Narra Kendall.
Nos subimos en su auto y dio marcha rumbo a su nueva casa. Estaba muy emocionada, creo que hasta mas que él, me emocionaba y me llenaba de orgullo verlo cumplir todas sus metas, se que es un paso muy grande para el comprarse su propia casa, a su gusto, con sus reglas.
Manejó escasos quince minutos y de pronto ya estábamos afuera de un fraccionamiento, le dijo algo al guardia y el mismo nos dejó entrar. En cuanto el guardia autorizó el paso, se fueron abriendo las puertas poco a poco dejándonos ver los detalles de las casas de adentro y la verdad es que eran casas muy lujosas, cada una a su gusto y su propia estructura.
Siguió avanzando hasta que se estacionó frente a una casa muy grande de tres pisos, color negra con algunos detalles de madera, muy elegante, y muy bonita.
—¿Es esta?—dije sorprendida, de verdad no mentía cuando decía que era muy bonita.
Asintió, bajo del coche y me abrió la puerta para que yo pudiese bajar también. Seguido de eso, saco las llaves de su residencia y abrió.
—Bienvenida a mi casa, que también es tu casa.
—Muchas gracias—la observé.
Era amplia y muy bonita, tenía dos ventanales enormes donde se podía observar la noche estrellada junto a la luz de la luna, y justo en frente una chimenea.
—Wow, es hermosa.
—Sabía que te gustaría. ¿Que quieres cenar?
—Lo que sea, ¿que se te antoja?
—Esta noche yo estoy para complacerte, ponte cómoda— me senté en el sillón— Voy a arriba, mientras piensa que quieres para cenar.
No tardó mucho, bajó con muchas almohadas, cobijas y edredones, lo cual era bueno, pues hacía mucho frío como era costumbre en Inglaterra. Las puso en el piso, y las acomodó frente a la chimenea creando una cama que se veía sumamente apetitosa. Prendió la chimenea y la habitación comenzó a calentarse.
—Y bien, ¿ya pensaste lo que quieres cenar?
—Tengo mucho frío, tal vez podríamos hacer chocolate caliente con malvaviscos.
Fuimos a su cocina y preparamos el chocolate caliente, no tardo en estar y una vez que estuvo listo solo le agregamos crema batida y malvaviscos. Fuimos a la cama que Tom había construido hace algunos minutos y antes de acostarnos apagamos las luces quedando solo con la luz tenue de la luna y la fogata, era una sensación pacífica estar a lado de Tom, me hacia sentir tan protegida y despreocupada de todo.
Pronto comenzó a llover, regalándonos la dulce melodía de las gotas cayendo en el ventanal.
—Sabes... Estos momentos son los mas valiosos para mí. El estar contigo me hace sentir tan bien—dijo Tom.
—Eres lo mejor que me ha pasado en la vida...
—Jamás te cambiaría por nada ni nadie, eres lo que me hace seguir de pie cuando pienso que ya no hay marcha.
—Prométeme que nunca te rendirás, que pase lo que pase, siempre lucharas por todos tus sueños, no importa si yo no estoy ahí, junto a ti, pero cumple todas tus metas.
—Yo quiero que estés ahí, siempre junto a mí, no podría hacerlo sin ti.
—Puedes hacerlo incluso sin mi.
—Sería demasiado, te amo tanto que en mi cabeza no puedo si quiera imaginar estar lejos de ti—acarició mi mejilla.
—Te amo, Tom, no se que hice para merecer a alguien como tú.
—Existir.
Nos acercamos lentamente, nuestra respiración chocaba. Tom tomó un mechón de cabello y lo pasó con atras de mi oreja lentamente, después tomó mi cara con ambas manos, y lentamente estampó sus cálidos y rosados labios con los míos, me encantaba besarlo, era de las mejores sensaciones en este mundo.
Poco a poco fuimos acostándonos en la cama, el beso se fue intensificando, cada vez quería mas de Thomas.
Lo tomé del cuello y el tomo mi cintura bajando cada vez mas hasta toparse con mi glúteos y masajearlos. Yo soltaba uno que otro gemido, todo esto era nuevo para mi.
El beso siguió, me subí en él y comencé a hacer movimientos circulares aun con la ropa puesta, pero aun así se sentía bien. Sentía la parte íntima de Tom erecta.
Me quitó la blusa que traía puesta, yo no esperé mas y lentamente quité la de él. Posó sus manos sobre mis pechos y los masajeó, dándome una sensación de placer.
Seguido de eso fui desabrochando su cinturón para después quitar su pantalón, no sabía lo que estaba haciendo, espero no arrepentirme después, pero no podía parar. El quito mi pantalón lentamente, los dos estábamos solamente en ropa interior, pero no sentía pena, ni vergüenza, me sentía bien con él.
Vi el abdomen marcado de Tom, sus pectorales y sus piernas torneadas, se veía tan perfecto que lo único que quería era estar con él esta noche, estar con él para siempre.
Nos volvimos a besar, con pasión y locura. Tom me acariciaba de pies a cabeza, con tanta delicadeza y amor que hacía que mi corazón estallara de ternura.
Desabrochó mi sostén, y lo sacó.
—Eres perfecta, mi amor—volvió a besarme.
Estaba nerviosa por dar el último paso, pero aún así, lo hice. Le quite la última prenda que llevaba puesta y él quitó la mía. Seguimos besándonos pero yo ya quería dar el siguiente paso, lo deseaba mas que nada en el mundo.
—¿Estas lista?—dijo Tom. Asentí.
Se posó encima de mi, tomo mi cintura y se introdujo lentamente en mi, todo fue lento al principio, se me escapaba uno que otro gemido.
Amaba a Tom, lo amaba mas que otra cosa, ahora solo éramos el y yo.
—Te amo, amor—dije en un hilo de voz.
—Te amo mas, mi vida.
Tom fue subiendo la intensidad, era algo sumamente nuevo para mi, pero tengo que admitir que me estaba gustando.
Después de algún rato, no se cuanto exactamente, los dos llegamos al orgasmo.
—Te amo—dijo Tom agitado.
—Estuviste increíble—dije de la misma manera.
—Eres el amor de mi vida, Ken.
—Tú eres el amor de mi vida, Tomy.
Nos abrazamos y caímos rendidos.
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Siempre fuiste tú. •Tom Holland•
FanfictionAun después de la distancia, decepciones y amores pasajeros, ellos están destinados a estar juntos y eso nadie lo podrá cambiar.