LEA.
–Señor, que bueno que han regresado ya, ¿quiere que ponga la mesa?
–No tengo mucho apetito
Escuche a lo lejos, podia percibir una colonia masculina muy de cerca, sentí mi cuerpo caer en algo acolchado y comencé a despertar
–Y ¿la señora?, ¿cree que quiera cenar algo?
–No lo se, si llegara a despertar le preguntas, tengo que salir
–Alexander – dije aún adormilada
– Creí que dormias
–Yo me retiro – Anders nos dejo solos
– Lo hacía, ¿Vas a salir?
–Si, tengo cosas que hacer – dijo a un lado de la cama
–Ya es tarde ¿no lo crees?– dije ya más conciente, pude darme cuenta que estaba en mi habitación
–Crei que entre menos me veas, mejor para ti
–Una cosa es que no me agrades y otra muy distinta que no te quiera ver
–Eso no es lo que me has dicho desde que nos casamos, incluso intentaste huir
Suspire, hablar con él nunca será fácil –Alexander, esta es tu casa, yo no puedo correrte de aquí– estaba por responderme pero no lo deje – quiero hablar contigo
–¿No es lo que estamos haciendo?
–No sobre esto
– Si es sobre el comportamiento de mi hermana, no te preocupes, ya hablaré con ella
–Te lo agradezco, pero eso no es sobre lo que quiero hablar
–Bien, te escucho – estaba por continuar pero...– si estás pensando en el divorcio olvídalo, ni lo sueñes
–Carajo Alexander, déjame hablar –dije levantando la voz, me senté en la cama– ¿por qué siempre a la defensiva?
–Ya no se que esperar de ti – dijo levantando los hombros
–No crees que quien debería estar a la defensiva ¿debería ser yo?, yo soy la afectada en todo esto, pero en fin, no quiero discutir sobre eso, lo que realmente quiero decir, es que no me puedes tener cautiva aquí, me aburro, no tengo gran cosa que hacer, déjame volver a la oficina – dije en tono de suplica– soy la dueña, debo estar al pendiente de todo
–Para eso tienes a Max
–Es verdad, no dudo de su capacidad, pero... – suspire frustrada – ¡por favor!
Se puso en cuclillas llegando a la misma altura – ¿cómo se que esto no es una trampa para que puedas intentar escapar de nuevo?– pregunto mirándome a los ojos
–Por que no lo haré, ya entendí que quien pierde más soy yo, además, todos estarán extrañados del por qué no regreso
–Me cuesta volver a confiar – se levanto y camino en dirección a la puerta
No podía dejarlo ir, necesito volver a mi vida, tenía que convencerlo si o si, antes que pudiera salir lo tome del brazo para detenerlo, me puse frente a él lo más cerca posible y tome su rostro entre mis manos – Te prometo que no lo volveré a intentar escapar – tenerlo así de cerca me permitió observar cada faccion de su rostro, era realmente atractivo.
Unas ganas inmensas de besarlo se apoderaron de mi que no pude resistirme y lo besé, él tardo unos instantes en devolverme el beso, fue un beso corto pero con desesperación por su parte, no duró mucho y fue él quien terminó con el beso
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En Sus Manos ©
RandomLea Cooper una de las mujeres más influyentes en el sector empresarial. Alexander Matthews un playboy millonario que está acostumbrado a que todas las mujeres caigan rendidas a sus pies. Un día Lea se ve envuelta en un problema financiero muy grave...