Siempre fuiste tú. •Tom Holland•

50. Me duele lo que hiciste

Narra Kendall.

Llegamos a Londres, seguía sintiéndome horrible, y todo empeorará cuando entremos a la Universidad y tenga que decírselo a Joey.

Las vacaciones se pasaron muy rápido, en todas éstas desgraciadamente no pude ver a mi amiga Rachel, ni tampoco tuve contacto con Joey, algo extraño pero cierto.

Mañana entramos a la Universidad y ya estaba decidida a hablar con Joey. Los nervios y la vergüenza me mataban, obviamente. Y estaba segura de que Joey se decepcionaría de mi y dejaría todo atrás, igual le iba a decir.

Freddie y yo llegamos a la Universidad, fuimos por nuestras cosas a los casilleros y de ahí, fuimos rumbo al salón, ahí ya se encontraba Joey que al verme puso una sonrisa de oreja a oreja. Me sentí terrible.

Los tres nos saludamos.

—Joey, ¿Puedo hablar contigo?—su semblante cambió a confusión.

—Claro que si, vamos afuera.

Una vez afuera tomé el valor para hablar.

—Te tengo que decir esto porque si no, voy a seguir atormentándome. En las vacaciones fuimos a Nueva York a casa mi amigo Tom. Y...— me miraba atento, aunque a lo mejor ya sabía lo que seguía— Nos... Nos besamos— baje la mirada.

Tomó aire pesadamente.

—Vaya, Kendall. No esperaba esto.

—Lo se, lo siento. Me siento muy mal, quería que te enteraras por mí, no mereces mentiras.

—Me duele, en serio me duele lo que hiciste.

—Se que soy lo peor. Entiendo si quieres que ya no vuelva a hablarte y si quieres que me aleje completamente, en serio lo...

—No, no quiero que te alejes. Se que no estuvo bien lo que hiciste, pero no quiero que te alejes, no lo resistiría— ¿que mierda acaba de decir?

—Joey, no se que decir. Te quiero.

—Yo también te quiero Kendall. Y no voy a dejarte ir, no tan fácil.

Estuvo mejor de lo que pensé. Mas bien, nunca pasó por mi mente que lo tomaría de esta manera y me perdonaría, Joey vale oro.

***

—Y bien, ¿como te fue con Joey?— preguntó Freddie una vez que ya estábamos en casa.

—Bueno, primero le dije toda la verdad. Le dije que entendía si quería que me alejara completamente de él. Pero él me dijo que no, que no lo resistiría.

—¿En serio?

—Eso dijo.

—Lo tienes loco querida.

—Es un gran chico.

Narra Freddie.

Estábamos a semanas de que fuera el cumpleaños número dieciocho de Kendall y quería organizarle una fiesta sorpresa como agradecimiento a todo lo bueno que me ha brindado. Claro que no lo podía hacer yo solo, Joey me esta ayudando a organizarlo, mientras yo me encargaba de los invitados, Joey se encargaba de comprar el alcohol, la chatarra y los adornos.

La lista de invitados era inmensa, invité a toda la escuela, literalmente. También a su amiga Rachel, su hermano Brooklyn y su amigo Tom. Todos me confirmaron de inmediato, iba a ser la fiesta del año.

Todo irá con sumo cuidado para que Kendall no se enterara de la fiesta. Todos los invitados juraron no decir palabra de la fiesta, ya que aquel que dijera un comentario de ésta frente a Kendall quedaría fuera de los invitados. Nadie se quiere perder la fiesta del año.

El plan era sencillo, Joey la iba a llevar a pasar un buen día de cumpleaños, van a ir a comer. Yo voy a quedarme en casa para adornarla y acomodar todo, a las ocho de noche los invitados ya deberían estar aquí con las luces apagadas, a esa hora Ken llegara junto a Joey y en cuanto cruce la puerta, las luces deben encenderse y todos gritaremos "¡Feliz cumpleaños!" al unísono. Se escucha mas sencillo de lo que parece.

Narra Kendall.

Estas últimas semanas he tenido contacto con Rachel aunque sea por teléfono, teníamos que ponernos al pendiente de todo lo que había pasado en nuestras vidas y alrededor.

Me dijo que le había estado yendo muy bien en la escuela, que conoció a alguien. Eso me desanimó un poco ya que yo quería con todas mi fuerzas que ella se quedara con mi hermano, pero por ahora era un poco difícil, igual me alegré por ella. También me dijo que Lottie se había ido de la ciudad. Y que Karen ya tenía novio, era guapo, pero engreído.

Yo le conté que conocí a Joey, que hice un nuevo mejor amigo, Freddie. Le conté de nuestro viaje a Nueva York y todo lo que pasó en este. No paró de gritar y de decirme que estábamos hechos el uno para el otro aunque yo ya tuviera a alguien.

Estuvimos hablando por bastante rato, hasta que dieron las diez de la noche y sin mas colgamos, se me hizo extraño ya que no menciono algún plan para mi cumpleaños, no tenía porque hacerlo, pero así era ella. Siempre que se acercaba el cumpleaños de alguien trataba de organizar algo, pero ahora no dijo nada. Debe tener cosas que hacer y no la culpo, la Universidad es demasiado pesada. Igual yo ni siquiera tenía idea que iba a hacer ese día. Tal vez solo ir a casa de mis padres y jugar con mis hermanos, pero esta vez sin Brooklyn.