LEA.
Hoy era el día de la boda, desde muy temprano habia mucho movimiento en mi casa, la boda seria aqui a petición de mi papá a lo que la madre de Alexander apoyó, ella no quería que fuera en su casa por miedo a que se hiciera un zafarrancho, me asomé por la ventana y había demasiadas personas decorando el lugar donde seria la ceremonia y recepción, mis vestidos colgaban de la puerta de mi armario, mi amigo se había lucido con ellos, la verdad es que eran preciosos, eran dos, el vestido para la ceremonia era corte princesa con mangas y un escote en forma de corazón, la mayor parte estaba forrada de encaje y el de la recepción era igual corte princesa pero más casual sin mangas, más suelto para poder divertirme y bailar según él.
Había terminado de ducharme y me senté en mi cama, mi tía entró sin tocar –Si pasa, ya esta despierta, te estábamos esperando – dijo siendo seguida de nuestro estilista personal
–Lea – depósito un beso en mi mejilla – ¿nerviosa?
–Un poco, si
–Por dios Lea, sonríe parece que vas a un funeral y no a tu boda
–Disculpa tía, no pude dormir por la emoción – di mi mejor sonrisa
Él estilista comenzó a maquillarme y peinarme, no tardó mucho, solo faltaba ponerme el vestido, mi tía me estaba ayudando en todo
–Te notas muy feliz ¿a qué se debe?
–¿A qué se debe?, mi amor, te casas tu mamá estaría muy feliz, a eso se debe mi felicidad, ¿acaso tu no lo estás?
–No, no estoy feliz tía, acaso se te olvida que este matrimonio estará forjado en la conveniencia, no hay amor, crei que el día en el que me casa seria con la persona indicada, con la persona a la que yo eligiera porque la amo no por dinero
–Lea todo esto no será por el extranjero ese, que conociste años atrás ¿verdad?, tienes que entender una cosa, nadie te obligo a tomar esta decisión y ahora ya no puedes hacer nada.
–¿Qué?, ¡no tía! eso empezó y terminó hace años
Mi papá entró a la habitación, vestía un traje negro, al verme comenzó a llorar – Mira nada más, estas hermosa, te traigo esto, es un collar que yo le obsequie a tu madre, quiero que en este día tan especial tengas un pedacito de ella, no puedo cree que esto esté pasando, te casas Lea, Alexander esta a punto de llevarse lo más preciado para mi, lo único que he preservado por años, la única razón del porqué sigo vivo, pero estoy tranquilo por que Alexander es todo un caballero, se que vas a estar muy bien cuidada, te amo mi amor – me abrazo, lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas, ella tenía razón, no podía hacer nada a estas alturas y ahora mi papá viene y me da ese discurso el cual termino por aflojar todos lo sentimientos encontrados que tenía en ese momento –¿Por que lloras?, este día no es para llorar sino para celebrar – dijo mientras limpiaba mis lágrimas, en eso abrieron la puerta, dejando ver a Serena
–Hola a todos, ya esta todo listo abajo – me miro a lo que yo trate de controlarme y comencé a limpiar las lágrimas – ¡oh! Lea, no llores arruinaras tu maquillaje, estas preciosa y el vestido ni se diga, bueno yo traía esta pulsera que fue de mi abuela y ella se la dio a mi madre y mi madre a mi y ahora es tu turno, toma
Me extendió una pulsera que al parecer era de plata con incrustaciones de diamantes – Oh, no puedo aceptarlo Serena, creo que lo correcto es que lo tenga tu hija
–No te preocupes, para ella ya tengo algo, pero quiero que esto lo tengas tú, ya eres parte de la familia Matthews, así que este es tu primer obsequio y no aceptaré un no por respuesta – de nada servia protestar, extendí mi mano y ella colocó la pulsera en mi muñeca – Alexander ya esta abajo al igual que él juez y cura así que cuando tú quieras comenzamos
Todos salieron de la habitación dejándome sola, tarde unos minutos, la ceremonia comenzaba doce en punto, observé el reloj que estaba en mi mesita de noche el cual marcaba doce con diez, estaba nerviosa e indecisa de si era correcto seguir con esto o no, una parte de mi decía que no pero la otra parte decía que no solo era yo la que dependía de ese trato, Alexander ha sido muy buena persona conmigo y mi familia, le tengo aprecio, pero amor no siento y en el fondo de mi corazón sabia que eso no cambiaría, que vaya no estamos hablando que me quedaría con él por el resto de mi vida, estamos hablando de aproximadamente dos años o menos, estaba tan metida en mis pensamientos hasta que alguien habló
–La novia– voltee para ver de quién se trataba
–¿Vanessa?– estaba ebria, lo deduje por su caminar y por la copa de vino que traía en la mano –¿qué haces aquí?
–Este vino es de muy buena cosecha – dio un sorbo de la copa y lo saboreó –lo traje especialmente para ti y aunque no lo quieras, te lo vas a tomar – lanzo el vino sobre mi, manchando mi vestido
–¿Qué te pasa estupida?– le di una bofetada con todas mis fuerzas, a lo que ella dejó caer la copa – ¡No puede ser!, ¡no puede ser!
–Tú no te vas a casar con Alexander–se lanzó contra mi tratando de golpearme, tomo una capa del vestido y tiro del el destruyendo la parte de enfrente - Tú no eres mejor que yo
–Sueltame – me safe por un momento y trate de correr hacia la puerta, pero ella me tomo por el cabello, instintivamente la primera persona que se me vino a la cabeza fue mi tía, así que cometa gritar para que viniera ayudarme mientras ella segui jalandome el cabello
–¡Tía!, ¡ayúdame!, ¡Tía!– como pude la empujé para alejarla de mi – esto no te lo voy a perdonar nunca, ¡maldita loca!– la puerta se abrió de golpe dejando entrar a Alexander, sus ojos se posaron en mi y mi vestido para luego verla a ella, seguido por mi tía y su madre
–¿Qué pasa?– dijo mi tía entrando
–Mira lo que hizo
–¿Qué diablos haces aquí?– pregunto Serena
–Vine a desearle que tuviera una linda boda y como ya lo hice, me voy
–¡Estas enferma!
Ella caminaba hacia la salida, pero Alexander la tomó del brazo impidiendo que se fuera –Mamá, Marie salgan un momento por favor
–Pero Alexa...
–¡Fuera!– su voz se escuchó por toda la habitación, su madre y mi tía salieron dejándonos solos, soltó el brazo de Vanessa para tomarla por el cuello –Te lo advertí Vanessa, te dije que no te metieras con ella, ¿te das cuenta de lo que acabas de hacer?
–Tú no te puedes casar con ella –hablo con dificultad – yo te amo Alexander y no voy a dejar que te cases, tú eres mío, ¿por qué no lo entiendes?
–¿Porqué no lo entiendes tu?, no me interesas, solo te utilice para pasar el rato, créeme que tu serías la última persona con la que querría casarme, te he rechazado tantas veces que llegue a un punto en el que ya no me importaba lo que hicieras
–No era eso lo que me decías mientras me hacías tuya
–¿Qué te decía?, no te decía absolutamente nada, para mi era como acostarme con una mujerzuela, me importaban muy poco tus sentimientos, pero esto no te lo voy a perdonar – soltó su cuello y agarro su rostro bruscamente – vuelve a hacer algo en contra de mi esposa y atente a las consecuencias – la soltó bruscamente y literal la aventó hacia la salida– ahora lárgate antes de que pierda la poca paciencia que me queda
Antes de salir de la habitación, me dio una mirada de odio
–¿Estas bien? – se acerco a mi
–Si, pero mi vestido– de cierta manera sentía un poco de tristeza, todo el esfuerzo del diseñador había sido para nada, el vestido era precioso
–Tienes otro, te puedes cambiar, tomate el tiempo que sea necesario, bajare a controlar la situacion y asegurarme de que Vanessa se haya ido
Alexander camino a la puerta, tenia que decirlo, no podía seguir con esto –No me puedo casar contigo...
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En Sus Manos ©
RandomLea Cooper una de las mujeres más influyentes en el sector empresarial. Alexander Matthews un playboy millonario que está acostumbrado a que todas las mujeres caigan rendidas a sus pies. Un día Lea se ve envuelta en un problema financiero muy grave...