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Si un niño viniera aquí no dudaría en comerse las paredes, los árboles, el suelo... básicamente todo. Hasta se comerían a Stuart. ¿A quién engaño? Yo también lo haría. De hecho me comí el algodón de azúcar de los árboles. Stuart me miró raro pero prefirió no comentar nada al respecto. Los gemelos también se comían cosas, el pobre de Stuart trataba de calmarlos mientras nos guiaba a su hogar. Zoe y Jack hablaban sobre cosas sin importancia mientras seguían a los gemelos y a Stuart. Mika caminaba serio a mi lado, estábamos un poco más atrás que los demás. Le disgustaba el lugar, era demasiado tierno, colorido y dulce para alguien como él. O eso es lo que me dijo cuando le pregunté. Ricky... él salió corriendo y le perdí el rastro. No me preocupaba tanto porque nadie podría herirlo aquí, él podía cuidarse solo y siempre volvía junto a mí.

-Y... ¡este es mi hogar!

-¡Por todos los dioses azucarados!- exclamó Jean.

-¡Es un maldito palacio hecho de dulces!- siguió Jhon.

-¡Oye!- le regañé mirándolo mal.- No digas groserias frente a Stuart.

-Lo siento.- rió. Mike sonrió pero no dijo nada.

-Pasen tranquilos.- entramos al gran palacio de dulces. Los guardias, que eran ositos de gomita gigantes, nos apuntaron con unas lanzas.-Bajen las armas, vienen conmigo.- le hicieron caso y seguimos caminando hasta un gran trono.

-¿Quién osa irrumpir en mi palacio?- dijo algo que se parecía a Stuart pero más grande. Se lanzó encima mío, haciéndome caer al suelo.-¿Quiénes son ustedes, monstruos? ¿Vienen a destruir mi reino?- Me apuntó con un bastón de caramelo.

-No, claro que no, señor.- respondí rápidamente. Mika lo tomó entre sus brazos y lo apartó de mí.

-Vuelva a hacer eso y me lo comeré de un bocado.- lo amenazó.

-¿Ah, sí? ¡Quiero ver que lo intentes!- dijo libertándose de su agarre y poniéndose en modo de ataque.

-¡Mika!- lo regañé y me puse de pie rápidamente. No era el momento para comportarse mal ante ellos. -Lamentamos irrumpir de esta forma en su palacio, su caramelocidad.- dije haciendo una leve reverencia. Sí, en vez de alteza dije caramelocidad. Soy tan genial.- Caímos en su mundo por accidente. Solo necesitamos algunas cosas para reparar un aparato nuestro y podremos irnos.- Me miró.

-¡Guardias! Llamen a los cazadores, que los devuelvan a sus mundos.

-De inmediato, señor.

-¡No, por favor!- le rogó Zoe.- Realmente no es necesario. Les juramos que venimos en paz.

-Por favor, padre. Deja que se queden esta noche aquí.- le rogó Stuart.

-Agh, bien. Pero a la mínima que intenten algo...- Nos amenazó pero Jack le interrumpió.

-No se preocupe. Nos comportaremos.- Miró a Mika.

-Eso espero. Escóltenlos a sus habitaciones. Son nuestros nuevos huéspedes.- Nos sonrió  y volvió a su trono. Que rápido cambia de opinión.

-Vengan, los guiaré a sus habitaciones.- Stuart comenzó a caminar y lo seguimos. Llegamos a un pasillo con tres puertas que llevaban a tres habitaciones.-No solemos recibir muchas visitas pero hay tres habitaciones con una cama matrimonial cada una. Divídanse como más gusten. Iré a traerles algunos bocadillos. Deben estar cansados y hambrientos.

-Muchas gracias por todo, Stuart.- lo abracé y con eso se fue.

-Bien, Jhon y yo nos iremos a esta así podremos trabajar en la máquina. Ya conseguimos algunas cosas. Nos vemos en un rato.- los gemelos se metieron a una de las habitaciones. Quedábamos Zoe, Jack, Mika y yo.

My no so Secret [Secuela de "¡My Secret!"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora