Nos sentamos en la mesa de su cocina y me trajo un vaso de agua, yo seguía gimoteando un poco, el pecho me temblaba en espasmos raros mientras trataba de controlar mi respiración. Léo sabía... lo sabe.
Pasó un rato antes de que me quitara los ojos de encima y yo pudiera limpiarme los mocos con una servilleta; su casa, aunque era más grande que la mía, tenía un toque más hogareño y sencillo, nada de cosas de formas modernas. Todo era madera y cerámica, un lugar cálido que se lucía con la luz de mediodía que entraba por el ventanal.
Este era el escenario menos pensado para hablar sobre lo que me atormentaba, pero aquellos ojos lograban que cualquier lugar se tornara en un espacio agradable y seguro.
Yo respiro hondo y él también lo hace. Me pide que le cuente y organizo las palabras para no traumarle, tacho algunos detalles y me convenzo de que es hora de alguien lo sepa. El universo lo había querido así.
Yo:
"Pasó hace unos meses... estaba terminando 4to año... fue horrible. Un día llego a mi casa y él está ahí, esperándome. Dios, Léo, no sabes cuánto dolió." Mi voz se tensa y él aprieta la mandíbula. Hago una pausa y calmo mis manos frenéticas. "Ni siquiera puedo decir que fue rápido, que no lo recuerdo... el maldito bastardo lo hizo lentamente y marcó en mi cerebro cada vez que... que me hería."
No podía decirle lo de los golpes o las pastillas, era demasiado, incluso para mí.
Léo:
"¿Por qué no le dices esto a tu mamá? Ella debe protegerte."
Yo:
"Por favor." Bufo yo. "Ni siquiera ha pensado en preguntarme qué es lo que me pasa sin gritarme. Ella cree que es rebeldía. Me tiene rabia por no comportarme como la de antes. No creo que de verdad le importe si mi hermanastro se aprovecha de mí o no."
Léo:
"No digas eso, Gen. Obvio que le importa, solo debes intentar."
Yo:
"Entonces él se va a enterar y va a matarme... o lo va a hacer de nuevo. No lo sé." Yo suspiro y masajeo mis sienes. "Eso lo que está mal conmigo, Léo, por fin lo descubriste."
Léo:
"Debes hablar, Génova. Debes hablar o yo lo haré por ti." Me amenazó y yo me encogí de hombros.
Yo:
"¿Quién te va a creer? Soy una niña blanca con dinero que vive en San Miguel con una familia estable... Y él es un ejemplar estudiante de medicina con comportamiento intachable. Eso no pasa en familias como éstas, eso no es real en esta absurda dimensión."
Léo:
"Sin embargo, pasó."
Yo:
"Nadie va a creerme, Léo... yo tengo un plan, esto se acabó."
Léo:
"Espero que seas consciente de que no te vas a curar tu sola. Que necesitas ayuda... profesional."
Yo:
Léo:
"Génova, es hora... debes hacer algo al respecto. El podrá ser hombre y ser mayor, pero yo también sé golpear. Y te defenderé."
Yo solté el aire que había contenido y miré sus manos sobre la mesa... las venas que apenas se notaban en su piel tan blanca. Subo las mías y toco sus dedos, están cálidos como siempre, de piel suave, gomosa.
Curiosidad, eso debía ser. Lo que sentía por él en este momento debía ser curiosidad... Quise tocarlo, devolverle el beso, sin embargo, mi cuerpo no conectaba con aquello que mi corazón sentía.
Tardaría años para que mi cuerpo quisiera aceptar a alguien más...
¿Cómo me había ganado este premio tan valioso? Su amistad había prevalecido hasta en las circunstancias más inestables, me hacía sentir bien conmigo misma. De alguna manera él era mío y de nadie más.
Yo:
"No puedes decirle esto a nadie... yo voy a resolverlo, pero me tienes que dar tiempo. No sé cómo voy a hacer, pero resolveré esto."
Léo:
"Quisiera que hubiese un modo de convencerte, pero no voy a perder mi tiempo. Solo... sé valiente, Tenzyn, yo estaré ahí si necesitas ayuda."
![](https://img.wattpad.com/cover/193915371-288-k7045.jpg)
YOU ARE READING
No.
RomanceUn evento terrible. Sangre, dolor, lágrimas. Tenzyn camina sobre vidrios rotos. Quiere olvidar y olvidarse. Hundida en las consecuencias de aquel incidente, la salida parece más distante e imposible cada día. ¿Volverá a ser normal? Convencida de que...