ALEXANDER.
Llegue al aeropuerto, mis hombres ya estaban esperando por mi
–La señora Matthews está en la sala 1B
–Preparen el jet, nos vamos ahora mismo
–Enseguida señor
Me dirigí a la sala donde se encontraba Lea, la sangre me hervía, fui tan estupido por creer que las cosas podrían salir bien, ella se aprovechó de eso y eso no se lo voy a perdonar.
Como le dije alguna vez, no me conoce, se ha acabado mi tolerancia para con ella, me dirigí a la sala, había demasiada gente pero no me costo mucho trabajo encontrarla, estaba sentada a unos pasos de mi, solo llevaba una mini maleta, lucia un poco nerviosa, observaba a todos para después bajar la vista a su celular.
Sin perder más tiempo fui a donde ella –Vámonos – no le di tiempo de reaccionar, la tome del brazo, tome su maleta y comencé a caminar
Ella me miro con miedo, mis expresiones eran neutras –¿Qué haces aquí?– hablo con voz temerosa
–¿Qué qué hago aquí?, vine por algo que me pertenece
–No, no – forcejeó conmigo para soltarse – sueltame, no quiero ir contigo
–No lo hagas más difícil – se detuvo – camina – hable amenazante, pero ella siguió sin moverse, ya bastante gente tenía la atención sobre nosotros – ¿no vas a caminar?, bien – la cargue sobre mi hombro y comencé a caminar, ella comenzó a moverse para tratar de bajar, uno de mis hombres estaba esperando, le di la maleta para poder agarrar a Lea mejor.
Llegamos a donde estaba el jet, todo el rato ella trató de zafarse golpeando mi espalda y pidiendo que la bajara, subimos al jet, la bajé y me dio una mirada llena de odio y como siempre se sentó lo más lejos posible de mi, esperamos aproximadamente treinta minutos para que el equipaje llegara
–¿De verdad creíste que podrías escapar de mí tan fácil?
Ella hizo caso omiso de mi pregunta
El viaje duró aproximadamente cuatro horas, cuatro horas de un ambiente tenso, cuatro horas de ver y escuchar llorar a Lea, me sentía impotente, creí que todo saldría bien, no me refiero a que todo seriá perfecto y que seríamos una pareja real, pero por lo menos disfrutariamos de este viaje como amigos, pero no fue así
Despues de horas llegamos a casa, la noche ya había llegado
–Bienvenidos señor y señora Matthews, no los esperamos hasta la próxima semana
– Hubo cambio de palnes
Tome a Lea del brazo y la guie a las escaleras para ir a la habitación.
–Sueltame, me lastimas – gritando y con voz llorosa, entramos y azote la puerta con fuerza.
–¿A dónde ibas? – ella no respondió –No lo voy a repetir otra vez Lea, ¿a dónde carajo ibas?– grité
–Lejos – alzo la voz– quería irme muy lejos de ti– golpeó mi pecho – acaso no lo entiendes, no entiendes que no tolero estar cerca de ti, todo de ti me da asco.
–Pues lo siento por ti, pero eres mi esposa
–Una esposa que tuviste que comprar, por que no fuiste capaz de obtener una por mérito propio, no te preocupes pediré la anulación del matrimonio y te regresaré cada centavo que me has dado
Intente acercarme a ella pero huyó – No te me acerques, no te me acerques, ya déjame
–Si, si te compre tienes razón, pero tú no estas libre de culpa, al principio no te parecía tan descabellado – la empuje bruscamente a la cama– así que ahora no me vengas a decir que todo es culpa mía
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En Sus Manos ©
RandomLea Cooper una de las mujeres más influyentes en el sector empresarial. Alexander Matthews un playboy millonario que está acostumbrado a que todas las mujeres caigan rendidas a sus pies. Un día Lea se ve envuelta en un problema financiero muy grave...