Quintillizas

23- La arruinaste, Cameron.

CAMERON:
Apenas termino la clase camine fuera del aula, al lugar más lejano del instituto, realmente necesitaba estar solo, pensar.

Pero no importa cuanto me castigase ahora, el daño ya estaba hecho, Jade no me había especificado que cosa le había pasado a Katie, pero no podía ser algo bueno. Yo la arruine. Quizá ya no crea en el amor y es pura culpa mía. Me arrepentida de haber aceptado esa apuesta, pero gracias a ella Sky pudo comer. Tenía sentimientos encontrados.

El resto del día lo dediqué a buscar por cielo y tierra a Katherine, fui a su casa y no había nadie, en el instituto nadie sabe de ella. ¿Acaso se ha ido del maldito país? Me odiaría si eso hubiera pasado. Es una chica tan buena. Solo venia a comenzar su vida aquí sin ningún tipo de maldad y yo lo arruiné. Me sentía fatal. Realmente había llegado a quererla en este tiempo que "salimos".

No encontré a Kat por ningún lado. Así que decidí esperar para hablar con Hailey, es la única persona cercana a ella que no me mataría ni aunque quisiera hacerlo.

Al día siguiente camine al instituto como siempre luego de dejar a Sky en su jardín de niños.

Camine por los pasillos buscando a Hailey, mierda. ¿Donde estaría si fuera ella? Mis neuronas comienzan a trabajar ¡lo tengo! En la biblioteca. Me paré frente a la puerta de entrada y al ingresar todo el mundo me observo raro. Si, era raro que yo o mis amigos entrasen aquí. No era mi sitio favorito que digamos.

Visualice a Hailey al fondo sentada en frente de un gran libro. Apure mi paso sentándome frente a ella.

—Hailey— la llame, ella se sobresaltó y me miro con horror— Necesito saber que sucede con Katherine ¿La han mandado a otro instituto? ¿A otro país?— Pregunté. A cada segundo mi voz sonaba más extraña. Irreconocible.

—No debería ni hablar contigo, eres un monstruo— Soltó de repente. Me sorprendí ante su reacción, creí que jamás me trataría así. Ella es muy educada.

—No... no se que le hice Hailey, por favor, tienes que ayudarme— Rogue. Ella rió con amargura.

—¿No sabes lo que hiciste? Engañaste a mi hermana, la sedujiste sabiendo que ella no se resistiría a tus malditos encantos de niño rico y caprichoso, la llevaste a tu asquerosa casa y te aprovechaste de ella para luego filmarlo y mostrárselo a todo el maldito instituto— dijo, sus plantas eran fuego puro y si las miradas mataran ya estaría bajo tierra— La arruinaste, Cameron, cualquier persona con dos dedos de frente hubiera sabido que no se juega así con los sentimientos de una persona. Y menos con los de alguien tan bueno como lo es Katherine— volvió a escupir. Quede anonadado.

¿Ella diciendo malas palabras? Imposible.

"La arruinaste, Cameron" se repetía en mi cabeza una y otra vez.

—No respondes mi pregunta, Hailey— conteste comenzando a exasperarme.

Ella volvió a reír sin gracia.

—Ella intentó suicidarse— soltó de repente. Sentí como mi corazón se detuvo por completo. ¿Que? ¿Había escuchado bien? Parpadeé un par de veces sin comprender—Tu la arruinaste, Cameron— volvió a decir cerrando fuertemente su libro para irse y dejarme con este sabor agrio. Yo la arruine...

Esa tarde busque en absolutamente todos los hospitales de Miami a Katherine. Hasta que por fin la encontré. Mierda, estaba nervioso. Se que su familia me odia, pero realmente no quise hacerlo. No quise arruinarla. No soy una mala persona. Me repetía a mi mismo, pero al final del día ni yo me lo creía.

Después de tantos días sin verla ahí me encontraba, frente a su habitación, le mentí a la recepcionista diciéndole que era su novio.

Cuanto daría por serlo ahora, por ser quien la haga reír y no quien la haya dejado en una cama de hospital.