24. Abre la puerta, idiota.

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-¿Podemos hablar?- le pregunto a Eric mientras me siento en mi cama.

-Claro...- dice mientras se sienta delante de mi.- Espera.- saca su varita y embruja la puerta.- No quiero que me vean como humano.

-Nunca había visto tu varita...- digo inspeccionándola, pues era muy diferente a la mía.

Él se ríe. No le encuentro la gracia, hasta que pienso mal.

-Pervertido, estás en una edad muy tonta.

-Tú eres la que ha hecho una frase con un doble sentido muy claro.- pongo cara de enfadada; aunque todo lo contrario, me cuesta aguantarme las ganas de reir con él.- Bueno, ¿de qué querías hablar?

Me callé porque no tenía nada de qué hablar. Solo quería hablar con él. Me imagino que se esperaba que le contara algo importante, pues me mira fijamente y callado.

Al final no lo resisto y le beso. Eric me devuelve el beso, subiéndole un poco más la intensidad. Y entonces llega el don... Recuerdo feliz, por favor, un recuerdo feliz...

"-Tienes que irte, Iris.- me dice mi padre murmurando.

-¿Por qué? ¿Qué ocurre?- decía asustada.

-Aun nada... pero ocurrirá. Vete al bosque. Escóndete y no vuelvas hasta que todo haya terminado.

Veo a la Iris que fue a los Mundiales de Quidditch coger a Sky, mientras mi padre se negaba. Después salgo corriendo hacia el bosque.

Poco después Sky se convierte en Eric.

-¿Estará bien, no?- le dice a mi padre.- Aun podría alcanzarla...

-Ahora te necesitamos aquí.-dice mi padre zanjando el asunto.

Los dos se cubren la cara para que no los reconozcan y salen fuera de la tienda de campaña."

Cuando termina el recuerdo, sigo besándolo. Sin que yo lo supiera, él ha estado cuidándome siempre. Puede que me siguiera gustando Nott, pero es que Eric... Mi cabeza era un completo lío. Y yo no podía dejar de besar a Eric. Y él tampoco estaba dispuesto a dejar el beso.

Pero en algun momento teníamos que respirar, así que nos separamos.

- Pensaba que con Nott por aquí, no tendría ninguna posibilidad...- suelta, con una sonrisa ladeada.

-Puede que te equivocaras.

-O puede que no pero que también querías besarme. Ya que no puedes con él...

-Idiota.- fue lo único que dije.

¿Por qué todo el mundo se creía que tenía derecho de psicoanalizarme? ¿No puedo ser impredecible por una vez?

Intento abrir la puerta de la habitación, pero recuerdo que Eric la había hechizado antes del beso.

-Ábrela.- le digo ya enfadada.

-No. Me has llamado idiota.

-Porque lo eres. Ábrela.

Él se levanta de mi cama, donde seguía sentado, para acorralarme contra la puerta. Se debe creer que así me intimida, pero todo lo contrario. Estoy enfadada con él. Realmente no sé el motivo exacto, puede que en realidad esté enfadada con el mundo.

-Abre la puerta, idiota.- murmuro.

-No. Primero escuchame. No te enfades porque te diga la verdad. Quizás te estes mintiendo a ti misma, con que te gusto yo, pero a mi no me engañas. Los dos sabemos que entre Nott y yo, no salgo ganando...

-¡Callate!- le digo, dandole un golpe en el pecho para que se alejara de mi.- Os odio a los dos, ¿vale? Aunque ambos lo penseis, no sois mis prioridades. Ahora, abre la puerta.

-Abrela tú. No creo que sea tan dificil deshacer el hechizo.- me suelta, antes de volver al baño.

Un poco de razón sí que tenía, era un hechizo de primero. Así que por fin la abro y salgo de esa habitación tan hostil.

Estaba enfadada por nada, lo sé, pero estaba harta. Nott era un hipócrita, Eric un sabiondo y yo solo tenía ganas de huir de esta situación.

Salí al jardín que estaba cerca del Lago Negro, por fin un poco de soledad para restablecer mi respiración...

Por la mañana nos despertamos con una noticia un tanto extraña. La profesora Umbridge había sido nombrada Suma Inquisidora de Hogwarts, algo que no tenía muy buena pinta. Aun así, a los de Slytherin no nos caía tan mal como a los de las otras casas, al parecer ella había pertenecido a nuestra casa y nos trataba mejor. Le daré un voto de confianza.

Para despejarme de todo el lío de amoríos, me fui con Tracey a Hogsmeade. Casi ninguno de nuestros amigos Slytherin quiso ir, por lo que al final fuimos ambas solas.

Realmente, las intenciones de Tracey no era dar un paseo conmigo sino intentar coincidir con Derek, un chico mayor que nosotras también de Slytherin. Así que cuando por fin le hizo caso, me dejo de lado por su amor. No me lo tomé a mal y salí a fuera a investigar un poco Hogsmeade, casi ni lo conocía.

Caminando, llegue a un lugar en el cual no había estado antes: la Cabeza de Puerco. Parecía estar llena de alumnos, pero preferí quedarme fuera, enterandome de...

La Slytherin de dos carasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora