...
Sonó mi alarma, había tenido una noche difícil, no logre conciliar el sueño, me levante y fui al gimnasio como lo hacía todos los días dos horas de ejercicio, me duche, arregle y baje a tomar mi desayuno, el cual ya estaba puesto.
– Señor, buenos días, ¿se le ofrece algo?
–No Anders, gracias
–Su auto ya está en la entrada, puede salir en el momento que usted decida, con permiso
Terminé y salí hacia la oficina, estar al frente de una de las compañías más influyentes no era tarea fácil. Llegué a la oficina todo parecía en orden, subí a mi despacho y él ya estaba esperándome
–Buen día papá
–Hijo, ¿llegando tarde?
–¿Qué es lo qué haces aquí? – dije de pie frente al escritorio, ya que él estaba en mi lugar
–Me tomé la molestia, de venir a decirte que tu tiempo para cumplir con la cláusula de tu abuelo se está acabando, ¿lo ves?, soy tan amable que ocupó mi valioso tiempo para recordarte tus deberes, ahora dime ¿ya tienes a la afortunada?
–No es de tu incumbencia
–¿Perdón?, ¿que no es de mi incumbencia?, por favor, hijo como puedes decir semejante barbaridad, pero por supuesto que es de mi incumbencia, no dejaré que integres a la familia a una de tus zorritas con las que te acuestas, como, por ejemplo – se inclinó hacia mi tratando de secretear – tu secretaria está de muy buen ver, pero por más bonita que este, no está a nuestra altura y ni hablar de tu madre, se volvería loca
–Lárgate
Se puso de pie acomodando su traje – Está bien, me voy, pero no olvides que el tiempo se agota tic tac– se acercó a darme un beso, trate de esquivarlo, pero el sujeto mi cabeza, depositando el beso en la mejilla – suspiro – hijo adorado, te doy un incentivo más, recuerda que, si no cumples... todo ese dinero será para mí y tu ¿no quieres eso verdad?
Diciendo eso se marchó, pero él tenía razón, la fecha límite para cumplir con aquella cláusula se estaba agotado, si mis cálculos no me fallan me quedan aproximadamente dos meses, así que debo echar a andar mi plan lo más pronto posible.
Tome el teléfono y le pedí a mi asistente que le dijera a mi amigo que viniera, necesito saber que es lo que ha averiguado.
–Escuche que tu padre estuvo aquí ¿qué era lo que quiera?
–Lo mismo de siempre, fastidiar con la maldita cláusula del abuelo
–Se te acaba el tiempo ¿cierto?, pero lo que no entiendo es el por qué tu afán de la dichosa cláusula, o sea mírate y mira todo a tu alrededor, tu fortuna no se compara con lo que te van a dar
–Lo sé, sé que no necesito el dinero, pero tampoco quiero que mi padre se quede con el, quiero fastidiarlo, en fin ¿qué nuevas me tienes?
— Pues lo han sabido manejar con discreción, ya que en los medios no se ha comentado nada
–¿Pero tienes algo?
–No fue fácil, pero si... esa chica sí que sabe cómo manejar la situación, la empresa efectivamente fue víctima de un fraude, no fueron tantos millones, pero si una cantidad considerable, ahora lo que más me llama la atención es que Billy Harrison es uno de los tantos socios y como ambos sabemos él tiene el capital para poder ayudarla, pero por alguna razón, no se ha hecho ningún movimiento bancario.
–¿Tú crees que Harrison se negó a ayudarla?
–No lo creo, por lo que averigüe él ya le hizo la oferta, le puso los millones en la mesa, pero ella no acepto
–¿No acepto? – dije asombrado– pero por qué no lo hizo, tiene la solución ahí y ¿no la toma?
–Eso si no lo sé... lo que, si se es que la empresa tiene un colchón financiero, que cubre este mes y los siguientes dos, así que ella también estará como loca buscando una solución
Me levanté y me serví un trago y otro para la persona que estaba conmigo
– ¿Sabes si ya tiene algo?
–Han hecho varias propuestas, pero hasta ahora ninguna es rentable, mi fuente me dijo que Lea está trabajando día y noche para encontrar una, pero hasta ahora no tienen nada y este mes ya acabo, solo le quedan dos, pero yo no creo que lo logre o ¿qué crees tú?
–Lea es una mujer inteligente, ella no se va a dar por vencida, pero dudo que pueda sacar una nueva propuesta en tan poco tiempo, y eso para mí es fabuloso
–¿A qué te refieres?
–Haré que sea mi esposa
–¿Qué?, te has vuelto loco ella ni siquiera te conoce, ¿tú crees que se va a casar con un desconocido?
–Es simple, los dos saldremos ganando, yo necesito una esposa para poder cumplir la dichosa cláusula y ella necesita dinero, le puedo dar el dinero de la herencia y yo obtengo lo que quiero – le di una mirada divertida – fastidiar al viejo
–¿En cuánto tiempo tienes que casarte?
–Un mes, máximo dos
–¿Tú crees que ella va a aceptar en tan poco tiempo?
–Será cuestión de dar unos cuantos empujoncitos
–No sé cuál es tu obsesión con ella, allá fuera tienes a miles de mujeres hermosas y de buena familia babeando por ti, en cambio tú solo la quieres a ella ¿qué te pasó?, es más ni siquiera la conoces no sabes nada de ella
–Se lo suficiente para decir que es ella con la que me quiero casar, es hermosa, decidida, tiene agallas y no se deja intimidar por cualquiera
– Pero ¿que ella no tiene novio?
–Tenía, me deshice de él
–¿Hiciste que terminaran?, no lo puedo creer, tu sí que estás loco
–No, yo solo moví unas cuantas piezas, él fue el que hizo lo demás
–Pues la vas a tener difícil, como dices ella no es tan fácil, no se va a dejar intimidar
–Lo sé, y eso lo hace más interesante
–Solo digo que ella no te conoce, no sabe quién eres.
Termine mi trago y deje el vaso sobre la mesa –Muy pronto lo sabrá, no te preocupes.
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En Sus Manos ©
RandomLea Cooper una de las mujeres más influyentes en el sector empresarial. Alexander Matthews un playboy millonario que está acostumbrado a que todas las mujeres caigan rendidas a sus pies. Un día Lea se ve envuelta en un problema financiero muy grave...