챕터: 20

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Al llegar a casa y entrar, lo único que me recibió fue el silencio. Un silencio sepulcral, me daba miedo. Aveces me gustaba el silencio, pero este no me gustaba. Mina me recibió cuando llegue a las escaleras, sonreí un poco y la tome en mis brazos. Cuando entre a mi habitación deje en los pies de la cama mi mochila y la bolsa, me quite los tenis. Estaba tan cansada que no me importó deshacer un poco la cama, me acosté con una Mina que parecía irse durmiendo en mis brazos. Y al parecer me lo contagiaba, mis ojos se fueron cerraron. Y el país de los sueños me dio la bienvenida.

Reía, eso era lo que más hacia mi corazón estaba lleno de felicidad. La brisa del mar acariciaba mi cuerpo, la risas de mis amigos se escucharon a mis espaldas. Sonreí teniendo los ojos cerrados, al darme la vuelta nadie estaba. Estaba sola, fruncí el ceño confundida. ¿Donde estaban todos? Eso era lo que me pregunté a mi misma.

- ¿Jungkook? ¿Lisa? ¿Suni? - les llame, pero nada. Ninguna respuesta.

Nadie lo estaba, ninguna persona. Caminaba por las calles, había ído a la casa de mis abuelos. Pero nada, nadie lo estaba. La desesperación estaba invadiendo mi cuerpo, sentía mi cuerpo debíl hasta que sentí como caí. Como en las películas cuando caminas y caes en trampas, caía. A los pocos segundos sentí como caí a algo blando pero luego se convertía en algo duro, no veía nada. Todo estaba oscuro.

Gritaba si alguien estaba, si alguien podía escucharme. Pero solo había silencio, sentía miedo. Sentía que me sujetaban de las manos y las piernas, quería correr pero no podía. Me sujetaban con fuerza al parecer era cuerdas, me lastimaban. Todo seguía oscuro, aún estaba ese silencio sepulcral. Sólo mis sollozos y mis lamentos se escuchan.

Abrí los ojos, sentí un escalofrío. Mi rostro tenía una gotas de sudor, me senté rápidamente en la orilla de la cama. Pero sentí un mareo, ahora entendía porque mi madre siempre decía que no debía levantarme rápido.

Me levanté y con pasó lento me acerque al baño, entre y me quite la ropa. Sentía aún ese mareó, entre bajo el chorro de agua caliente. Sentí como mi cuerpo y los músculos del mismo se relajaban, ese sueño o pesadilla era raro. Era mi miedo de estar sola y en una oscuridad, me daba miedo estar sola, me ponía mal. La oscuridad no lo es tanto, pero si estoy sola me hace temblar del miedo. Salí del baño con mi toalla envuelta, caminé hacia mi armario y me coloque algo simple. Unos jeans ajustados negros y una camisa blanca un poquito grande, me coloque crema y secaba mi cabello. Unos golpes se escucharon en la puerta y se abrió, el rostro de mi madre apareció.

- Cariño creí que seguías dormida - dijo al acercarse.

- No, me acabo de despertar - dije al estar empezando a cepillar mi cabello, a los segundos se acercó.

Sentí sus brazos abrazar mi cuerpo, yo la abracé. Necesitaba un poquito de cariño, aún más cuando es mi cumpleaños.

- Perdona me cariño por no felicitarte esta mañana, pero había un asunto urgente en la empresa.

- Está bien mamá - dije con una sonrisa - ¿Y papa? - pregunte por el a no verlo.

- Se quedó en la oficina arreglando algunas cosas de ese problema - solo asentí - cariño ¿No quiere salir a comer? Y vamos de compras.

- Pero estoy un poco cansada.

- Vamos cariño, debes salir en tu cumpleaños, además quiero que veas tu regalo - dijo con una sonrisa.

Siguió insistiendo hasta que acepte, no entendía su insistencia. Mi madre no solía ser tan insistente, sentía que estaba algo rara. Salió de mi habitación para darme unos minutos antes marcharnos, me hice una coleta alta, me coloque los tenis y tome una sudadera. Sentía un poco de frío, era normal me acababa de bañar. Tome mi móvil y salí de mi habitación, baje las escaleras de poco a poco.

Mi Niñero Es El PLAYBOY? - JJK ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora