Capítulo 32 (+18)

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Bonnie

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Bonnie

   No sé qué puedo hacer en mi cama ahora que estoy solo, la pizza realmente dio en el blanco, me olvidé de preguntarle a Chica más acerca de esa nueva pizza que hizo para nosotros, el sabor no era del todo nuevo, pero extrañamente me siento más que satisfecho en cuanto a mi saciedad de hambre, aparte de sentir hambre me siento relajado y tranquilo, ni siquiera han pasado cinco minutos después de que terminé de comer. Pude notar que Freddy, antes de salir, tomó otras dos rebanadas con él y se las llevó a su cuarto, supongo que él gozó más de esa pizza que de lo que yo pude, además, yo siempre he sido esa clase de chico que parece niña al comer por comer poco, o al menos Hippo solía decir eso de mí cuando comíamos juntos en MoonLight. En este momento tengo mi guitarra conmigo y me encuentro sentado en mi cama, y extrañamente comienzo a sentir apetito, pero no es hambre, es una sensación muy cálida, como de tener la necesidad de abrazar a alguien o tener a alguien a mi lado y, al aceptar ahora quién soy, en mi mente sólo se proyecta la imagen del animatrónico más guapo del lugar. Me recosté en mi cama de lado mirando a la puerta, me sigo sintiendo bastante cálido y relajado, ¿será acaso efecto de la pizza? ¿Por qué no le pregunté a Chica acerca de los ingredientes?
Ya pasaron diez minutos de que terminé de comer, decidí sentarme en el suelo enfrente de mi cama para ver si de esa forma dejaba de sentirme tan caliente, es casi como tener fiebre, pero no me siento cansado, sólo relajado. Al verme en el espejo del baño noté que tengo mis mejillas rojas, es extraño esto que me está ocurriendo. Dejé de tratar de tocar mi guitarra y sólo me recosté en el suelo, cuando de pronto pude escuchar que la compuerta, más arriba de mi entrepierna, se había abierto, dejando salir, después de haber leído el artículo en la computadora, mi pene. Al verlo me sentí muy extraño, siento que dentro de mí están sucediendo demasiadas reacciones que no puedo identificar cómo me siento; sin pensar en mis acciones, recosté más mi cuerpo al piso pecho tierra, casi exactamente sobre la guitarra. Conforme me acomodaba para recostarme, arrastré mi pene en las cuerdas de la guitarra, las cuales comenzaron a emitir sus respectivos sonidos como si alguien más las tocara, y a pesar de no haber hecho antes, siento realmente placentero hacer esto. Mientras sigo arrastrándolo por las cuerdas, en mi mente sólo puedo proyectar la imagen de Freddy actuando en el escenario como acostumbra hacerlo todos los días, es realmente sexy, me encantaría estar en este momento con él para poder demostrarle todo mi cariño, sin miedo a perder nada, ahora con el corazón en mi mano dispuesto a dárselo con sinceridad. Me levanté del suelo sin poder cerrar la compuerta de mis genitales, pero no me preocupé por ello y mejor pensé ahora en tranquilizarme para no cometer un error del que después pueda arrepentirme, o que no tenga solución alguna. Cuando me recosté y me tapé con las sábanas, pude escuchar a alguien tocar a mi puerta lenta y suavemente, como para tratar de no despertar a la dulce persona que duerme, que en este caso soy yo. Traté de ocultar lo más que pude mi pene de quien estaba a punto de dejar entrar.

   —¿Bonnie, estás ahí? —se escuchó la voz de Freddy—. ¿Puedo entrar?

   —Hola, Freddy, claro que sí, adelante.

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