El frío invierno se iba colando a través de las rendijas de las ventanas de Flipsen House como un tenebroso fantasma.
Fancy yacía acurrucada en su cama como una estatua mientras bebía su té de limón para contrarrestar los efectos del resfriado que cargaba su cuerpo. Un conjunto de emociones bullía en su interior como una olla con agua hirviendo por no saber cómo asimilar todo lo que había ocurrido en su vida en tan corto tiempo.
Su prima había sobrevivido de milagro a aquel desdichado secuestro y sin siquiera culparla por ello, más bien, la recibió con los brazos abiertos de nuevo y comenzó a realizar innumerables esfuerzos por reconstruir su antigua amistad. Su esposo y su mejor amigo se mostraron algo reticentes a tenerla cerca por un par de días, pero luego la admitieron como otro miembro importante de la familia.
Meses después, viajaron para celebrar las navidades juntos en Greywell Park, Hampshire. Allí tuvo que colaborar con el parto de Danielle y el nacimiento de su primer sobrina. La alegría la había invadido toda aquella dulce semana de festejo, donde lo único que llegó a molestarla, fue el tono condescendiente y frío con que la trataba James Greenhill, dudando si el hombre la odiaba ahora por algo en particular.
Sin más información que los hoscos gestos que le propiciaba aquel hombre, llegó a la conclusión de que lo que había ocurrido en el coche había sido una descarga de instinto animal por su parte y al enfriar su cabeza, el pobre se arrepintió de sucumbir ante una mujer tan poco agraciada, dando como consecuencia que le tuviera asco, miedo y quisiera mantenerse lo más lejos posible de su persona.
De igual manera, se suponía que ella debía estar ofendida con él debido a todas las libertades que se había tomado, pero en cambio, se sentía humillada por el semblante de repugnancia que portaba al mirarla. Quizás las navidades hubieran sido aún más alegres sin el aura de incomodidad que flotaba en el ambiente al estar ambos en la misma habitación.
Pero como toda alegría, ésta resultaba efímera y duraba poco para Fancy; y muy a su pesar tuvo que dejar la mansión para encaminarse a un destino muy distinto y regresar al seno de su familia materna.
El juicio de Griselda Flipsen fue llevado bajo el más estricto secreto, con miembros confiables y pocos familiares, dado a que si la sociedad se llegase a enterar de que guardaban a una asesina en su casa, no habría lugar en Inglaterra donde las más jóvenes pudieran entrar, sumándole el eterno escarmiento público por todos los pecados de su abuela.
Quien ahora había pasado a ser la cabeza de los Flipsen, era su tío Ferdie, un hombre obstinado, poco amable, hipócrita y creído que podía reemplazar a su madre con mucha facilidad en la casa ya que sus temperamentos eran muy similares. Lo único que aún permanecía intacto en ese hombre era el amor que le había tenido a su padre y el cariño, si podía llamarse así, a su mujer e hijos. Al ocurrir el juicio, todas las acusaciones de Griselda fueron sentenciadas gracias al testimonio de la anciana duquesa Greenhill, Lady Greenhill, Lord Western, el Señor Hanson y ella misma.
Cuando el tío Ferdie cayó en la cuenta de que su madre muy posiblemente había sido la causante de la misteriosa muerte del vizconde (su padre), este explotó de ira y tristeza, y permaneció cinco días en cama con un terrible dolor de cabeza, apenas intercambiando palabras con su mujer. Pasó una eterna semana de silencio, donde Griselda estuvo en una celda, esperando el veredicto del juez y para el resto de los Flipsen que buscaban soluciones.
Fancy no se atrevió a visitar a la anciana, a pesar de la pena que le daba. Básicamente había traicionado a alguien que la había criado y le dolía, pero era consciente de que todo lo que su abuela había hecho no era lo correcto y ahora debía responder ante sus actos.
Un lunes por la mañana, Lord Flipsen decidió junto con el consejo expulsar de Inglaterra a su madre y destinarla al destierro en una de sus propiedades en Francia, completamente alejada de su familia.
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Felicidad de una margarita
RomanceLa señorita Fancy Dulcasse interpreta el papel más difícil de su vida, representando a la solterona más reconocida de la ciudad de Londres. Entre susurros e insinuaciones se entera de que ningún hombre está dispuesto a desposar a una mujer como ella...