Capitulo 6

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LEA.

Estaba frente a el restaurante, dudosa de lo que estaba a punto de hacer, pero ya estaba aquí, además era un lugar muy frecuentado, había demasiadas personas así que un secuestro aquí sería muy difícil de efectuar antes de bajar del auto decidí mandar mensajes a mis amigos más cercanos con mi ubicación diciéndoles que si en una hora no los llamaba dieran aviso a la policía, baje del auto, el encargado del valet parking se lo llevó, estaba a punto de entrar pero recordé que el desconocido no me dio ningún nombre ¿a quién vine a ver?, estaba por regresar por donde vine cuando...

–¿Disculpe?, ¿la puedo ayudar en algo?

– Amm... mi nombre es Lea Cooper y....

–Oh, Por supuesto señorita Cooper, sígame, la están esperando

Entramos al establecimiento, había escuchado mucho de el pero nunca había venido, ahora entiendo todos los halagos, nos adentramos tanto que ya habíamos pasado el área de mesas y pasamos a un área más privada, había un pasillo muy largo, creo que ahora sí me estoy preocupando, había varias puertas en ambos lados del pasillo, hasta que el hombre que me atendió se detuvo en una de las puertas y tocó

–Disculpe señor –¿señor? –pero la persona que está esperando ha llegado

El caballero se hizo a un lado para darme acceso a la habitación, dude si entrar, al entrar lo primero que llamo mi atención fue un hombre que estaba de pie mirando por una ventana, el era alto, y de espalda ancha su cabello no sabía distinguir si era negro o castaño, vestía un traje fue todo lo que pude observar ya que estaba de espaldas

–Creí que no vendrías– su voz era muy profunda, se dio vuelta para quedar de frente, me deslumbró, vaya que, si era demasiado atractivo, además tenía las facciones demasiado marcadas que le daban un toque varonil demasiado bueno.

– Ah – balbucee– yo tampoco sabría si era seguro venir y aún estoy dudando que haya sido lo correcto

–Toma asiento por favor– me señaló una de las sillas que estaban en la mesa

–No gracias, por qué no vas al grano ¿quién eres? y ¿por qué sabes tanto de mí?

–Es una historia muy larga–él se sentó– de verdad toma asiento, no creas que solo te invite a aquí para hablar, de ser así hubiera ido a tu oficina –Aún estaba temerosa, la presencia de ese tipo me hacía sentir así – vamos, no te voy a hacer daño

Me senté –Bien, ya puedes comenzar ¿cuál es tu nombre?

–Mi nombre es Alexander Matthews

Me sonaba ese nombre –¿Matthews?, ¿eres algo de la constructora Mattews  Adventure?

–Si, soy el dueño

Había escuchado un par de veces de él, en las reuniones que suelen hacer los empresarios para poner al tanto de sus proyectos, pero más que eso es para ponerse al día con los chismes de la alta sociedad, unas conocidas mías se habían estado quejando de una tal Alexander Mattews, tiene fama de ser un mujeriego de primera, pero todo quedaba en secreto a voces ya que nunca habían logrado captarlo con alguna mujer

–Bien señor Matthews, me presentaría, pero usted dice saber demasiadas cosas sobre mí, así que no tiene caso, ahora cuál es su interés hacia con mi empresa

Termine de decir esto y la puerta se abrió, entraron unas meseras a entregar la ¿orden?

–Aquí está el menú que ordenó señor– dijo una rubia, que literalmente babeaba por él y no la culpo era demasiado atractivo, pero él la ignoraba, no le prestaba atención alguna, el solo estaba observándome y me ponía nerviosa ¿por qué? no lo sé, pero pude apreciar mejor el color de ojos, eran color azul, se podría decir que tenía bonitos ojos, nos pusieron los platillos en la mesa – también aquí está la botella de vino que pidió

–Déjala ahí, se pueden retirar – dijo sin apartar la mirada

–Vaya, creí que solo veníamos a hablar, pero ya veo que no es así

–La verdad es que no había probado bocado – en ese momento a mi estómago se le ocurre hacer un ruido extraño – y por lo que veo tú tampoco ya que estás muy ocupada como para no prestarle atención a tu cuerpo

Tenía razón, llevaba un mes sin comer ni dormir bien –No se hubiera molestado – aunque a decir verdad se lo agradezco, por qué si tenía hambre – pero creo que nos estamos desviando del tema

–¿Quiere vino?, esta botella en particular es de mis favoritas – dijo abriéndola–una edición de 1987, sin duda alguna una de las mejores, espero sea de tu agrado– sirvió las copas y tomo de nuevo asiento – ahora sí a lo que vinimos, ¿qué es lo que quieres?

–Respuestas eso es lo que quiero ¿cómo supo lo del fraude? y ¿qué es lo que gana con esto?

–Okay, vamos por partes, pero antes, ¿te párese si dejamos de lado la formalidad?

–Prefiero mantenerla

–De acuerdo. Me enteré de tu problema por un amigo, ¿cómo lo supo él? no lo sé, lo que más me impresiona es la discreción con la que has manejado todo esto

–No ha sido fácil, pero no tardará en saberse, ya que muy pronto no podré solventar ningún gasto

–Ese es el motivo por el cual estamos aquí, también sé que has tratado de dar solución, pero no dan el resultado que necesitas, también sé que Billy Harrison te ha ofrecido ayuda y lo que más me intriga es el por qué no has aceptado su ayuda

–Eso no es asunto suyo

–Lo sé, pero es algo que me consterna bastante, por otro lado, sé que tienes dos meses para sacar a flote de nuevo a tu empresa, así que yo puedo darte todo el dinero que necesitas y si, sé que estamos hablando de millones de dólares

– Hasta ahora suena muy bien su oferta, ¿pero a cambio de que me está ofreciendo su ayuda?
no creo que sea por ser un buen samaritano ¿qué es lo que pide?

–Obviamente tendría que embargar tu compañía –iba a protestar, pero el prosiguió – claro, esto solo será por el tiempo en que tu economía se recupera, después de eso te la devolveré y podrás ir liquidando a plazos toda tu deuda conmigo

– ¿Solo esa es tu condición?

–No, solo queda una

–¿Cuál es?

– Que te cases conmigo

En Sus Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora