Capítulo 11

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Freddy me entregó una lista de las canciones que a él le gustaría que tocara en el escenario, porque, de alguna forma, se había enterado de mi anterior lista de reproducción

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Freddy me entregó una lista de las canciones que a él le gustaría que tocara en el escenario, porque, de alguna forma, se había enterado de mi anterior lista de reproducción. Mejor cambiarla, me había dicho. Y como él era mi jefe, no iba a desobedecerlo.

   Mientras definía mis mejores posturas, seguí las instrucciones de mi jefe: tú mantente de pie, saludando y mirando a todos los niños comiendo. Y eso hice: estaba aquí parado en la tarima del lado derecho, Freddy en el centro y Chica del otro lado.

   Conforme las horas pasaban, las tiernas familias comenzaban a llegar y a consumir la deliciosísima pizza del restaurante; eran muchos niñitos. A la vez, los nervios ya se apoderaban de mí: ¡mi primera vez en un stage con más animatrónicos! Mi espera terminó cuando Freddy tomó la palabra por su emblemático micrófono siempre en su pata derecha.

   —¡Hola, niños, bienvenidos a Freddy Fazbear's Pizza! ¡Yo soy su mejor amigo Freddy Fazbear!

   —¡No te olvides de mí, Freddy! Hola niños, mi nombre es Chica ¡Vamos a comer!

   ¡Mi señal!

   —¡Tampoco te olvides de mí, Freddy! —dije.

   —¡Oh, claro que no! —Caminó más cerca de mí—. Niños, me gustaría presentarles a un nuevo integrante del equipo de la pizzería Freddy Fazbear: ¡él es Bonnie!

   —¡Yo soy el amigo Bonnie Bunny! ¡No olviden que no sólo hay que comer pizza!

   —¡Eso es cierto, Bonnie! —dijo Chica—. Niños, recuerden que no hay que dejar los vegetales en el plato, esos nos ayudarán a ser grandes y fuertes también, ¿de acuerdo?

   —¡Muy bien, Freddy, estoy listo para tomar! —dije.

   De inmediato me sonrojé y corregí mi diálogo. Freddy me miró de reojo señalando que cambiara lo que había dicho.

   —¡Para tocar! Ja, ja, ja, ahora estoy algo nervioso —dije riéndome junto con los niños.

   —¡Perfecto, Bonnie, comencemos una canción.

   —Espera, Freddy, ¿no estás olvidando algo?

   —¿Qué es, Chica?

   —Recuerda que no estamos todos completos, alguien falta, que está escondido allá atrás.

   —¡Oh, tienes razón, Chica! Niños, ¿les gustaría ayudarme a despertar a Foxy para que salga a divertirse con nosotros?

   Los niños gritaron emocionados.

   —¡Muy bien! Entonces repitan después de mí: ¡Foxy!

   Lo hicieron.

   —¡Una vez más, amiguitos! ¡Foxy!

   Las cortinas moradas de su cueva se abrieron, y ahí se encontraba él, haciendo un baile raro o unos movimientos que jamás había visto, chistosísimos.

La margaritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora