Capítulo 13

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ALEXANDER.

Me levante temprano como de costumbre e hice mi rutina, antes de bajar a desayunar entre a la habitación de Lea, me senté al borde de la cama y por instinto comencé a acariciarle el pelo, se veía tan linda así tranquila sin preocupaciones, el beso de hace unas horas me había dejado algo consternado, pero lo que más me preocupa es ¿cómo demonios llegaron esos documentos ahí?, le di un beso en la cabeza, salí y baje a desayunar.

–Anders

–Dígame señor

–Quiero que atiendan lo mejor posible a la señorita Cooper y a su tía, si salen que se lleven al chofer y una escolta – hace unas horas Lea amenazo con irse así que tengo que retenerla en esta casa a como dé lugar– manténgame informado de todo lo que pase por favor

– Así será señor

Termine y me fuí ya que tenía una junta, esa junta era para una construcción muy importante del gobierno así que nos tomó varias horas llegar a un acuerdo para el beneficio de ambas partes, al terminar la junta mi asistente me pasó unos pendientes que teníamos, me encerré en mi oficina para terminar lo que había dejado pendiente a causa de la situación con Lea, llame Anders para preguntar por ella y me informó que habían ido al hospital, así que decidí alcanzarla y poder ver el estado de mi futuro suegro, para que cuando despierte vea que me preocupe por él y sea más fácil ganarme su confianza, esa es una de mis tácticas para ganarme a Lea

Salí de la oficina y me dirigí al hospital al llegar note que los escoltas estaban como locos buscando algo, rápidamente baje del auto y me acerqué para ver que era lo que pasaba

–¿Qué sucede?

Al escuchar mi voz quedaron helados– Lo que pasa señor es que...– le dio una mirada rápida a su compañero –es que la señorita Cooper no aparece por ningún lado

–¿Cómo que no aparece?, les pago para cuidar gente no para perderla – les grite, si Lea se iba todos mis planes se iban por la borda – y ¿su padre?

–Él Señor Cooper sigue aquí, al igual que la tía

–Quiero que busquen por toda la zona hasta que la encuentren, ¿me entendieron? – ambos asintieron con la cabeza, mientras yo me dirigía a buscar a la tía, llegue a la habitación y entre sin tocar

–Marie, me dijeron que estaban aquí

–Alexander, no debes preocuparte tanto, te aseguro que tienes cosas mucho más importantes que atender como para que también te preocupes por nosotras

–No es nada se lo aseguro, y ¿Lea? – pregunté casualmente buscando por toda la habitación

–Disculpa si me meto en lo que no me importa, pero ¿qué es lo que pretendes con mi sobrina? y de una vez te informo que estoy al tanto de todo lo de tu propuesta

Eso me dejó perplejo no pensé que Lea le comentara algo a nadie – Vera señora admito que mi principal objetivo con todo esto es obtener la herencia de mi abuelo, y si, sé que ha de pensar lo mismo que su sobrina, que por que ella si tengo a miles dispuestas a hacer lo que sea con tal de estar conmigo, pero no es sencillo. Lea es un caso diferente desde que la conocí no he podido sacármela de la cabeza– en ese momento recordé el lugar donde la vi por primera vez – ella es una mujer completamente diferente de con las que he estado, es brillante, independiente, segura de sí misma, con modales –no es posible lo que estoy a punto de decir– prácticamente es mi mujer perfecta y en cuanto me entere de su situación decidí aparecer, creí que sería cosa fácil, pero no fue así. Ella me demostró que no se doblegaba ante nadie sea cuales fueran las circunstancias lo cual me hizo admirarla aún más, por eso seguí insistiendo, pero al parecer no he logrado avances

En Sus Manos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora