ALEXANDER.
–¿Estás seguro de lo que vas a hacer?
-Por supuesto que estoy seguro
-Yo sigo creyendo que esto es una tontería, pero como siempre, te apoyare
-Te lo agradezco Mike, ¿ya hiciste la reservación?
-Si, todo está como lo pediste, sí que te interesa esa chica, tú nunca llevarías a tus conquistas a ese lugar
-Lea no es como ellas, ella es diferente, aparte quiero un lugar privado para que no haya distracciones y sea más fácil persuadirla
- ¿Por cuánto tiempo has planeado todo esto?, lo tienes todo fríamente calculado
-Desde que la conocí
- ¡Oh, por dios!, Alexander Mattews ¿enamorado?, a qué santo tengo que agradecerle
- ¿Enamorado yo? - bufé- no seas ridículo, además como me voy a enamorar de ella, no la conozco
- ¿No que sabes todo sobre ella?
-La información que tengo, es la que tengo cuando necesito saber algo sobre quienes voy a negociar, en cambio sentimentalmente no tengo idea de cómo es, pero no creo que sea tan difícil, a todas las mujeres les gusta lo mismo
- ¿Sexo?
-Claro, solo será cuestión de que pruebe todo esto -dije señalándome - y caerá redondita
-Pero no acabas de decir que ella no es como las otras
-Amigo, aún no ha nacido la mujer que se me resista, además tiene clase y elegancia, que mi familia alabaría, mi madre quedara encanta con ella
-Eso sí, es muy hermosa, pero tendrías que mantenerla alejada de tu padre, acaso no recuerdas lo que te hizo con....
-Basta, te pedí que no se volviera a tocar ese tema.
Levantó las manos en forma de rendición -Como quieras
- ¿Tienes el número ya?
-Si - depositó un pedazo de papel en el escritorio - yo dudo que vaya
- Ya lo averiguaremos
Ya era tarde, todo mundo se retiraba, la jornada laboral había terminado, en ese momento tomé mi celular y comencé a escribir un mensaje de texto, lo envié, pendiente de la respuesta, no tardó demasiado, en escasos cinco minutos obtenía una respuesta.
- ¿Cómo vas? - pregunto Mike entrando a mi oficina
-Amigo - me puse de pie, tome mi saco y me pare frente a él - me voy al restaurante
- ¿Aceptó la cena?, no me lo creo
-Bueno, aceptar lo que se dice aceptar, como tal aún no
- ¿Cómo?
-Le dije que estaría esperándola ahí, así que es hora de que me vaya, ¿seguro que todo está como lo indique?
-Seguro, acabo de llamar para rectificar que todo esté en orden
-Perfecto, me voy
-Suerte
- ¿De verdad Mike?, no olvides que la suerte....
-Si, si, la suerte es para mediocres - hizo comillas con sus dedos - éxito - dijo poniendo los pulgares hacia arriba
Salí de la empresa en mi auto en dirección al restaurante, no estaba muy lejos, ya había estado ahí un par de veces, y a mi parecer es muy elegante, era de mi agrado, solía ir ahí cuando necesitaba pensar y pasar un rato a solas pero agradable, llegue al establecimiento y entregue mi auto
-Sr. Mattews, que gusto verlo por aquí, ya tenía tiempo en no venir
-Lo se Joe, ¿mi reservación está lista?
-Si señor, todo está como usted lo pidió, sígame
Nos adentramos al establecimiento, había mucha gente, al parecer muchos tenían algo qué celebrar y espero yo también poder festejar, llegamos al salón privado que había reservado, y todo estaba en orden -Joe, la persona que estoy esperando se llama Lea Cooper, en cuanto llegue hazla pasar
-Entendió señor, gusta ordenar ahora o ¿prefiere esperar a su acompañante?
-Me gustaría hacerlo ahora- me trajeron la carta y ordene algo para ambos, algo ligero pero apetecible, mi platillo favorito del lugar y una botella de vino - es todo Joe, puedes retirarte
-Permiso
Espero que esto salga bien, esto tiene que salir a la perfección sé que no será fácil, ella no lo pondrá fácil pero, no me daré por vencido, a pocos minutos tocaron la puerta anunciando la llegada de Lea, yo estaba observando la noche por el ventanal, al darme la vuelta la vi de pie junto a la puerta, vestía un traje formal que consistía en una blusa blanca, falda entallada que le quedaba debajo de las rodillas y un saco el conjunto era de color negro era de esos modernos que se ajustaba perfectamente a su silueta, al principio se notó tímida, pero poco después recobró la cordura, la invite a tomar asiento para poder charlar mejor, ya sentados pude observar su aspecto, era verdad lo que decían, había estado trabajando demasiado que se notaba demasiado cansancio en su rostro y ahí estaba Lea Cooper frente a mí, llego la hora.
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En Sus Manos ©
RandomLea Cooper una de las mujeres más influyentes en el sector empresarial. Alexander Matthews un playboy millonario que está acostumbrado a que todas las mujeres caigan rendidas a sus pies. Un día Lea se ve envuelta en un problema financiero muy grave...