El aeropuerto está tan frío como el día afuera. Estamos en Agosto, pleno mes de lluvias en el país. Miro mi boleto y respiro hondo, mi papá me acompaña mientras se toma un café.
Todavía no puedo creer que haya venido cuando se enteró de lo que pasó. Me hace muy feliz saber que puedo contar con él para que me defienda, porque aunque estoy feliz y mucho más sana, me siento demasiado inocente para el mundo. Tal vez lo soy.
El vuelo saldrá pronto y mientras, hablo con Mina por teléfono. Me ha deseado un buen viaje y me consiguió una sesión de fotos de graduando al aterrizar, ya que no fui al acto de graduación. Todos se sorprendieron al saber que mi nombre no era Tenzyn... me dijo que ha sido una gran revelación y eso me causó gracia. Me despedí prometiéndole que le escribiría cuando me estableciera.
Miro a papá que ahora tiene el cabello canoso y usa lentes más refinados. Lleva una foto de Marleen en su celular. Esquiva mi mirada y se concentra en mi mamá que acaba de llegar con los últimos papeles firmados para mi salida.
Se negó hasta el último día para dejarme ir, pero supongo que no tenía opción.
Hemos hablado y no hemos quedado en un sano acuerdo todavía: necesito que se sienta mal por abandonarme, por no prestarme atención, por creerle más a los demás que a su propia hija. Aún la odio un poquito.
Espero que la terapia me ayude a sobrepasar esto.
Detrás de ella viene Léo. Nunca lo vi tan finamente vestido: Chaqueta de cuero, camisa de lino, jeans oscuros y zapatos de trenzas. El cabello lucía más largo pero sus ojos seguían intactos, llenos de oscuridad y a la vez, transparencia. Respiro hondo, esta será la última vez que lo vea, probablemente.
Lo abrazo y nos sentamos una mesa más allá, él me mira y sonríe, yo le correspondo.
Léo:
"¿Ya sale tu vuelo?" Dice con un tono extraño en su voz.
Yo:
"Dentro de media hora." Bostezo. "Ya me arreglaron ayuda profesional en Canadá, voy a ir a varios doctores, creo."
Léo:
"Odié que te hicieran ese montón de exámenes para que te creyeran... Debió ser incómodo."
Yo:
"Lo fue. ¿Te irás a Caracas por fin? Ingeniería en telecomunicaciones... suena imponente." Reímos.
Léo:
"Sí, me iré... seré ingeniero en telecomunicaciones. Y tú serás pintora, recorrerás el mundo vendiendo tu arte y entenderás por fin que si lo tienes. Ya verás."
Tomo aire y saco un dibujo del bolso.
Yo:
"Esto lo dibujé hace un tiempo... es tuyo, es decir, eres tú, pero es tuyo ahora."
Léo:
"Wow."
Yo:
"No me digas nada al respecto, solo tómalo, ¿está bien?"
Él lo toma, lo dobla y lo mete con cuidado en su cartera. Yo estoy ahora nerviosa a su frente, que imbécil puedo llegar a ser.
Léo:
"Todo va a estar bien ahora. Me alivia que lo desterraron a Alemania... se lo merece, de verdad que me da grima pensar que le hubiesen hecho en una cárcel de aquí."
Yo:
"A mí también me alivia, extrañamente... tampoco quería que lo descuartizaran en Tocorón."
Léo:
"Lástima que ya no habrá nadie para armar rompecabezas conmigo." Cambió el tema rápidamente, miró al suelo nervioso. Yo me sonrojé.
Yo:
"¿A ella no le gustan?"
Léo:
"No es su tipo de cosas... tampoco son cosas que quiera compartir con ella."
Asiento y entrelazo mis dedos, aún tiemblan un poco. Él los toma entre sus manos cálidas y me detengo. Sé que hay lágrimas en mis ojos pero no soy consciente de ellas mientras anuncian el embarque para mi vuelo.
Léo:
"Te voy a decir algo que nunca le he dicho a nadie y se me hace muy difícil de admitir, pero creo que de verdad, de verdad, de verdad, me gustas un poquito."
Yo río sonoramente y él se queda serio, luego sonríe y se muerde el labio inferior.
Yo:
"¿Vienes a decirme esto justo antes de irme? ¿Estás consciente de eso, no?"
Léo:
"Sí, sé que es imposible lo que quiero hacerte." Yo me termino de enrojecer violentamente, él no hace nada. "Pero te quiero. Solo debías saberlo."
Nos levantamos porque mi padre me llama para irnos. Lo abrazo de nuevo y ésta vez me quedo en él por bastante tiempo, no quiero llorar, ¡pero maldición, soy demasiado estúpida para resistirme!
Léo:
"¿Qué pasa?"
Yo:
"Pasa que soy feliz, gracias, gracias por salvarme pequeño León."
Su sonrisa se ensancha, yo dudo. ¿Me está ocultando algo? De todas maneras me alejo y tomo la mano de mi papá que me guía a la sala de embarque.
Volteo y me sigue sonriendo con suficiencia.
Nunca podré mentirle, él sabe que también le quiero.
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No.
RomanceUn evento terrible. Sangre, dolor, lágrimas. Tenzyn camina sobre vidrios rotos. Quiere olvidar y olvidarse. Hundida en las consecuencias de aquel incidente, la salida parece más distante e imposible cada día. ¿Volverá a ser normal? Convencida de que...