En Sus Manos ©

Capítulo 9

LEA.

--Disculpe señorita, la habitación del señor Jim Cooper

--¿Es usted familiar del paciente?

--Soy su hija

--Él señor Cooper está en el quirófano en estos momentos, puede pasar a la sala de espera

¿Quirófano?, que era lo que le había pasado a mi papá -- Gracias-- hablo Alexander tomándome de la cintura para guiarme a la sala de espera, al adentrarnos al lugar vi a mi tía sentada, lucia muy cansada y preocupada

--¡Tía! -- corrí hacia ella y la abrace-- ¿qué fue lo que paso?

--¡Ay, hija!, no lo sé, yo llegue del aeropuerto y subí a saludar a tu papá y cuando entre a su habitación él estaba inconsciente en el suelo-- sollozo-- ahora lo están operando

-- Pero ¿qué es lo que dijo el doctor?

--Que tuvo una falla en una válvula cardíaca y por lo tanto tendrían que operarlo de emergencia, pero que sería una cirugía complicada ya que el corazón de Jim está muy débil, ahora solo queda esperar a que esto termine--la mirada de mi tía paso de mi a Alexander -- ¿Tu novio? -- me pregunto con una mirada de curiosidad

-- ¿Qué?, ¡no! -- nos acercamos a él -- tía, te presento a Alexander Mattews, él es... -- voltee a verlo y él solo jugo con sus cejas-- un amigo

--Marie Cooper, es un placer -- mi tía le tendió la mano y él la tomo llevándola a su boca y depositar un corto beso

-- El placer es todo mío, señora Cooper

Comenzaron a hablar sobre la familia de Alexander, mi tía al parecer quería saber todo sobre él

–Familiares de señor Jim Cooper– una enfermera llego a la sala

–Nosotros– mi tía no tardó en contestar

–Síganme, por favor– seguimos a la enferma hasta una oficina

–¿Cómo está mi papá?

–Él Sr. Cooper aún no sale del quirófano, la cirugía está siendo muy complicada, pero hasta ahora no hay nada de qué preocuparse

–¿Entonces que es lo que sucede? – pregunto mi tía

–El hospital requiere el pago de los servicios que se le están brindando, así como todo el medicamento administrado

–Entiendo– saque mi cartera de mi bolso, dándole una tarjeta de crédito – aquí está, cobre lo que tenga que cobrar

–Enseguida vuelvo– la enfermera salió de la oficina

–¡Ay! Alexander, que bueno que estás aquí para apoyar a mi sobrina, tú sí que eres un encanto

–No tiene nada que agradecer, lo hago de corazón

Que está pasando aquí, se conocieron hace apenas unos minutos y mi tía ya está encantada con Alexander, y él está alimentando a mi tía con sus absurdas respuestas, o sea nos conocimos ayer y si está aquí fue por que recibí la noticia en mal momento, pero solo eso, su celular comenzó a sonar, se disculpó y salió a atender la llamada

–Hija, pero que buenos gustos tienes, está guapísimo

Le di una mirada recriminatoria–¿En serio tía?, mi papá está luchado por su vida y tú en lo único piensas ¿es en lo guapo que está?, no lo puedo creer