55. Oscuridad.

2.3K 165 7
                                    

-¿Han pasado ya los 10 minutos?- le pregunto a George, que estaba mirando la receta de la poción. Ojalá no funcione y me quede con mi pelo rubio natural.

-Ahora estoy dudando cuánto tiempo es...- me responde, rascándose la nuca.

-Pásame el libro.- aun así, sigue sujetándolo, ignorándome.- George, pásamelo.

-No, que me pegarás.

Ya no puedo más y me abalanzo hacia él, consiguiendo arrebatarle el libro después de un pequeño forcejeo. Había un apartado de efectos secundarios: poco duradero, demasiado duradero, color no deseado, pelo quemado...

-¿¡Pelo quemado!?- grito, tirando el libro.- Quítamelo, quítamelo, quítamelo.

-Han pasado 5 minutos, parece que no sale humo.

-¡No se quema de esa forma! Quítamelo, George.

-Aun así, no parece ir mal. Relájate.

-Nunca serás peluquero...

George se lleva la mano al pecho mientras hace que llora, limpiándose una lágrima imaginaria. Sí, es un poco dramático.

Lo que quedaba de tiempo, lo pasamos en silencio. Él me miraba intentando no reírse de mi y yo... No sé cómo no se ha muerto con mis miradas asesinas.

-Bien, ha llegado el momento...- murmura, mientras me quitaba la poción con una toalla.

-Por Salazar, dime que es un color normal...

-Si eso te consuela...- seguro que es un color azul o algo así, siendo que quiero pasar desapercibida.- Deberías cambiarte el apellido, pareces una Weasley.

-¿Soy pelirroja?

-Fred y tú pareceréis hermanos, cuando os beséis sera un poco incesto.- dice riéndose.

-A mi no me hace gracia.- digo como una niña pequeña, cruzándome de brazos.

-Era broma, ahora eres pelinegra.- dice peinándome, por lo que puedo ver mi nuevo pelo azabache caer por mis ojos.

Se pone frente a mi, colocando los últimos mechones. Cuando ya ha terminado, se me queda mirando y hace una mueca extraña.

-Se te ha olvidado teñir las cejas, ¿verdad?- digo monótonamente.

-Dame diez minutos.

Por favor, paciencia, ven a mi.

------------------------------------

Después de solucionar el problema de las cejas, salí de la habitación de los gemelos para ir rápidamente al baño a mirarme. Por suerte no me encontré con nadie por el pasillo.

Ahora sí que no parecía yo. Era como una versión con el pelo de Pansy y el corte de Daphne. Pero con mis característicos ojos bicolores. Seguro que los señores Weasley me dejan ir así... O eso espero.

Bajo al comedor y se me quedan mirando raro los demás miembros de la familia Weasley.

-Lo sé,- dice George, bajando detrás de mi.- soy un gran peluquero aunque ella diga lo contrario.

-Estás tan...- empieza Fred, pero se calla.

-No pareces tú.- murmura Ginny.

-Eso está bien.- dice Arthur.- Pero aun así no puedes irte con los gemelos.

-¿Por qué?

-Sigue siendo peligroso, tus ojos no son comunes. Es una buena forma de reconocerte. Pero puedes ir a finales de este mes... Ya que en septiembre vuelves a Hogwarts.

-Todo es de los mortifagos, ¿no se supone que no me pueden encontrar?- digo, sentándome en frente suyo en la mesa grande del comedor.

-No durante este mes, hasta que el efecto de la poción ya sea indefinido. En septiembre volverás a Hogwarts y no tendrás que volver a tomarla. Así ya no te utilizarán por el don.

-¿Qué se supone que tengo que decir cuando me pregunten dónde he estado?

-Snape tiene un plan, pero yo no sé más que tú.

Fred y George suben a su habitación, pero antes me hacen una pequeña señal. Por ello, los sigo por las escaleras, hasta entrar al cuarto y sentarme en la cama de Fred.

-Bueno, podré veros antes de ir a Hogwarts.

------------------------------------------------

Era el fin de semana anterior para volver a Hogwarts, por lo que me dejaron ir a ver a los gemelos estos dos días. He tenido que venir a lo muggle, con autobuses y andando, porque la Orden del Fénix dudan un poco del transporte con la Red Flu desde que el ministerio está gobernado por los mortifagos.

Ya había pasado por el Caldero Chorreante, andando por el Callejón Diagon, que estaba más vació de los habitual. Muchas de las tiendas estaban cerradas, pues los dueños habían huido o simplemente se escondían.

Un escalofrío me invadió al pasar por la entrada al Callejón Knockturn. Allí está Burgin y Burkes, donde Draco y yo tuvimos que pasar tanto tiempo el año pasado por el dichoso armario evanescente.

Voy tan distraída mirando hacia el callejón, que no me doy cuenta que una mano enguantada me tapa la boca. No me da tiempo a reaccionar, pues un "desmaius"  murmurado por una voz masculina junto a mi oído hace que todo lo que vea sea oscuridad...

---------------------------------

Buenas! Ya son 10.000 leídas! Pensé que no lo leería tanta gente, ahora me da vergüenza :/ Jajajaja no, no sé, pero me encanta :) Gracias por leer, votar y comentar! Att: Nyze

La Slytherin de dos carasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora