Capítulo 14

1K 103 6
                                    

Estas son las noches a las que yo digo que son inolvidables

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estas son las noches a las que yo digo que son inolvidables. Ahora resulta casi imposible para cualquiera de nosotros levantarnos de nuestros lugares y prepararnos para el día de mañana que vengan los niños, de hecho, prepararnos mucho mejor, porque las personas de MoonLight vienen a ver a Bonnie. Bonnie... Ahora mismo está del otro lado del stage recostado, por no decir desmayado de las bebidas que nos dio Chica. Nunca antes había probado tan buena bebida; desde que Chica había salido de la cocina y traía esas botellas noté que no eran las de costumbre, estas son nuevas en algo, puede ser que contengan más alcohol o tengan efectos más nocivos para nosotros. El alcohol nunca ha sido algo que me haga actuar de lo más loco o de forma irracional, siempre y cuando no beba demasiado, por supuesto, pero esta bebida hizo que terminara aquí recostado al lado de la bocina del stage, no creí que una simple copa me pudiera dejar así.

   No sé qué hora es, pero estoy seguro de que todavía nos queda tiempo para levantarnos y dormir bien en nuestras camas y no en este piso frío o en esta tarima tan dura. No puedo dejar de ver a Bonnie. ¿Por qué? Yo no tengo esa costumbre de observar a alguien por tanto tiempo o preocuparme por las situaciones más insignificantes que puedan ocurrirle, la última vez que me sentí así fue cuando en este lugar llegó un animatrónico mujer a ocupar el puesto en el que Chica se encuentra. Ella era una chica muy atractiva que, de hecho, ahora que vuelvo a pensar en eso, no me había dado cuenta de que ella era muy parecida a Foxy, creo que también era un zorro, sólo que de color blanco con rosa. Ella trabajaba muy bien, a veces era un poco tímida pero siempre daba la cara por el restaurante. Yo al ser joven y puberto me acerqué a ella, y ella me dejó a mí también acercarme, me sentía muy bien de tener a alguien con quién trabajar y compartir muchas cosas juntos. Éramos muy unidos ella y yo, hasta que tuvo un problema un día con un niño del restaurante y tuvieron que transferirla a otro lugar, o si no es que la regresaron a su fábrica para reparar el error que cometió ese incidente. Freddy Fazbear's pizza estuvo en un momento de crisis por aquel accidente, pero en lugar de cerrar la pizzería mantuvieron las puertas abiertas y entró al equipo Chica en lugar de aquella muchacha que me acompañó durante ese tiempo. Chica es atractiva también pero... al paso de que crezco no siento nada por ella, probablemente no sea tan atractiva como aparenta, porque si lo fuera me atraería bastante puesto que, pues, a mí me gustan las mujeres, si no me gusta Chica es porque no es mi tipo. Lo que me queda hacer es esperar a esa chica ideal que me acompañará hasta el fin del universo, lo sabré cuando la vea; me hará verla todo el tiempo sin importar nada, me hará estar preocupado por ella, hará que me sienta feliz y motivado.

   Después de unos minutos callado (mentalmente también) me pregunté a mí mismo: ¿Bonnie me hace sentir así? Eso no es posible, yo no soy gay, a mí no me gustan los hombres. Bonnie es guapo pero yo no me puedo enamorar de un hombre, eso es ridículo y raro. Estúpido Freddy, deja de pensar así, mejor deja de pensar y lleva a todos a sus camas. Me levanté de la bocina muy adolorido del cuello que tenía torcido, y caminé primero hasta donde estaba Bonnie; él estaba ya dormido, tenía sus orejas abajo apuntando hacia mí. Yo estaba parado enfrente de él. Tenía su mano izquierda en su estómago y la otra sosteniendo una copa con un poquito de esa bebida aniquiladora.

   Ya pasó un minuto y sigo aquí parado observándolo dormir. ¿Por qué sigo aquí? Mejor lo llevaré a su cuarto y pensaré que eso nunca pasó. Así como pensé eso, cargué a Bonnie en mis brazos y lo llevé hasta su cuarto, el cual estaba cerrado, oscuro y frío. Entré silenciosamente para no despertarlo y lo dejé sobre su colchón. No veo sábanas alrededor para cubrirlo, no puedo dejar que Bonnie duerma con una sola cobija con el frío que hace. Toqué su oreja y pude sentir que está muy frío, si lo dejo así puede enfermarse. ¿Qué hago?

   ...Creo que no me queda otra opción. Solo por esta ocasión y por un caso especial, me recostaré al lado de él, espero que con el calor de mi cuerpo caliente a Bonnie, después podré irme a mi cuarto y dejarlo dormir en paz. Muy cuidadosamente fui al otro lado de la cama y me senté en ella, dando la espalda a Bonnie. No lo desperté, entonces seguí y ahora sí me acosté. Me siento demasiado extraño aquí, no quiero pegarme a él para no ser irrespetuoso o que llegue a despertar y pensar mal de mí, pero tampoco quiero que se enfríe. Esperando que Bonnie no despertara, me acosté un poco más cerca de él, al punto en que el pelaje de su espalda y mi brazo se habían tocado, con eso será suficiente pienso yo. Miraré un momento el techo y seguiré hablando de mí y mis cosas mientras la cama se calienta y Bonnie siga dormido.

   Bonnie, él tiene el mismo nombre de ese conejito que conocí en la fábrica donde crecí, era un chico simpático y muy carismático. Recuerdo que ese día mi dueño hablaba con otra persona diciendo que me moverían al cuarto de Bonnie el conejo, y yo no sabía de quién se iba a tratar. Para que no pasara un mal momento quise ser amigable y comprensible con él, y no fue tan malo, porque aparte de que tenía un amigo, el dueño de él tenía una hija, y ella iba a ese cuarto a jugar con nosotros casi todos los días: jugábamos a la merienda, a la fiesta del té, a las atrapadas, escondidas, etc. Pensé que esos días durarían más hasta el incidente que ocurrió con esa pobre mujer, fue la primera vez que vi la muerte en persona, sabía que iba a significar una mala noticia. Había visto a mi creador correr hacia el cuarto de Bonnie y la única cosa que pensé en hacer fue darle a Bonnie mi margarita para que pudiera encontrarme un día, ya sea que él la usara para que yo lo reconociera o la trajera con él para saber que él es el conejo Bonnie que conocí en esa fábrica tan mal gastada y peligrosa. Buenos y tristes recuerdos de mi pasado.

   Mientras seguía pensando acerca de mí y mi pasado, sentí que Bonnie volteó su cuerpo hacia mí y comenzó a abrazarme. ¿Bonnie? Bonnie… ¿Qué? ¿Qué hago? Calmado, probablemente hizo eso por sentir el calor de mi cuerpo y acercarse a él. Estuve varios minutos ahí entre los brazos de Bonnie pensando qué hacer, hasta que el sueño se apoderó de mi ser y estaba durmiéndome en su propia cama. No puedo quedarme aquí, tengo que levantarme, pero su calor y su suavidad hacen que no pueda mover un solo músculo de aquí. Incliné mi cabeza para dormir, ya no aguantaba más. Ahora solo veo su mueble con la poca ropa que le he dado, su guitarra, su lámpara de noche y... una margarita. ¿¡Una...!?

!?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La margaritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora