No.

28. Actúa, por favor

La ansiedad es una cosa terrible, por si no saben. No te deja pensar con claridad y siempre se siente que los demás planean una conspiración en contra. Es agotador. El primer día de clases después del respiro de navidad, resuelvo quedarme todo el día en la planta en la que estudio para no verles más de lo que es necesario.

Creo que Karen me tiene miedo.

Yo también me tendría miedo, debo confesar, apenas luzco como lucía cuando llegué aquí. Realmente no me importa si estoy fea o despeinada porque no hay nada que valga la pena el esfuerzo. Ya no me hacía ondas en las puntas y mi cabello caía lacio y aburrido sobre mis hombros, mis ojeras cada vez más marcadas me oscurecían la mirada y el uniforme se me veía lánguido sobre el cuerpo. Saco un chicle del bolso y después de masticarlo dos veces espero que el sabor inunde mi boca, detrás de las muelas, llenándome de dulzura. Cierro los ojos y respiro profundo.

Cinco meses más y estoy afuera, cinco meses más y nada de esto podrá alcanzarme.

Sonrío ante la visión de una nueva y mejor vida fuera de aquí, podré ser feliz aunque me obligue a serlo. Siento que alguien se me acerca, pero no abro los ojos, realmente no hay nada que pueda temer aquí, todos, absolutamente todos en este lugar, han dejado de importarme.

Mina:

"¿Tenzyn?"

Yo:

"¿Qué pasa?"

Mina:

"Pensé que querías hablar..."

Yo:

¿Alguna vez quise hablar con alguien? Me medio río, ella también lo hace, lo que ha dicho es estúpido.

Mina:

"¿Qué pasó? Sé que golpeaste a Karen y eso, pero no tienes nada con Léo ¿o sí?"

Yo:

"¿Qué quieres escuchar, realmente?" Abrí los ojos y le quedé viendo con tristeza. "¿Qué somos novios o que no somos nada? Porque no somos ni una cosa ni la otra. Aparte, no creo que sea  tu problema."

Mina hace silencio, luego pone su mano en mi hombro y lo aprieta. ¿Será que ha leído mediante mi expresión todo lo que siento? Yo cierro los ojos de nuevo y recuesto la cabeza de la pared de atrás, cruzo mis piernas y respiro profundo. Estamos sentadas en silencio sobre el piso, pero sé que ella quiere escuchar más.

Yo:

"Dejen de preocuparse por lo que tengamos o no. No hay nada. Solo déjenme en paz."

Mina:

"Tenzyn... yo... ¿puedo ayudarte? Te ves enferma."

Yo:

"Estoy enferma, Mina. Nunca me había sentido peor."

Mina:

"¿Qué tienes?"

Yo:

"¿Alguna vez has sentido como si todo el dolor que pudieses sentir se te acumulara en un lugar de tu cuerpo? Bueno, mi estómago es mi punto de dolor. No sé que pasa, sólo sé que me duele y no puedo ni comer."

Mina:

"A ver, ¿Qué tipo de dolor?"

Yo:

"Dolor, solo dolor."

Otra vez silencio.

Si alguien de verdad quisiera ayudarme no preguntaría para hacerlo, solo lo haría.

Mina:

"¿Has ido a un médico?"

Yo:

"No es ese tipo de dolor..."

La incomodidad estaba llegando a su clímax, cuando alguien viene subiendo las escaleras. Yo suspiro y me levanto, no me despido, bajo las escaleras y unos minutos después estoy tomando un autobús para no seguir con esto.

¿Eso era realmente vida?

Me subí a un autobús e hice todo el recorrido mientras pensaba al respecto. No podía creer que estuviera pensando esto, pero no quería seguir viviendo así.

A la espera de algo, a la sombra de una amenaza latente, con miedo, enferma, limitada de todo... No quiero seguir viviendo así. ¿Qué más daba si le contaba esto a alguien o no? Él podía venir a matarme, pero para entonces ya yo no estaría a su alcance.