75. Los Ángeles

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Narra Kendall.

MESES DESPUÉS.

En los últimos meses no habia pasado nada, solo estábamos esperando el momento en que nos dijeran el sexo de nuestro nuevo hermano, espero con ansias saber y terminar con esta intriga lo mas pronto posible.

Hoy que recibí una llamada de un director de cine, que me invitó a audicionar para una de sus películas. Tengo que ir a Los Ángeles, le dije a Tom que me acompañara, pero tiene que quedarse porque va a ver un par de casas y tiene que dar algunas entrevistas aquí en Londres, así que sería un poco complicado que me acompañase.

—Te voy a extrañar—dijo Tom.

—Yo también—lo abracé.

—Ve a dar todo.

—Lo haré.

Nos dimos un tierno beso y poco a poco me fui alejando por el amplio pasillo del aeropuerto de Inglaterra. Subí por las escaleras eléctricas, seguido de eso subí al avión y tomé mi asiento. Estaba muy nerviosa, era mi primer vuelo sola, sin que mi familia, ni Tom me acompañaran. No sabía absolutamente nada, en Los Angeles no conocía a nadie, ni tampoco sabía a donde iba a llegar, aunque el director me había reservado una habitación de un hotel, nada como estar en tu casa.

Las horas del vuelo se me hicieron eternas, quería bajarme y estaba fastidiada, para mi mala suerte Tom no estaba a lado mío con un adaptador de audífonos para calmar mi ansiedad, así que me decidí por cerrar los ojos y relajarme yo misma.

Llegué de escala a Nueva York, lamentablemente no pude bajar, extrañaba mi casa, pero ya habrá tiempo para venir.

Después de otras cinco horas y treinta y cuatro minutos, por fin llegué a Los Ángeles, California, hacia mucho calor, un calor agradable con una cálida brisa que te refrescaba lo suficiente como para no querer irte jamás.

Llegue a la dirección del hotel que el director George me había mandado momentos antes. Era un hotel muy grande y lujoso. Entré y fui directamente a recepción, me dieron el número de habitación. Dirigí mis maletas por el pasillo blanco con tonos azules aqua hasta llegar al elevador, lo llamé una vez, no tardó en llegar y abrió sus puertas dejando ver un gran espejo perfectamente limpio, sonaba una música clásica de fondo. De nuevo las puertas se abrieron y bajé del mismo, ahora si, en busca de la habitación 356, no me fue difícil encontrarla y entre.

La habitación era lujosa y algo estrafalaria para mi gusto, con una cama enorme y colchas rojas con el borde dorado, una alacena con varios aperitivos. Me dirigí al baño y era enorme, era de azulejo blanco y una bañera que parecía alberca. Me dirigí al balcón, tenía vista al mar impresionante, el varandal de cristal hacia que la vista fuera de lo mejor en cualquier parte que estuvieras y para acabar, habia un jacuzzi justo en el balcón.

Por el momento no quise disfrutar la recámara, quería conocer Los Ángeles, después de todo era mi primera vez aquí.

Me cambié de ropa por unos shorts de mezclilla algo rasgados de las bolsas delanteras, una blusa blanca holgada de flores y unos tenis blancos, tome mi bolsa y salí de ahí. Tome miles de fotos del paisaje.

Apenas iba llegando a Los Ángeles y ya lo amaba, definitivamente tenía que regresar, aunque no me dieran el papel de la película

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Apenas iba llegando a Los Ángeles y ya lo amaba, definitivamente tenía que regresar, aunque no me dieran el papel de la película.

Me compré un helado, y me senté en la arena a observar la puesta del sol, el cielo naranja que combinaba con el azul del mar, un momento tan pacifico que me hizo olvidarme de todo.

Cuando oscureció, decidí irme al hotel a estar un rato en el jacuzzi, darme una buena ducha y descansar para estar lista para mañana.

***

—Lo hiciste de maravilla—dijo George— En dos meses daremos a conocer a las personas que fueron seleccionadas.

—Muchas gracias.

—Espero que te haya gustado la estancia en Los Ángeles.

—Me encantó.

—No vemos pronto—ese comentario me hizo sentir segura de mi misma, yo ya me sentía dentro de la película.

Me fui directo al aeropuerto, ya que tenía que llegar a Inglaterra antes de mañana, pues mañana mi mamá haría una fiesta para la revelación del sexo de nuestro nuevo hermano, estaba muy nerviosa.

Tome el primer vuelo a Nueva York, después de cinco horas y media, baje y tome el último pero mas largo vuelo a Inglaterra. Fueron muchas horas. Llegué en la noche a Inglaterra, por todo eso del cambio de horario.

Cuando baje del avión, lo primero que vieron mis ojos fue a la persona mas hermosa y tierna del mundo entero.

Cuando baje del avión, lo primero que vieron mis ojos fue a la persona mas hermosa y tierna del mundo entero

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Me había traído rosas, se que fue muy poquito tiempo el que no lo vi, pero lo extrañé como nunca. Corrí a abrazarlo, el ya me esperaba con los brazos abiertos y una sonrisa de oreja a oreja.

—Te extrañé, preciosa—dijo tierno. Lo miré.

—Y yo a ti, spidey—nos dimos un beso.

—Te traje esto—me dijo con rubor en sus mejillas, esos significaba que estaba nervioso, se veía hermoso. Estiró su mano dándome las flores.

—Muchas gracias, están hermosas.

—Y bien... Cuéntamelo todo ¿como te fue?

—Creo que estuvo todo bien, el director me dijo que nos veríamos muy pronto, así que creo que es una buena señal—dije mientras caminábamos a la salida del aeropuerto.

—Con eso ya es seguro que estas dentro de la película. ¿Quieres hacer algo?

—La verdad es que estoy muy cansada y tengo mucha hambre.

—Esta bien ¿quieres ir a conocer mi nueva casa?—dijo con emoción y la verdad es que a mi también me emocionaba conocerla.

—¡Excelente!

Siempre fuiste tú. •Tom Holland•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora