32- Eres mi heroe.

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JADE:
Abrí mis ojos lentamente pero rápidamente volví a cerrarlos, se sentían más pesados que nunca. Mis manos fueron a mi cabeza y mantuve mis ojos cerrados unos segundos más.

De mi boca se escapó un suspiro cuando abrí mis ojos y me encontré con una habitación completamente azul repleta de pósters con bandas de música y algunos autos. Arrugue el entrecejo ¿Donde estoy?

Rápidamente salí de la cama como pude y camine por toda la habitación buscando alguna foto que pudiera identificar al chico con el que pase la maldita noche, pero allí no había nada.

Lo único que sabía hasta el momento es que aquella persona probablemente sea muy amante de la música, cada vez que removía algo encontraba revistas al respecto o cosas similares. Mi cara se desfiguro al ver un pequeño cuadrito, al fondo de todo, con cuatro caras, dos de ellas muy conocidas para mi: John y Matthew.

¿¡Me había acostado con Matthew!?

Pronto mi pregunta obtuvo su respuesta, John entró por la puerta.

—¡Oh! Ya despertaste— dijo como si yo no lo supiera. ¿Que mierda estaba haciendo en la habitación de este imbécil?

—¿Que hago aquí, estúpido?— pregunté casi sin palabras.

—Wow, definitivamente nos llevábamos mejor ayer, cuando tenías alcohol y todo tipo de drogas en tu cuerpo— dijo sonriente.

—¿Tomé drogas?— pregunte alterada, ya hace bastante había dejado de hacerlo, mis hermanas me matarían si se enteran.

—Claro reina, cocaína fue una de ellas— dijo con una pequeña sonrisa pero al ver mi cara de desconcierto la quito— ¿sucede algo, linda?

—¿Podrías darme algo para el dolor de cabeza?— atine a preguntar.

— Vas a tener que buscártelo tu, princesa— dijo dándome un asqueroso beso en los labios que no tuve tiempo de esquivar— Y que rica estuviste anoche, aunque te hayas dormido a la mitad, no me ofende — me guiño un ojo y yo me paralice una sensación de asco me recorrió de arriba abajo, miré mi ropa y si, efectivamente estaba desnuda ¿cómo no me había dado cuenta?

Se escucho un auto salir a toda velocidad y al fin salí de mi trance. ¿E-el me había violado? Estaba totalmente patidifusa, pero apenas logre recobrar el sentido tome mi ropa y corrí de allí como alma que lleva el diablo, no voy a negar ni admitir que alguna lágrima corría por mi mejilla.

Cuando mis pies tocaron el piso del living me arrepentí de no haberme puesto los tacos, pero ya era tarde, debí salir de aquí.

Entre a la primer sala que encontré y me paralice en el umbral, Matthew se encontraba tomando un café y leyendo algo en su teléfono,  maldije en mi interior y me di vuelta para salir en puntitas de pies de allí y no llamar ni un mínimo la atención.

—Ya te vi, Jade— dijo a mis espaldas, voltee lentamente para enfrentarlo.

—Si, yo sólo...— Realmente no sabía que decir, él sólo me miraba serio pero al notar mis ojos hinchados sus facciones se tranquilizaron.

Matthew camino hacia mi y yo me intente ocultar tras mi pelo todo enmarañado, pero fue imposible.

—¿Que te ha ocurrido?— pregunto cuando llego frente a mi. Al mirarlo a los ojos por un momento sentí como mi coraza se rompía poco a poco y las lágrimas brotaban de mi. Él solo atinó a abrazarme, estaba tan confundido como yo.

—Tuve sexo con John, borracha... y drogada— murmuré— he caído nuevamente, Matthew, soy una tonta.

—No eres una tonta, Jade, solo necesitas ayuda— dijo y profundizó el abrazo.

—No recuerdo nada... e-el no tenía mi consentimiento— susurré avergonzada, aunque sabía muy bien que no debía estarlo, toda chica tiene derecho a divertirse y no estar preocupándose por si abusaran de ella o no.

MATTHEW:
La noche de la fiesta

Luego de que Jade me dijera que no la molestara no la vi más en toda la noche, la busqué como un loco, pero no di con esa peliverde tan malhumorada.

Entonces me rendí y regrese a mi casa, para ser sinceros había asistido a esa fiesta solo para estar con ella, últimamente era la única persona que me entendía y con la que teníamos cosas en común.

Cuando llegue a mi casa, todo estaba en silencio, mis padres no se encontraban en casa.

De pronto escuche un grito en el segundo piso ¿nos estarán robando?

Me acerqué más hacia el sonido, venía de la habitación de John, seguro se había traído a alguien de la fiesta, pero no se oía como si estuvieran disfrutando, más bien discutiendo.

—Si nena— gemia mi hermano, por Dios que asco.

—¡Déjame en paz!— gritaba la chica, rápidamente mis sentidos se pusieron alerta para intervenir, esa voz se me hace demasiado conocida ¿Gemma? ¿Ashley? quizá Miranda o Stefani, oh... JADE.

Me moví rápidamente y abrí la puerta, la imagen me destrozó el corazón. Ella estaba debajo atrapada por el cuerpo de John y no quise ver más, me adentré en el cuarto tome a mi hermano del cuello y lo tiré lejos. Cuando mire a Jade ella se encontraba dormida, la tome como pude y me la lleve como si tuviese un cohete en el trasero.

Mi hermano gritó y pataleo para que le devuelva la asquerosa noche que estaba pasando absolutamente solo porque Jade no estaba consintiéndolo por obvias razones.

Pero si lo tenia que ver otra vez a la cara iba a golpearlo hasta que estuviera muerto en el suelo.

Pose a Jade delicadamente sobre mi cama y no pude evitar recordar a mi madre, la mujer que era violada y golpeada a diario por mi difunto "padre" si así se le puede decir a ese monstruo. A diario John me recordaba a él, pero a él susodicho no parecía preocuparlo.

Una lágrima se escapó de mi mejilla al recordar a mi madre y de pronto sentí unos brazos a mi alrededor.

—Eres mi héroe— murmuro una adormilada Jade y tiro de mi hasta que ambos quedamos tendidos sobre la cama.

Rápidamente quedamos dormidos.

A la mañana siguiente me levanté temprano como siempre, esta vez me costó dejar la cama por una simple razón: Jade, pero cuando lo logré bajé y me hice un café, me puse a ver notificaciones de las pocas redes sociales que tenía.

Cuando escuche un ruido, solo podía ser una persona porque mi hermano se había marchado hace apenas unos segundos.

—Ya te vi, Jade— dije intentando que ya no se ocultara de mi, estaba claro que no recordaba nada de lo de anoche, eso un poco me entristeció porque ahora me trataría como antes de esta noche, distante.

Se veía muy bella esta mañana, pero me entristecía ver su rostro destruido, sabía que estaba pensando en lo de anoche así que luego se lo contaría absolutamente todo para que hiciera la denuncia correspondiente.

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