Bonnie es un robot animatrónico, el cual nace en una fábrica gastada, donde será desarrollado y culminado en amistad hasta madurar y llegar a su mejor trabajo, el cual es en Freddy Fazbear's Pizza. No sólo se conocerá a sí mismo, sino también a la p...
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El stage era muy bonito, mucho más grande que el anterior en MoonLight: tres lámparas de luces grandes que iluminaban la gran parte de este: una roja, otra morada y otra amarilla.
Freddy fue a su cuarto a buscar un repertorio para mí, ya que las canciones que tenía programadas no eran lo bastantes comunes para tocar en este restaurante. No supe qué tenían de malo mis canciones, ya que habían sido escogidas para un público infantil y juvenil. Pero él era el jefe. No podía contravenir sus órdenes. Y para acompletar el paquete, Freddy me obsequió, hacía poco, un moño rojo mucho mejor que el anterior, un poco más grande y más rojo. Tenía entendido que él era el encargado en gran parte de la decoración de la pizzería, sobre todo por el poco tiempo que nos quedaba antes de Navidad. Me había dicho tengo que escoger un buen menú y ropa adecuada para nosotros. Me emocionaba que Freddy tuviera interés por hacer las navidades especiales, más felices que cualquier otro día, diáfanas, coloridas y melosas. Moría por saber lo que estaba planeando para esta Navidad, pero era probable que lo hiciera una vez que todo estuviera listo. Por el momento, debíamos prepararnos para la llegada de las personas: el restaurante abriría muy pronto.
Mientras me entretenía jugando con las puntas de mis dedos duros, en el stage, con plena vista del área de cena, vi a un animatrónico amarillo salir del área donde estaban los cuartos, con un aspecto como de un pato: usaba un babero blanco que decía "Let's eat". Tenía dos o tres plumas de metal brotando de la punta de su cabeza y sus ojos eran púrpura, ¿o serían magenta o morado?, ¡ah!, ni idea. Por la complexión de su cuerpo, supuse que era una muchacha, un poco robusta. Aunque ese peinado tan peculiar no me dejaba compararla con las mujeres humanas. Venía hacia mí.
—¡Hola! —me dijo llena de entusiasmo.
—Hola.
—Tú debes ser Bonnie, ¿no?
—Sí —respondí apenado.
—¡Hola, Bonnie! —estrechó mi pata—, ¡yo me llamo Chica! Y yo también soy parte de la pizzería como tú.
—Oh. Un gusto conocerte, Chica.
—¡El gusto es mío, Bonnie! ¿Ya desayunaste?
—Sí —me volteé a la cocina—. Freddy me pidió ayuda para hacer una pizza, y eso desayuné; desayunamos.
—¿Freddy estaba haciendo una pizza? —preguntó estupefacta.
—Bueno... sí. Y me pidió ayuda.
Chica miró por un momento la habitación de Freddy, después se volvió a mí.
—Qué extraño. Perdóname mi reacción, Bonnie, es que Freddy no es el que acostumbra a cocinar aquí. En realidad, soy yo la que prepara las pizzas y prepara la comida, pero justo hoy en la mañana, encontré una pequeña nota al lado de mi cama. Decía que Freddy haría el desayuno hoy. Él nunca había hecho esto antes.
