Siempre fuiste tú. •Tom Holland•

11. Regalo de cumpleaños.

Mi padre va conduciendo a un lugar el cual desconozco, estoy demasiado ansiosa por saber de que son estos dos juegos de llaves, pero se que si les pregunto ninguno me va a querer decir. Ohh, esperen, mi única presa fácil es Cruz.

—Oye, Cruz—le di un codazo leve para llamar su atención—¿Sabes a dónde vamos?—le pregunte en un hilo de voz, no quiero que nadie sepa.

—Lo siento, no puedo decir nada—dijo de la misma manera que yo.

—Oh, vamos. Si me dices te compro un chocolate.

—Tengo muchos chocolates en casa hermana.

—Esta bien, te compro el juego de kinect que tanto quieres de cumpleaños.—al terminar mi oración su semblante cambió rotundamente, abrió los ojos como plato.

—¿En serio me vas a comprar el juego de kinect si te digo a donde vamos?—dijo en voz alta, bien hecho Cruz, ya arruinaste todo.

—No le vas a decir nada Cruz.—habló mi mamá.

—Ya casi llegamos, no seas impaciente—dijo ahora mi papá.

Yo no dije nada solo vi por la ventana esperando que el tramo que faltaba fuera corto,  pero Cruz me sacó de mis pensamientos.

—¿Aún me comprarás mi juego?—me preguntó al oído.

—Ni siquiera me dijiste nada.

Mi papá capturó mi atención, pues se detuvo un poco y hablo con alguien, era un policía de un fraccionamiento, luego nos dió el paso.

Vi por la ventana detalladamente cada una de las casas que se encontraban ahí y todas eran espectaculares, muy grandes y bonitas. Ya empezaba a sospechar que es lo que hacíamos aquí.

Mi padre detuvo el auto y todos bajamos, frente a nosotros había una casa extremadamente grande y lujosa, pero parecía habitada ya que tenía un auto estacionado en la entrada y las luces estaban prendidas.

El frente era algo así.

—Bueno el juego que tiene 5 llaves es de esta casa. Tu nueva casa—dijo mamá.

—¿Qué? ¿Es una broma?—pregunte emocionada.

Saque el juego de cinco llaves que me dieron unos momentos antes y abrí la casa, era algo así.