42. Ella lo es todo para mí

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Holaaa. Escuchen la canción mientras leen el cap. Espero les guste.💕👆🏻
(Les recomiendo que si se termina la canción mientras leen, la repitan)

Narra Kendall.

Salí de mi casa porque tenía clase de gimnasia en menos de cuarenta minutos y ya iba un poco tarde. Tomé las llaves mi auto y trate de conducir lo suficientemente rápido para llegar a tiempo.

Para mi mala suerte el semáforo se puso en color rojo. Paré impaciente hasta que el foco color verde prendió.

Acelere y al momento de pasar el cruce, escuche un claxon de mi lado izquierdo. Voltee y en milésimas de segundo vi todo negro. Me habían chocado.

Narra Tom.

Estaba en casa con Bianca, estábamos a punto de tener relaciones, nuestra primera vez juntos. Cuando el estúpido teléfono empezó a sonar. Aunque no quería tuve que contestar, podía ser importante.

Llamada.

—¿Hola?

—Tom—se escuchó la voz de Victoria al otro lado de la línea. Estaba llorando, lo cual me preocupó.

—¿Victoria? ¿Estas bien?

—Kendall—dijo sollozando aún más.

—¿Que pasó con Kendall?—me estaba preocupando.

—Ella... Ella tuvo un accidente automovilístico—se escuchaba que trataba de inhalar para calmarse pero su desesperación era mayor.

—¿Qué? ¿y como está?

—Mi esposo se fue en la ambulancia con ella, pero según esto cuando la recogieron estaba sin signos—se soltó a llorar aún más.

Me quedé paralizado.

No, no, no. Esto no puede estar pasando, Kendall. Mi Kendall. No se puede morir, no. Ella no.

Una lagrima rodó por mi mejilla.

—¿Donde estas?

—En casa, me acaban de marcar. Mi esposo venía del trabajo cuando le marcaron para darle la noticia, el no había ni siquiera llegado a la casa. Pero yo ya me voy al hospital—se escuchaba nerviosa.

—No, primero tranquilízate, no queremos otro accidente. ¿Donde están los niños?

—Cierto, los niños. Están aquí en casa. Le hablaré a mi mamá para que los venga a cuidar yo ya me voy.

—No, calma. Necesitas calmarte.

—¡Mi hija se esta muriendo Tom, necesito irme ya!—dijo alterada entre sollozos. Esas palabras hicieron que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo. Ahora yo estaba temblando, tenía miedo, mucho miedo.

—Piensa en Cruz y en Romeo, ellos te necesitan, te necesitan bien y en paz. Kendall estará bien, es muy fuerte.— traté de darle ánimos aunque debo admitir que perder a Kendall me daba mucho miedo.

Se calmó un poco.

—Tienes razón, necesito calmarme. Gracias Tom. Necesito hacer una cuantas llamadas. Te llamo en cuanto sepa algo.

—Esta bien. Nos vemos mañana o en la madrugada, voy a tomar el siguiente vuelo a Londres. Tranquila, todo estará bien.

Fin de la llamada.

Fui a mi recámara y vi a Bianca dormida. Lo había olvidado.

Empece a empacar solo lo necesario para llevar y creo que el ruido la despertó.

Siempre fuiste tú. •Tom Holland•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora