Capítulo 38

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   —Hacía buen clima en esta ciudad, nada parecía perturbar la vida de las amables personas que residían en ella: las personas que no trabajaban eran las encargadas de mantener las calles y los jardines tan brillantes y húmedos como la mayoría de ...

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   —Hacía buen clima en esta ciudad, nada parecía perturbar la vida de las amables personas que residían en ella: las personas que no trabajaban eran las encargadas de mantener las calles y los jardines tan brillantes y húmedos como la mayoría de los ciudadanos disfrutaban, los niños jugaban y convivían entre ellos haciendo más sana la convivencia y la amistad; los trabajadores obtenían lo respectivo en cuanto a sus jornadas laborales y lo que sus contratos estipulaban, sin embargo, aunque el ambiente de aquella ciudad parecía ser el más favorable de todos, la perfección no podía existir. En el centro de la ciudad se encontraba un nuevo restaurante que contaba con la mejor tecnología de aquel tiempo, casi considerada magia, pero no lo era; en él se servía comida rápida de toda la clase, aunque el producto más vendido era la pizza de cualquier sabor; a las personas no les importaba que tuviera lo incomestible, siempre y cuando fuera pizza, por lo que el primer hombre que entraba ahí saldría y regresaría acompañado de hombres y mujeres, los cuales saldrían y regresarían acompañados de hombres, mujeres, niños y gente mayor, y así sucesivamente, hasta convertir a ese lugar en el mejor restaurante de todos. ¿Y por qué mencioné que contaban con la mejor tecnología?, no era precisamente por tratarse de una producción en serie que no afectara el sabor casero de los alimentos, sino por dos individuos cuyo deber se trataba solamente de entretener a la publicidad, específicamente a los niños y niñas. No sé realmente cuáles son sus nombres reales, o al menos los nombres con los que fueron señalados al momento que fueron construidos, pero sé que el restaurante solía llamarlos de una forma: Springtrap y Golden Freddy. Para poder ilustrar a estos animatrónicos, Springtrap era un animatrónico tipo conejo, el cual era de color amarillo dorado con partes color crema, un moño negro y ojos con iris amarillos, él era reconocido en el restaurante por tocar tan acertadamente su instrumento favorito: el banjo. Golden Freddy se encontraba casi exactamente en las mismas características, salvo que este tenía un color más parecido al ocre, pero no lo suficiente para ser considerado de esa manera, él, por su parte, se encargaba de ser el vocalista. La gente parecía estar encantada con todos los productos y servicios que ese restaurante podía ofrecerles, era definitivamente uno de los lugares más importantes para mantener a la gente motivada e inspirada en continuar con sus metas y no desertar.

   »Un día, tan normal y productivo como siempre, el restaurante iba a tener un evento especial, ya que en esa ocasión se presentarían en persona la señorita Raquel y el señor Matías, quienes no eran muy conocidos si se mencionaban únicamente sus nombres, sino que ellos eran bien conocidos por su gran aportación a esta ciudad, la cual fue crear precisamente a los animatrónicos Springtrap y Golden Freddy. Ese día el restaurante estaba más lleno que nunca, podríamos decir que ni siquiera un alma, con la menor cantidad de pecados cometidos, podía entrar, con certeza el restaurante vendió mucho más que en un día sin eventos. Estas dos personas tuvieron que entrar por la parte trasera del local para evitar el disturbio por la multitud de gente en la entrada. Ellos procedieron a depositar sus cosas en pequeños casilleros grises en la sala únicamente admitida para empleados, la cual a su vez permitía llegar al stage sin pasar por el área de cena. Ahí estaban, saliendo de aquella cortina que cubría la parte trasera del stage, saludando a todas esas agradecidas personas con ellos, recibiendo cálidamente los aplausos y buenos comentarios que al fondo se podían escuchar, todos estaban felices de ver a Raquel y a Matías, parecían héroes en el stage al lado de sus grandiosas aportaciones. Después de que habían saludado a la gente, se dispusieron a realizar un discurso previamente planeado

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