El monstruo se fue y mi madre ha arreglado una cita para mí en el médico. Por supuesto que no quiero ir.
Pasé toda la noche llorando por causa de Léo y sus palabras. Sería más fácil poder odiarlo.
Me sentía realmente mal... apenas podía mantenerme despierta y mis gestos ansiosos delataban mi condición mental. Dibujo, es lo único que puede poner mis pensamientos en orden.
Saco el block y mis dedos comienzan a sangrar arte sobre las hojas. He compuesto un collage de seis hojas donde se desarrolla una guerra brutal entre muchas personas. Cada persona es una versión de mí. Utilizo carboncillo y marcador punta fina para los detalles de mis cabellos, nada me había salido tan precioso en mi vida. Sujeté ambas manos en mi pecho y lo observé por otro medio minuto... Esto era digno de ser visto, nunca había puesto tanta emoción sobre el papel y menos de ésta manera, de tal dolorosa e intrigante manera.
Todas mis yo luchaban entre ellas alrededor de mí, una con la misma ropa que ahora tenía puesta, ojos cerrados, expresión tormentosa.
Mi mamá toca la puerta, me dice que es hora de irnos al doctor.
Me monto en el carro y me ubico en una parte de la ciudad que no conozco mucho, ¿será posible?
Entramos a una clínica y leo en la puerta: "Dr. Gastón. Psiquiatra." Dioses, esto ha llegado al punto límite... Sé que necesito ayuda, pero entonces Él se enterará y me lastimará tanto que no resistiré.
Mi piel se eriza.
Me da un toquesito en el hombro y me incita a seguir. Yo no estoy segura de esto.
Entro, mi corazón late fuerte y la primera reacción del hombre es estremecerse. No me veo bien, maldita sea, ya lo sé.
Tiene unos cincuenta y usa chaqueta con codos de gamuza, bravo, ¡esto se va a poner bueno! Cierro la puerta tras de mí y me siento en el diván con los tobillos cruzados.
Dr. Gastón:
"¿Sabe por qué estás aquí hoy?"
Yo:
"Mi mamá quiere saber qué me pasa."
Dr. Gastón:
"¿Sólo eso? Yo creo que no, creo que necesitas ayuda."
Yo:
"¿Con qué?"
Dr. Gastón cara de cerdito:
"Con lo que sea que te mantenga así."
Yo:
"¿Así como?"
El señor calla por un momento, yo ladeo la cabeza, quiero escuchar de su boca lo devastada que me veo.
Dr. Gastón:
"Así, tan triste, tan descontrolada..." Yo abro los ojos con sorpresa. "Tu madre tuvo que llenar un perfil. Me ha dicho que padeces de una afección estomacal y que últimamente ha empeorado... ella cree que puede ser auto infligida. ¿Estás de acuerdo?"
Yo:
Dr. Gastón:
"Qué te lo provocas tu misma, en otras palabras."
Yo:
"Sé lo que quiere decir. No soy estúpida. Lo que me sorprende es que ella piense que estoy enferma, porque sí lo estoy, pero realmente no estoy aquí por eso ¿o sí?"
Podía sentir la duda del doctor crecer e impacientarse. Él era un psiquiatra, estaba tratando de diagnosticar algo en mí, algo malo... pero no quería escucharme. Sentí rabia, mucho dolor por parte de mi familia y de mí misma que no me escapé de esto. Suspiro y trato de calmar mi actitud.
Yo:
"Sé que le ha hablado de los dibujos... y déjeme decirle que han sido así desde hace un tiempo. Me gusta dibujas cosas siniestras."
Dr. Gastón:
"¿Cómo esto?"
Saca el dibujo en donde estoy ahorcada, pies flotantes, cabello escurrido en la oscuridad de una habitación vacía.
Dr. Gastón:
"Esto no es arte, señorita Fedor" Yo respiro profundo, mi madre ha tocado mis cosas, él está tocando mis cosas. "No puedo concebir en ningún tipo de arte el dolor que me impregna esta imagen... Es usted, es una dulce niña de diecisiete años ahorcada. ¿Qué sientes respecto a esto?"
Yo:
"Van Gogh se cortó una oreja... por arte."
Dr. Gastón:
"No se dibujó en un suicidio."
Yo:
"No estoy suicidándome en ese dibujo." Aclaro con algo de rabia incluida en mi voz. "Me ahorcaron. Es otra cosa."
Dr. Gastón:
"Puede contarme lo que sea, Génova, yo estoy aquí para ayudar."
Yo:
"No quiero su ayuda." El me mira con desaprobación, escribe en su libreta. "No, no siga escribiendo, no es una enfermedad mental que padezco. No quiero que me ayude porque sé que no le importa y también sé que aunque me recete la mitad de una farmacia jamás podré estar bien de nuevo." Me levanto y escondo mis manos para que no note que tiemblo. "Mi mamá está preocupada por algo que ya no es suyo. Debió darse cuenta de esto hace tiempo atrás, no ahora. Tal vez usted no me entienda, pero no quiero ayuda, soy lo que soy ahora y punto."
Camino hasta la salida rechinando mis dientes, nunca me sentí tan impotente.
Dr. Gastón:
"Ira, frustración, agresividad, retórica, tristeza, destrucción... Tengo un cuadro y un diagnostico. Algo me dice que, mucho más que lo quiera ser ahora, es algo que le ha obligado a serlo, ¿o me equivoco?
Un evento, una persona.... Es difícil saberlo y admito que me hace complicado leerla, pero sé que está pasando con usted, señorita. Y créame, en este vasto universo hay muchas más cosas de las que preocuparse que los problemas de una adolescente."
Eso no sonó para nada profesional. Sin embargo, ¿Qué podría saber él de mi sufrimiento? ¿Había sido violado consciente e inconscientemente por su medio hermano? ¿Había sentido la desgravación de su carne interna, el dolor de sus caderas, el sabor de la sangre? ¿Por alguna vez en su vida sintió odio por quienes amaba, por el mundo? ¿Se había encontrado sin fe y sin credo envuelto en terribles dolores estomacales? Yo no lo creo.
Yo:
"Bien, si es como usted dice, mi sufrimiento es insignificante en el vasto universo -- cosa que comparto, déjeme decirle que su diagnóstico entonces es inútil e innecesario. Buenas tardes."
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No.
RomanceUn evento terrible. Sangre, dolor, lágrimas. Tenzyn camina sobre vidrios rotos. Quiere olvidar y olvidarse. Hundida en las consecuencias de aquel incidente, la salida parece más distante e imposible cada día. ¿Volverá a ser normal? Convencida de que...