieran tiempo de organizar toda la casa. Las mujeres debían tardar lo más posible para que a media noche se le diera la bienvenida al cumpleaños sorpresa.
-¿Entonces yo debo llevar a Fancy por el pueblo durante cuatro horas?-preguntó perpleja Danielle mientras le acomodaba el cuello del vestido a su hija Lilith.
-Ni se te ocurra hacer que mi esposa camine tanto tiempo, está a punto de dar a luz en cualquier momento, James-contestó algo molesto Frederick, quien pensaba que todo el plan de su hermano era bastante apresurado.
-Debemos hacer que Fancy esté distraída hasta medianoche, no se me ocurre otro lugar para llevarla y poder organizar las cosas aquí, lamentablemente no tenemos tiendas ni nada semejante para entretenerla.
Danielle se quejó con un gesto de dolor, su barriga había crecido tanto que apenas podía moverse sin sentir que iba a explotar.
-Tenemos todo el día para pensar, si sólo debe estar distraída unas horas en la noche...ya se nos va a ocurrir algo mejor, sino ella va a sospechar al instante que todo es una farsa-Frederick acotó sabiamente, al mismo tiempo que masajeaba a su adolorida esposa.
A James le apenaba tener que pedirle a Danielle semejante tarea, pero no tenía a alguien más para pedirle algo así, ya que los demás no poseían una buena capacidad actoral ni suficiente creatividad para poder entretener durante mucho tiempo.
Las horas pasaban lentas y James cada vez estaba más y más ansioso por el momento clave de la distracción de Fancy.
La misma se había dado cuenta que él no estaba bien, dado que varias veces tuvo que pedirle que se quedara quieto en la silla en el almuerzo y se vio obligada a aguantarse la risa cuando lo vio dar vueltas por el pasillo como un cachorro persiguiendo su cola.
-¿Qué sucede, cariño? Pareces un perrito asustado-Fancy se le acercó amablemente tendiendole la mano en un gesto compasivo y amoroso. James se puso tenso e intentó no mirar los ojos de su esposa, sabía que si lo hacía eso serviría para tirar toda la fiesta sorpresa por la borda. Ignoró la pregunta como pudo y se alejó un poco de ella para no abrir la boca.
-Tranquila, ma cherie, todo está en orden-su mirada iba y venía por todos lados. Fancy frunció el ceño pero decidió no rendirse y comenzó a acercarse a su marido para pedirle una explicación. Cada vez que se acercaba, él daba un paso más hacia la pared, terminando en menos de un minuto rodeado por la mirada inquisidora de su mujer.
-Nunca evitas decirme las cosas ¿Qué es lo que sucede?-Fancy se apoyó sobre él intentando persuadirlo.
James abrió los ojos sintiendo como los pechos de ella se fundían con su camisa, apenas podía respirar y tenía ganas de salir huyendo antes de revelar la verdad.
De pronto, Danielle entró ruidosamente a la habitación y comenzó a buscar a su prima desesperadamente.
-¡Fancy!¡James! ¡Ayuda, he roto bolsa y no encuentro a mi marido ni a nadie que me ayude!-la asustada mujer estaba transpirando, con los cabellos rojos fuera de lugar y con el rostro pálido. Agilmente Fancy y James se miraron y se movieron hacia ella para calmar la situación.
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Felicidad de una margarita
RomansaLa señorita Fancy Dulcasse interpreta el papel más difícil de su vida, representando a la solterona más reconocida de la ciudad de Londres. Entre susurros e insinuaciones se entera de que ningún hombre está dispuesto a desposar a una mujer como ella...