LAIA:
Abrí la puerta del salón casi de una patada, estaba hecha una maldita bola de fuego, camine a paso firme por los pasillos del instituto empujando a toda persona que se atreviera a cruzarse. Mi objetivo estaba claro: Francisco.Divise su cabello castaño entre varias cabelleras rubias, quise asesinarlo con más razones pero me centré solo en na: Katherine.
Él me observo y sonrió, no era una sonrisa como las de siempre, algo en él era diferente, pero no me importo en absoluto si tenía un mal día o cual sea la razón por la que tenia esa estúpida cara de no romper un plato.
Al llegar a su lado lo tome del brazo haciéndolo caminar fuera de su círculo de mujeres. Cuando ya estábamos metidos en un salón vacío lo mire. Mi mirada se encontraba completamente vacía, literalmente quería asesinarlo.
Él abrió la boca para hablar pero lo interrumpí.
—Dime una cosa, persona desagradable— rugí, él abrió sus ojos grandes, parecía no saber de lo que me había enterado— jamás vuelvas a tocarme un solo pelo más ¿oíste?
—¿Que? Laia, no... estoy confundido, no entiendo de qué hablas— dijo frunciendo el ceño.
—¿Te refrescó la memoria?— lo burlé acercándome más a él— ¿te suena mi hermanita Katherine?— rugí y aplaste mi mano en su mejilla— eres un idiota— escupí y salí de allí sin esperar respuestas. Estaba tan ofendida con él.
Primero lo de la fiesta y ahora esto, si bien en el momento le creí que no se había acostado conmigo ahora estaba dudando, porque qué más podía esperar de una persona como él.
¿Que clase de ser humano dañaría así a una simple chica recién llegada a la ciudad? Si, acertaron, un ser humano igual o más lastimado por dentro. Pare en seco. <Igual o más lastimado por dentro> resonó en mi cabeza, pero rápidamente quite esa idea de mi cabeza.
Los días pasaron y miles de veces Francisco intento acercarse a mi. Katherine me comentó que él había ido a buscarla al instituto para pedirle disculpas por su comportamiento y explicarle que él no es la misma persona. Patrañas. Uno no cambia drásticamente en un par de meses ¿o no?
Era viernes al fin y tocaba ronda de hermanas, hace mucho tiempo no nos juntábamos las cinco a hablar de nuestra vida y ya era hora.
A las diez en punto, luego de cenar, nos encontrábamos todas reunidas en la habitación de Chloe para preparar todo.
Katherine y Chloe se habían encargado de armar una especie de carpa iluminada y Hailey de hacer las exquisitas palomitas de maíz de siempre.
Al llegar me senté en el colchón debajo de la carpa improvisada y todas imitaron mi movimiento.
—Bien ¡damos por comenzada la noche de secretos Connor!— hablo Katie, me ponía feliz verla bien después de tanto tiempo de tormenta.
—¿Quien comienza?— preguntó Chloe moviendo una y otra vez la pierna, eso hacia ella cuando estaba completamente nerviosa o ansiosa, todas la conocíamos ya, así que nos miramos las unas a las otras— ¿Que?— dijo dándose cuenta de su movimiento y poniéndole un alto.
—Tu, mira lo ansiosa que estás— hablo Jade burlándose, Chloe la fulmino con la mirada y suspiro.
—Solo porque lo ha dicho Jade— dijo— quiero decirles que ya descubrí que no soy lesbiana y no me gusta Annette— habló de repente— Bien... es todo mentira si me gusta y no verla me está matando por dentro, necesito tener sus labios de nuevo pero ella está con Vince y estoy loca por que vuelva a observarme a mi— soltó sorprendiéndonos a todas.
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Quintillizas
RomanceTodo comenzó una noche de borrachera, Ellie Swift y Adam Connor estaban oficialmente casados, aunque eso no les había impedido tener antes al pequeño Austin de tan solo dos años de edad. Esa noche saldrían a divertirse debido a que pensaban ponerse...