Dulces sueños (28)

780 76 71
                                    

Caminé junto a Dorian a paso firme. Íbamos bromeando sobre nuestros entrenamientos de estas tres semanas, aquí el tiempo pasa muy rápido. La verdad es que había mejorado mucho desde que desperté aquel día en un estado de desconcierto. Dorian no quiere aceptarlo pero hasta soy mejor que él.  Eso es obvio. El alumno superó al profesor.

-Ahi están, par de idiotas.-Mía apareció a nuestro lado y siguió caminando con nosotros.-Creí que estarían jugando a las bromas pesadas como vinieron haciendo estos días.-se burló.

-Es divertido pero más divertido es ver tu cara de enfado.-contestó Dorian, imitando la cara de Mía. Yo reí ante eso.

-Lo siento Mía, pero sí es divertido.-me encogí de hombros.

-Gracias por apoyarme, Lyla.-me dió un empujoncito amistoso. Siempre bromeábamos de ésta manera. Dorian suele ser más juguetón y Mía más seria pero es divertido pasar tiempo con ellos. Yo soy un equilibrio entre ello pero suelo ser más cruel.-¿Lista para conocer al jefe?-dejamos de caminar cuando llegamos frente a una puerta negra.

-Nací lista, cariño.-le guiñé un ojo.

-Pasaremos a buscarte luego, preciosa. Para el almuerzo.-asentí. Mía me abrió la puerta y pasé con toda la seguridad que tenía. Ya me habían hablado sobre "el jefe", cómo le decían ellos. La verdad, no me intimidaba. De todas formas él era importante aquí y yo debí respetar eso. No podía comportarme como una niña.

Una larga alfombra roja se extendía por la habitación hasta un gran escritorio, donde se encontraba sentado un señor que no se veía muy viejo. Pero a comparación de nosotros él vestía un traje formal y no el atuendo de cazador. Volviendo a la habitación, era muy oscura, a excepción de la luz que alumbraba su escritorio. La habitación tenía poca decoración, era muy minimalista.

-¿Quería verme, Sr Bartholy?-pregunté sin titubear, en todo alto y firme. En este tiempo también aprendí a ser segura de mí, ser firme. Y también lo admito, un poco mala pero... así es mi raza, es lo que Mía y Dorian me dijeron y desde luego les creo. Son mis guías.

-Acércate, Lyla.-caminé hasta el asiento que estaba frente a su escritorio y me senté, apoyándome en el respaldo.-Estuve esperando a que terminaras tu debido entrenamiento. La última vez que salimos a cazar te diste un golpe muy duro que te dejó inconsciente por un largo tiempo. Incluso borró tu memoria.

-Sí, es lo que Dorian y Mía me explicaron. Pero créame, ya estoy bien entrenada y lista para servirle.-asintió.

-Eso espero. Quería hablar contigo.

-¿Quería hablar conmigo?-fruncí el ceño.

-En realidad quería contarte algo. Préstame mucha atención a lo que te voy a decir.-me encorvé hacia adelante, apoyando mis codos en el escritorio. Entrecerré mis ojos, interesada.

-Lo escucho.-sonreí de lado.

***

Abrí los ojos y miré a mi al rededor. Me encontraba encerrada en un campo de protección. Lo golpeé con fuerza pero una corriente me recorrió todo el cuerpo, causándome dolor. Me quejé por ello.

-¡Auxilio!-¿Quién me oiría aquí? Intenté utilizar mis poderes pero no funcionó. Era como si no los tuviera. Al poco tiempo escuché unos pasos silenciosos entrando en la habitación.-Drogo, Mika, ¿qué hacen aquí? ¿Cómo me encontraron?-me incorporé.

-¡Riley! Estás viva.-Mika me sonrió aliviado.-Creía que... que ellos...

-No me hicieron nada, tranquilos.-Les sonreí.

-Me alegro de que estés bien, cosita.-puse cara de desconcierto. ¿Cosita? Aún así volví a sonreír.-Hay que salir rápido de aquí.

-Es peligroso quedarnos mucho tiempo. Saquémosla de aquí, Drogo.-los dos intentaron utilizar sus poderes pero no funcionó.

-No puede ser.-gruñó Drogo.-Debe haber una forma de apagarlo... como un...

-¡Interruptor!-Mika bajó una palanca que apagó el campo de protección. Me puse de pie pero mis piernas fallaron, aunque no caí al suelo debido a que Drogo me atrapó a tiempo.

-No me siento muy bien...-susurré poniendo una mano en mi cabeza.

-Salgamos de aquí, ahora.-Drogo me subió a su espalda y comenzamos a correr hacia la salida. Íbamos muy bien, escabulléndonos entre pasillos y puertas, evitando a los cazadores. Logramos llegar a la salida sanos y salvos. Me bajé de su espalda.

-Esa es la puerta de salida pero tal vez tenga alguna trampa.-murmuré con voz débil.

-Estás muy mal, ternurita.-me acarició la mejilla.-Pero lograremos salir de aqu...-su frase fue interrumpida por mí, que lo empujé lejos de mí. Mi abrupto acto desconcertó a ambos. Me incorporé debidamente, dejando de lado mi actuación de chica débil y sonreí de lado.

-No puedo creerlo.-reí a carcajadas.-¿Realmente se creyeron mi papel?-me sequé una lágrima.-Oh, Drogo y Mika, no me siento muy bien.-imité mi voz débil, a modo de burla y volví a reír.

-Riley, ¿qué estás diciendo?-Drogo frunció el ceño.

-¿Riley? Dejen de ponerme nombres y apodos estúpidos.-mi voz sonó tan cortante como una daga. Borré mi sonrisa.-Me llamo Lyla, pero ustedes pueden decirme mi peor pesadilla.-les guiñé un ojo. De una puerta a mi izquierda salió Dorian y de mi derecha Mía. Los dos burlones también.

-Riley, aléjate de ellos.-me dijo Mika, asustado, tratando de acercarse.

-Son peligrosos, cosita.-continuó Drogo.

-Uh, sí, muy peligrosos.-dije apoyando mi brazo en el hombro de Dorian.

-Cuidado, Lyla, podría hacerte daño.-bromeó Dorian, haciendo una pistola con su mano y apuntándome. Elevé los brazos, como si estuviera asustada.

-¡No dispares, oh, peligroso cazador!-reímos fuertemente.

-Sí, podríamos hacerte cosquillas. Somos muy peligrosos.-se burló Mía. Sonreí con malicia hacia los dos chicos que me miraban atónitos.

-Soy más astuta que ustedes dos, idiotas.-los apunté.-Creían que podían engañarme pero les salió mal.-negué con la cabeza, como si estuviera decepcionada.-Chicos, atrápenlos.-chasqueé los dedos y en un par de segundos Dorian sacó un arma de su bolsillo y les disparó un tranquilizador.-Dulces sueños idiotas.-les lancé un beso y vi como sus cuerpos caían al piso.

Buenaaaas ¡Actualización! ¿Qué tal están? Riley está muy mala últimamente.

Riley: No soy Riley, soy Lyla.-gruñe.

Cállese que yo soy la autora y puedo decirle como yo quiera.

Riley: -se va enojada.-

Como decía, está muy mala. ¿Cómo se atrevió a tenderles una trampa a mis amorcitos? Una falta de respeto. ¿Qué creen que pasará? Escríbanlo en los comentarios. ¿Qué le habrá dicho Arthur/El Sr Bartholy a LYLA? Ya lo veremos en el siguiente capítulo. Se viene el final de esta historia... Que triste jajaja pero todo lo que comienza debe tener un fin.

Los amo!!! 💜🖤💜🖤

Sami

My no so Secret [Secuela de "¡My Secret!"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora