Como era de esperarse, los duques mantuvieron en su residencia a las jóvenes Flipsen, debido a que era más conveniente y cómodo para Danielle. Así se podría dedicar a tiempo completo a pulir a sus pupilas sin interrupción alguna y permitiendo que su embarazo continuara de una manera tranquila.
Fancy y James decidieron entonces quedarse en la casa de Mayfair hasta que la temporada hubiese sido cerrada y luego viajarían a instalarse a Greywell Park en Hampshire y tomándola como residencia permanente, para pasar los inviernos allí con sus hermanas.
A Fancy le resultó sumamente natural la vida de recién casados, tal y como si siempre hubiese pertenecido al lado de James. A diferencia de su antiguo hogar, aquí no debía esconderse por los rincones ni temer un ataque de mal genio por parte de nadie, la servidumbre la trataba con respeto y amabilidad, no como en Flipsen House, donde la miraban desde el hombro con pena, podía ir y venir a su antojo, visitar cuantas veces quisiera a Danielle y a sus hermanas, recorrer la ciudad o comprar lo que deseara sin miedo a represalias y malos tratos. James era un esposo generoso, dulce y atento, siempre buscaba momentos para estar con ella y nunca le hacía preguntas quisquillosas sobre su pasado. Respetaba sus tiempos al igual que ella lo hacía con él, aprovechando los momentos de la merienda para dialogar a más profundidad.
Verse y sentirse amada, valorada y tenida en cuenta era algo sumamente nuevo para ella, pero de a poco se fue acostumbrando y a medida que avanzaba el tiempo veía con más claridad todas las ideas fallidas que tenía con respecto al amor.
James no la poseía como a un objeto ni la sometía bajo él, la tenía en cuenta para las decisiones de la casa y hasta de su misma vida, no dudaba en pedirle consejos para la administración de la mansión o de cualquier otra cosa, le daba su espacio y respetaba sus limitaciones con paciencia y cariño.
Fancy comenzaba a sentir una fuerza interior que la impulsaba a hacer cosas, ya no quería ocultarse tras una pared o hundir la cabeza en un agujero mientras los acontecimientos sucedían y ahora les hacía frente sin dudarlo ni un segundo. A pesar de que James muchas veces le insistía en que ella era valiente y nunca había vacilado, ella nunca lo creyó hasta ese momento.
Ahora incluso tenía pasatiempos y amigos, se comunicaba con Colette por cartas siempre que podía, compartía agradables fiestas de té con los duques y expresaba sus opiniones de una manera más elocuente y sin vacilación en su voz.
La noche del baile de presentación resultó terriblemente dura para los nervios de Fancy, quien no había podido dormir ni entre la tranquilidad de los brazos de James. Los recuerdos de su deprimente debut social le generaban ansiedad, ya que no quería que sus hermanas pasaran por el rechazo que ella había experimentado.
Su abuela se había encargado a los 17 años de presentarla de una manera brusca y sin casi preparación.
-Niña, ya debo presentarte-le dijo un día mientras Fancy la miraba sin entender nada de lo que decía-Esa tonta de tu prima ya tuvo su debut el año pasado, no puedo quedarme de brazos cruzados mientras anda suelta por ahí-Griselda la tomó bruscamente del brazo y la obligó a tomar una clase de modales con ella durante cinco horas, las cuales estuvieron plagadas de pellizcones y subidas de voz debido a sus errores.
El día de la fiesta no había sido mejor, ya que la vieja se había mantenido todo el tiempo detrás de ella como si fuera una sombra y si alguna persona se atrevía a acercarse, se alejaba rápidamente por el miedo que está generaba.
Fancy estaba al tanto que, a diferencia de ella, sus hermanas no estarían obligadas a aceptar ningún matrimonio por conveniencia ni su carabina sería una anciana odiosa que solo pensaba en su beneficio personal, pero el miedo al parecer no discriminaba situaciones y la ponía de los nervios como en aquella vez.
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Felicidad de una margarita
RomanceLa señorita Fancy Dulcasse interpreta el papel más difícil de su vida, representando a la solterona más reconocida de la ciudad de Londres. Entre susurros e insinuaciones se entera de que ningún hombre está dispuesto a desposar a una mujer como ella...