7. Baile de navidad

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Son cinco treinta de la tarde, es mejor que me de prisa para arreglarme o no terminaré. Chris vendrá por mi a las siete de la noche, así que no tengo mucho tiempo, pero si el necesario para estar lista.

Tome una ducha para relajar un poco todos los nervios que siento, mientras tomaba el baño no podía pensar en otra cosa mas que en Chris.

¿Como vendría vestido? ¿Camisa, smooking? Se ha de ver divino con un smooking. Que nervios, no puedo esperar a que llegue. Espero que mi vestido también le guste tanto como a mí.

Se me pasó el tiempo pensando cosas, ya son las seis de la tarde, es mejor que me apresure.

Salí del baño envuelta en una toalla, cepille mi cabello y puse un poco de crema para peinar en el mismo para que no se esponje tanto. Me maquillé lo más natural que pude ya que no me gustaba la idea de tanto maquillaje en la cara, y a quién engaño, tampoco se maquillarme. Hice lo que pude con ese tema, pero no me veía tan mal, me puse solo un poco de máscara para pestañas, rubor y lipstick de color rosa muy claro. Cuando mi cabello estaba seco me hice ondas con la tenaza y lo dejé suelto al natural.

Faltaba el último pero más importante detalle, el vestido.

Fui a mi armario y lo saqué, le quité la bolsa en la que venía envuelto y lo puse en mi cama. Regrese al armario y saque unas zapatillas color negro de terciopelo.

Me introduje al vestido cuidando que mi cabello no fuera a estropearse y por último me puse las zapatillas.

Estaba lista, me miré al espejo y no pude evitar sonreír

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Estaba lista, me miré al espejo y no pude evitar sonreír. Vi la hora y eran exactamente las siete de la noche.

Me senté en mi cama y tomé mi celular para revisar mis redes sociales en lo que esperaba a Chris, varias personas de la institución ya estaban subiendo fotos con su pareja camino al baile, y otras ya hasta estaban en el lugar.

El tiempo se fue volando son siete treinta de la noche y no tenía ninguna señal de vida de Chris. Lo llamé y nada, le mandé mensajes pero no tenía ninguna respuesta de su parte.

Ya son las ocho de la noche y todavía sigo esperando a que Chris se comunique conmigo, aunque ya no le veo muchas esperanzas. Le marque por octava y última vez y no me contestó. Me di por vencida, Chris Evans me dejo plantada.

Tocaron la puerta de mi habitación, yo no dije nada estaba muy decepcionada y en shock tratando de asimilar la situación. Ni siquiera me percate de que mi mamá ya estaba sentada a lado mío.

—Amor ¿Que tienes?

—Nada mamá—trate de poner mi mejor cara, no quería que supieran de lo sucedido.

—¿Segura?—asentí—¿A que hora te vas?

—En un rato—no sabía que decir.

—Bueno. Tu papá y yo vamos saldremos a bailar, ya nos vamos.

—Si, esta bien ma.

—Cruz y Romeo están en casa de los Smith, pasarán la noche allá. Y Brooklyn tiene media hora que se fue al baile.

—Si mamá, yo en un momento me iré—mentí, no tenía planes de salir, ni siquiera tenía ganas.

—Esta bien, con cuidado, y te portas bien—soltamos una leve carcajada.

—Si mamá—negué con una sonrisa en el rostro.

—Amor, vamos, se hace tarde—dijo mi padre desde la planta baja.

—Ya nos vamos bebé, espero que te diviertas.

—Gracias ma, que se diviertan—nos dimos un beso en la mejilla como despedida y se fueron.

Me tiré en mi cama a llorar lamentándome por no haberle hecho caso a mi hermano cuando me dijo que no quería que saliera con el. Y también por no haberle hecho caso a Tom cuando dijo que era un idiota.

Me encontraba hundida en mis pensamientos pero algo me desconcentró. Tocaron el timbre, baje a la sala a ver el monitor y ¿Que hacía Tom aquí?

Me aseguré de limpiar mis lágrimas antes de abrir, aunque se que no serviría de mucho ya que tengo los ojos hinchados y rojos.

Narra Tom

Estaba en mi casa arreglándome para el baile de navidad. La verdad es que yo ni siquiera quiero ir, no tengo ni con quien ir al baile, pero Brooklyn me suplicó que lo acompañara, aún no comprendo para que, si él va a estar bailando con Britney. Pero bueno, aun así iré, eso es lo que hacen los amigos.

Quedamos de vernos a las ocho en su casa, pero como siempre a mi se me hizo un poco tarde, son ocho cinco.

Me lleve el auto por si es que no se encontraba en su casa, me iba directo al baile.

Conduje hasta su casa y toqué el timbre, nadie me abrió. Toque por segunda vez para asegurarme que no había nadie. Pero me abrió ella, Kendall. Con los ojos rojos e hinchados y su maquillaje corrido.

—Hola Tom ¿Que haces aquí?

—Hola Ken, vine porque estaba buscando a tu hermano. ¿Te encuentras bien?

—Brooklyn no está, hace ya varios minutos que se fue—ignoró por completo mi pregunta.

En este momento ya no me interesaba llegar al baile o ir con Brooklyn, me interesaba que es lo que tenía.

—¿Te encuentras bien?

—Si, todo esta perfectamente bien—trató de sonreír pero a quién quería engañar, se que algo no esta bien.

—Creí que ya ibas a estar en el baile— cuando dije eso su mirada se posó en el piso y se quedó callada— No me digas que el imbecil de Chris Evans te dejó plantada.

Si, Brooklyn me contó esta mañana que en el desayuno Kendall le confesó que iría con Chris.

—Tom, no quiero hablar de eso— seguía con la mirada abajo.

Sentí una enorme furia correr por todo mi cuerpo, como se atrevía a dejarla plantada, miles de hombres quisieran salir con esta chica y él la dejó en su casa llorando.

Sabía que iba a salir con algo así, tratamos de advertirle a Kendall pero ella es demasiado testaruda, menos mal que ya se dió cuenta del tipo de hombre que es.

—Si me vas a decir te lo dije, hazlo—me miró con tristeza, una lágrima cayó y recorrió su mejilla. Yo la limpie con mi dedo índice.

—Deja de llorar, no me gusta verte así, pequeña. No quiero tener otro motivo para partirte la cara a ese tal Chris— la abracé, ella sin pensarlo correspondió a mi abrazo y escondió su rostro en mi pecho. Tomé su mentón obligándola a que me mirara— No voy a dejar que te quedes aquí en casa llorando por ese tipo— me miró extraño— ¿Quieres ir al baile conmigo?— cuando le dije eso, su rostro se iluminó aunque me miraba extraño todavía.

—Si, si quiero ir al baile contigo—sonreímos—Bueno dame un minuto, voy a arreglarme el maquillaje e iré por mi bolso.

Siempre fuiste tú. •Tom Holland•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora