Había sobrevivido dos semanas de clases continuas sin algún problema. Viva yo.
Era sábado en la mañana y el cielo estaba nublado, era un buen día para la piscina.
Bajé a desayunar y me encontré a mi madre en pijama y a su esposo ya vestido para ir a trabajar. Es mi padrastro, llevan casados más de dos años y su nombre es Julio. Con respecto a Julio todo iba bien, no lo odiaba, tampoco le quería. Me daba igual. La cosa era que siempre estaba tratando de ganarse mi aprobación y ese tipo de desesperación afectuosa me enfermaba. Más de una vez discutí con mamá por no responderle a sus atenciones o por ignorarle más de la cuenta...
Me saludaron y yo les respondí con un gesto. Tomé un plato hondo y lo serví se cereal apenas mojado en leche.
Mamá:
"Eso es demasiada azúcar para el desayuno"
Yo:
Julio:
"¿No quieres pan tostado? Quedaron unos cuantos en el microondas" Me metí una cucharada de cereal a la boca. "¿Cómo te ha ido en el nuevo liceo?"
Asentí.
Mamá:
"Ajá, pero ¿cómo es la gente, te tratan bien? ¿Los profesores son buenos?"
Asentí de nuevo.
Julio:
"Bueno... ¿Qué piensas estudiar?"
Una hojuela de maíz se me estancó en la tráquea. Tosí. ¿Qué podía decirles? Ya estaba planeando todo aquello de la universidad, hasta había presentado unas pruebas de admisión. Pero no era lo que ellos querían. Otro día sería que les comentara sobre mis planes, hoy no. Me encogí de hombros y recogí el plato para irme.
Mamá:
"Debe estar en sus días, déjalo así, mi amor"
Santo Cristo crucificado, ¿por qué siempre culpaban a la menstruación por todo? Ignoré el comentario y subí a mi habitación para cambiarme de ropa.
Iba a llover en unas cuantas horas, pero mientras, yo flotaba en el agua como una hoja a la deriva... veía las nubes y buscaba formas atormentadoras para poderme explicar como la lluvia tan fría e inocente podía causar tanto desastre.
Flotaba por horas hundiéndome de vez en cuando hasta el fondo para observar los últimos rayos de luz filtrándose a través del agua... Me sentía segura con la espalda tocando el fondo de la piscina. El absoluto silencio me permitía escucharme solo a mí y mi ritmo cardíaco... Nadie más me haría daño estando a salvo bajo el agua, podía quedarme ahí para siempre.
Cuando necesité oxígeno me empujé a la superficie y respiré hondo. La calma de mi patio me embargaba hasta sentirme completamente sola en el mundo... Yo estaba sola en el mundo ¿no? Parecía que nadie más que yo viviera en aquella casa, que yo era la única que habitaba aquel hogar ficticio.
Floté por una hora más, de un lado a otro, tarareando canciones inventadas hasta encontrar ese momento de paz instantáneo que muy pocas veces sentía.
Recordé con detalle el día que mi padre me llevó al doctor por una gripe.
"Siempre hay que ser fuerte, los demás tomarán tu ejemplo" Me dijo antes de una inyección.
Quise llorar. Nadie estaba más equivocado que él... a nadie le importaba realmente si era fuerte o no. Si estaba sobreviviendo o no al desierto que se había tragado mi vida.
Le extraño tanto, que parte de mí quiere olvidar mi adolescencia y volver a ser niña para elegir otra vez con quien quedarme. Lo elegiría una y otra vez.
Estoy tendida en mi cama sopesando las cosas que pude haber cambiado al decidir irme con él... ¿Sería feliz o el universo se hubiese encargado de hacerme el favor de otra manera? El cabello mojado humedeció la almohada y no me importa pues las lágrimas parecen esconderse mejor de ésta manera.
Mi celular suena y con pereza me levanto para cogerlo. Cuelgan. Es un número que no conozco... Lo tiro al suelo y me acurruco otra vez en la cama viendo las gotas de lluvia estrellarse con la ventana... Sigo el recorrido de una gota que se fusiona con otra y siguen corriendo hacia abajo hasta que se unen al pequeño charco que se formó en el marco del vidrio. Decidí ponerles nombre y hacer una competencia de quién llegaba primero al charco.
El teléfono sonó de nuevo cuando Mr. Chipotle ganó. Lo tomé y respondí.
Yo:
"¿Quién habla?"
Persona que llamó:
"Es Mina, Tenzyn, ¿quieres ir a ver el partido de la Vinotinto en casa de Jóse?
Yo:
Mina:
"Anda Tenzyn, te van a pasar buscando y todo... Le digo a Daniel que te lleve después. Sal de tu casa."
Yo:
Mina:
"A las seis estamos allá para pasarte buscando" Cortó.
¿Dije que sí? ¿Será que mi boca se mueve inconscientemente y de alguna manera dije que si? ¿No se habían dado cuenta a éstas alturas de la vida que los estaba evitando? Respiré hondo y lancé el teléfono al piso de nuevo. No quería pasar mi sábado con gente que no conozco tratando de sonreír y hablar cuando tenía este tipo de pensamientos en la cabeza... No era un buen día en lo absoluto.
El cabello aún mojado me había humedecido la camisa también. Solo quería dormir hasta tarde, comer, ver una película y dormir hasta el lunes... No había ánimos disponibles para ellos, lo siento.
Tomo mi celular y llamo de vuelta, espero los tonos cuando mi mamá se acerca a mi habitación.
Mamá:
"Vamos a llamar a Aaron por Skype, ¿vienes?
Mina:
"¿Aló?"
Yo:
"¿A qué hora me dijiste?"
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No.
RomanceUn evento terrible. Sangre, dolor, lágrimas. Tenzyn camina sobre vidrios rotos. Quiere olvidar y olvidarse. Hundida en las consecuencias de aquel incidente, la salida parece más distante e imposible cada día. ¿Volverá a ser normal? Convencida de que...