LEA.
Me había terminado de arreglar de nuevo, me pare frente al espejo, estaba acomodando el velo,mi mirada estaba perdida en el reflejo que estaba viendo.
–Lea, quedaste preciosa, como una muñequita –volteé para encontrarme con ella –Me imagino que debes estar muy nerviosa ¿verdad?
–Miedo– hablé con voz entre cortada– lo que siento es miedo
–Si mi vida, me lo imagino, pero estoy segura de que Alexander hará todo lo posible para que estés bien, él es muy buena persona – no tía te equivocas, es un monstruo – tu papá y todos los invitados están esperando por ti, anda vamos
Tome el ramo que estaba en la mesa de centro, di una última vista al espejo antes de salir de la habitación, baje las escaleras con mi tía detrás mío ayudándome con la cola del vestido.
Mi papá estaba esperándome al final de estas – Hija, mi amor te ves muy bonita, no creí que me alcanzaría la vida para presenciar este momento, estoy muy feliz por ustedes – dijo lleno de felicidad
–Gracias papá
–¿Contenta?
–Si– ¡mentira!, no podía explicar esta sensación que tenía, quería morirme, no estaba lista para esto, comenzamos a caminar por el pasillo, todas las miradas de los invitados estaban en mi, Alexander ya estaba esperándome, tenía un nudo en la garganta, con los invitados procuré dar mi mejor sonrisa, mientras caminaba fije mi mirada en Alexander, no sabía cómo en tan poco tiempo se podía a llegar a odiar a alguien con tantas fuerza, las lágrimas amenazaban con salir pero las contuve
–Alexander – llegamos a él – cuidala, te estoy entregando la otra midad de mi alma, te estoy entregando el tesoro más grande, parte de mi sabe que ella te ama y que serán muy felices, lo cual me tranquiliza, te agradezco tanto
–Sr. Cooper, no tiene nada que agradecer, le doy mi palabra de que la protegere con mi vida si es necesario
Mi papá me abrazó para después tomar su lugar, la ceremonia dio inicio, mi mente estaba nublada con tantos pensamientos que no prestaba atención a lo que estaba sucediendo a mi alrededor, la voz del juez me sacó de mis pensamientos
–Alexander Matthews ¿tomas a Lea Cooper como tu esposa?
Me dio una mirada rápida y sin titubear respondió – Acepto – inmediatamente firmó el acta
–Lea Cooper ¿tomas a Alexander Matthews como tu esposo?
¡No!, no lo acepto, las palabras no salían de mi boca
–¿Lea?– el juez volvió a insistir, Alexander no me quitaba la mirada de encima, era una mirada desafiante con la que señaló a mi papá, sabía a lo que se refería, el nudo en la garganta se sentía más grande, sentí una lágrima bajando por mi mejilla
–Acepto – dije con la voz cortada, no podía hacer nada ya, Alexander me tenía en sus manos, de nada me serviría luchar y menos a estas alturas, sin más tomé la pluma y firme
–Bien, con el poder que me confiere el estado, los declaro marido y mujer, un aplauso para el señor y señora Matthews – Alexander se acercó a mi para darme el beso, yo me quedé quieta sin moverme, él quería profundizar el beso, lo cual no permiti, lo único que provocaba en mi era asco y repudio, lo abracé y le hablé al oído
–Prometo odiarte por el resto de mi vida – dicho eso le di una rápido beso y le di la mejor sonrisa a todos los invitados, la mirada de Alexander no expresaba sentimiento alguno.
Todos se acercaron a felicitarnos, la recepción pasó sin contratiempos, nuestras familias se acercaron para darnos sus mejores deseos.
–La sesión fotográfica está por comenzar, pasemos de este lado
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En Sus Manos ©
RandomLea Cooper una de las mujeres más influyentes en el sector empresarial. Alexander Matthews un playboy millonario que está acostumbrado a que todas las mujeres caigan rendidas a sus pies. Un día Lea se ve envuelta en un problema financiero muy grave...