Capítulo 15

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– ¡Teníamos un trato!– reclamó Eunwoo al hombre que tenía enfrente suyo, en el que nunca debió confiar.

– Estoy consciente de eso– respondió él sentado en la silla de su escritorio de su gran oficina.

– Entonces explíqueme ¿por qué demonios mi abuela está siendo echada de la plaza?– exigió tratando de controlar el volumen de su voz– hice algo...– soltó un bufido que sonó más como un quejido– solo dije mentiras porque se supone que así mi abuela mantendría su negocio.

– Cierto, hiciste lo que te pedí– explicó– lo que debo decir salió de maravilla, pero... aún queda un pequeño eslabón suelto, algo que me gustaría que corrigieras– le ofreció al pelinegro.

– Ya no quiero tener más que ver con usted, al ser un hombre de negocios supuse que cumpliría lo que prometió– le dijo– pero me equivoqué– finalizó y se dió media vuelta para salir de aquella oficina.

– vaya... creí que querías mejores oportunidades para tú familia– eso hizo que el pelinegro se frenara de golpe– Tú y tú abuela tienen mucho talento, pero...poco dinero. Si pudieran pagar un buen local en una de las mejores plazas de la ciudad tendrían una mejor vida, ¿No te parece?– el que le recordaran sus desgracias solo lo hacía enojar– Solo imagina...tu abuela feliz repartiendo alegría con sus flores, y tú sabes tocar instrumentos y hablar otros idiomas, ¿Cierto?, Se que tratabas de decidirte por uno para enseñar, pero con mi ayuda podrías hacer ambos.

– ¿Q-que es lo que propone?– cuestionó aún sin mirarlo.

El mayor sacó de uno de los cajones de su escritorio un portafolio amarillo en perfecto estado y con unas cosas escritas en la esquina inferior derecha. Seguramente la dirección. Por fin Eunwoo se digno a darse la vuelta y verlo.

– Será más fácil que la última vez. Solo necesito que entregues esto a la dirección que aquí se indica– con su mano acercó el portafolio sobre el escritorio hacia Eunwoo– No quiero que nadie sepa que estuviste ahí, no deben verte entrar ni salir– ofreció– Eres bueno pasando desapercibido, sé que podrás hacer este pequeño trabajo– halago un poco para después tomar un sorbo de su taza de café.

– ¿Que es lo que contiene el sobre?– quiso saber.

El hombre dejó su café a un lado para responder– Eso no es de tu incumbencia– defendió para darse cuenta de que sus palabras no animaban mucho al pelinegro, así que tomó aire para continuar hablando– Tienes razón– Eunwoo alzó su vista– Soy un hombre de negocios que debió haber cumplido su palabra desde un principio, pero creo que estamos de acuerdo en que no había nada en ese momento que me aferrara a hacerlo– el joven frunció el ceño confundido– por eso, como hombre de negocios, propongo que está vez sea diferente– explicó y de otro cajón sacó lo que parecía ser...– algo legal y por contrato– le extendió un bolígrafo que aunque odie decirlo... él lo tomó.

                             [...]

– Hijo, no es en mi en quién debes de confiar, sino en el doctor.

Jeong miraba los resultados de sus estudios los cuales fueron entregados en su oficina el día anterior en un lindo y perfecto portafolio amarillo.

– No lo sé papá– dijo expresando su preocupación al señor Kim– estos resultados dicen una cosa, pero...yo s-se que no estoy bien.

– ¿Que te hace pensar eso?

– En primer lugar no debí tratar así a Sujin– suspiró profundamente– Y-yo sé que olvido cosas desde hace un tiempo pero...cómo tratar a las personas no debería ser una de ellas.

– Ay mi campeón– le dió una palmada en el hombro y se sentó junto a él en el sillón de su oficina– olvidar cosas es normal, sobre todo en este trabajo estresante, pero sabes que al final vale la pena– explicó– Es decir, mírame, no he llegado ni a los 50 y ya necesito que alguien me recuerde dónde puse mis corbatas– esa pequeña anécdota hizo reír a Jeong.

La primera risa que había tenido en todo el día.

– Sin ofender, papá, pero...soy más joven– está vez el señor Kim fue el que soltó una risilla– y...olvidar cosas como al lo que me dedico, mi puesto en esta empresa o incluso...que tengo una hermana, ¿Eso te pasó a ti?.

– Nunca tuve hermanos– dijo bromeando un poco.

– Sabes a lo que me refiero– dijo y el mayor asintió– Papá...

– ¿Si, Jeong?

– No quiero olvidar a Sujin– dijo con voz que parecía quebrarse.

– Y no lo harás mi pequeño– le sonrió y acarició su cabeza como solo un padre amoroso lo haría– me aseguraré de que ella...sea el recuerdo más importante que tengas en toda tu vida.

– Te agradezco...por todo papá– le dijo para abrazarlo como a él le gustaba hacerlo.

Lo que no sabía el inocente y delicado Jeong era que la palabra "importante", podía significar muchas cosas...

>< Paint >< Cha EunwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora