25- ¡Mi hermana tiene un culazo!

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LAIA:
Me encontraba caminando hasta mi salón de clases, sola, ya que mis amigos se encontraban ya allí supongo. Yo iba tarde. Y de lo rápido que iba parecía que tenía un maldito cohete en el trasero.

De un momento a otro una chica castaña se cruzó ante mi casi haciéndome caer. Por no contar el mini paro cardiaco que me dio.

—¿Tú eres una de las hermanas Connor?— Pregunto con su voz chillona.

Asentí lentamente con cara de "¿tu quien mierda eres y porque sabes mi apellido?"

—Diles a tus hermanas que las invito a mi fiesta, soy izzabelle— dijo tendiendome su mano, yo la acepté con gusto, me encanta hacer amigos. Pero estaba apurada.—Y espero que Katherine esté mucho mejor... lo digo por lo qué pasó hace algunos meses atrás—Concluyó, solo asentí en respuesta.

Continué mi camino a paso apurada y choque mi hombro con otra persona, no me importo. Seguí caminando no quería ningún strike en mi prontuario. A esa persona no le bastó con chocarse conmigo, sino que me tuvo que tomar impidiéndome caminar. Vi su maldita cara de idiota justo en ese instante.

—¿Eres idiota? ¡Tengo clases!— le grite.

—Eso no dijiste la última vez que nos vimos—dijo poniendo esa cara que pone cuando liga con alguien. Dios. ¿Que tan exasperante puede llegar a ser?

—Callate, todo fue tu culpa—el río pero al instante le cambió la cara.

—¿Iras a la fiesta de Izzy?—Preguntó mirándome.

—¿Que te importa?—dije chocándole el hombro nuevamente y huyendo cual cobarde. Ya saben. "Soldado que huye sirve para otra batalla".

FRANCISCO:
No se porque, pero me sentí fatal de que ella fuera a esa fiesta, Izzy siempre invita muchos hombres mayores, de fraternidades y Laia no dudaría un minuto en irse con ellos, tienen todo lo que busca. Negué con la cabeza. Ninguno de esos idiotas puede arruinarme el ligue.

Por primera vez en mi vida me sentí... ¿menos? Reemplazable, ya entienden. Y no me gusta en lo absoluto.

Yo también iría a esa fiesta con mis amigos. Quizá pueda cuidarla desde allí.

Sentí unos finos brazos rodear mis caderas, gire ilusionado de que quizá y solo quizá, sería Laia. Pero es imposible. Mi cara decayó al ver a Beth.

—Ah, Hola Beth— dije con un deje de desilusión en mi voz.

—¡Amor! iras a la fiesta de Izzy ¿no?—dijo con su voz mega irritante.

—Claro—dije, luego lo pensé un poco y me di cuenta que si le decía que si ella me buscaría y no me dejaría estar con Laia—Que no, claro que no—repetí rápidamente la oración.

—¿Porque Fran? Siempre la pasamos genial— dijo acariciandome todo mi torso, su toque me excitaba, pero más me excitaba el de la maldita Laia, a la cual no logro acercarme por más que haga lo que haga. quite su mano, ya ni siquiera tenía ganas de tirármela, solo tenía un capricho y se llamaba Laia Connor.

LAIA:
Llegue a casa luego del instituto, apenas llegue fui a la habitación de Katherine, como todas las tardes. Ella estaba tomando jugo en una bombilla y mirando alguna película. Ella me observo y sonrió.

—¡Lai!— dijo. Me encantaba verla irradiando luz, como antes. Ya hace unos meses qué pasó lo de su intento de suicidio y entre mi familia y yo nos encargamos de que se olvide de él. Cameron era mala palabra en esta maldita casa. Y así será por siempre.

—Que feliz estás, Katie, me encanta verte así— Conteste sonriente.

—Me siento muchísimo mejor gracias a ustedes— dijo un poco tímida.

Katherine estos meses estuvo con psicólogos, ayuda profesional, grupos de ayuda, a veces sigue yendo, pero ya no con tanta insistencia como antes. Se la notaba más alegre, pero todavía le dolía la palabra "Cameron".

Le insistí a Kat para que viniera con nosotras a la fiesta, siempre que podíamos le insistíamos para salir, a la playa, al parque, a donde sea. No la dejábamos solo ni para ir al baño, okey, para ir al baño si, pero para absolutamente nada más.

Ella no quería al principio. Ni estoy segura de que quiera ahora, solo le insistí hasta que acepto. Sus cicatrices ya casi desaparecían de sus brazos. Eso me daba felicidad.

Camine a mi Closet arrastrando a Katherine hasta el. Sabía que en esa fiesta probablemente este Cameron, así que idee mi plan maléfico, le haré un cambio de look a mi hermanita y me sentaré a ver como explota su cerebro por lo que pudo haber tenido y perdió. Sonreí ante mi  plan.

—Laia... no sé si estoy lista para verlo— Murmuro detrás mío.

—Kat, claro que lo estás— Conteste evadiendo el tema y concentrándome en la ropa que le pondría. Mis ojos brillaron al recordar el vestido celeste que compré hace un año. Oh... si.

La mire con el vestido en la mano y ella abrió sus ojos lo más que pudo. Yo asentí antes de que dijera una palabra.

—Oye ¿no te parece demasiado?

—Nada es demasiado para ti, pequeña Katherine. Apréndelo— dije con aires de grandeza. Ella solo asintió insegura.

De un instante a otro todas mis hermanas se encontraban en mi habitación tomándome ropa y accesorios. Menos Jade. ¿Que nadie tiene cosas?

—No— Contestó Hailey... ¿acaso he hablado en voz alta?— Si— dijo nuevamente. Mierda.

Ellas siguieron con lo suyo y yo preparé mi vestido y mis accesorios. Pronto iría a obligar a Jade. Todo a su tiempo.

Me coloqué mi vestido negro al cuerpo y unos tacos rojos de infarto. Fui a la habitación de Jade a apurarla. Se que a ella no le encantaban las fiestas. Pero solo por una noche... no le hará daño a nadie.

Al bajar estábamos todas listas. Había mandado a Katherine con mi vestido celeste a cambiarse a su habitación.

La única que faltaba era ella y estaba tardando demasiado, cuando pensé en subir a apurarla ella iba bajando... ¿Que? ¿Porque no se había puesto el vestido que le deje?

Las cuatro hicimos cara de asco.

—¿Que?— dijo al vernos.

—Hermana, eso es horrible, te di un vestido, ¿donde está?—Pregunté.

—Por ahí...—Dijo— Sabes que no es mi estilo Laia.

—Solo por esta noche, lo es, sube a ponértelo, te juro que no te arrepentirás, te quedará hermoso.

Ella iba a poner un pero pero le hice una seña.

—Ya— rugí. Ella volteó y subió al cuarto a ponerse el vestido que había elegido para ella. Le quedaría tan mono. No podía dejar de sonreír este cambio de look matara de un infarto al imbécil de Cameron.

A los minutos bajo una Katherine totalmente diferente a la que estábamos acostumbradas. Mierda estaba hermosa. ¡Mi hermana tiene un culazo! Madre mía ya quiero ver la cara de ese bastardo. Moría por verlo arrepentido.

—¿No es mucho chicas?—dijo Hailey mirando a Katie.

—No déjala, tenemos que hacer que se divierta, ¡nunca ha tomado alcohol!— Contestó sonriente Jade. Seguro había pensado lo mismo que yo.

—Lo importante es que Katie se divierta y se olvide de su depresión por unas horas— Dijo Chloe.

Las cinco nos dirigimos a la fiesta, a escondidas de nuestro padre y hermano. Ya que si veían a alguna de nosotras vestida así se desmayarían y jamás volverían a despertar.

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