-Aquí estás.-No lo miré.-¿Todo bien?-Asentí y recién ahí le miré.-¿Qué hacías?
-Solo vine a despedirme una última vez.-sonreí nostálgica.
-¿Ese es Matt?-siguió mi mirada.-Wow, sí que cambió estos años.
-Así es, lástima que no me recuerda.-puse una mueca.-Fue un gran amigo.
-Pensar que yo estaba celoso de él y ahora tengo que compartirte con el tonto de Mika.-Reí y le di un pequeño empujón amistoso.
-Eso no significa que no te ame, Drogo.-le di un pequeño beso.
-Lo sé, cosita. ¿Me explicas por qué pensaste venir ahora?
-Con todo lo que pasó estos años no tuve tiempo. Siento que lo necesitaba. No solo despedirme de Matt, sino de mi vida aquí.
-Recuerda que puedes volver cuando quieras.-asentí. Lo sabía pero necesitaba esta visita.-De acuerdo.-se puso de pie y me tendió la mano.-Se nos hace tarde. Mika nos está esperando con los niños.-asentí y acepté su ayuda. Miré la hora y abrí los ojos con horror.
-¡Se nos hace tarde! No puedo creer que estoy llegando tarde a la boda de mi propia hermana. ¡Y soy la dama de honor!
-No te preocupes, aún estamos a tiempo.
-Tengo que cambiarme a toda velocidad. Vamos, vamos.-Drogo soltó una risa y comenzó a correr conmigo. Él ya llevaba su traje, el cual debo admitir que le quedaba como anillo al dedo. Llegamos hasta nuestro bosque, donde Mika se encontraba cuidando a los dos niños, Kenneth y Kent. Kenneth tiene cuatro años y Kent tres. Nos gusta decirles los Ken. Volviendo a Mika, a él también le queda muy sexy el traje formal. A veces pienso lo afortunada que soy por tenerlos.
-Hasta que aparecen.-se puso de pie y se acercó para darme un pequeño beso.-¿Todo bien?-le sonreí y asentí.
-Sí pero estamos llegando tarde.
-No sé de qué te quejas, tú puedes utilizar tus poderes para cambiarte.-se burló. Me di una palmada en la cara.
-¡Es que soy idiota!-me tapé la boca al darme cuenta que los niños podían escucharme.-No le digan a su mami que yo dije eso, ¿okay?-asintieron.
-Sí, tía Riley.-hablaron al unísono. Les di un beso en la mejilla a cada uno. ¡Son tan tiernos! Muchos dirán que son gemelos o mellizos pero la verdad es que se llevan un año de diferencia, siendo Kenneth el mayor.
-Así me gusta.-sonreí.
-Que mala tía eres.-Drogo negó con la cabeza como si estuviera decepcionado.
-¡Cállate! Ellos me aman. ¿A que sí?-me dieron un abrazo. Les saqué la lengua a mis chicos como la adulta madura que soy. Solté a los pequeños y utilicé mis poderes para ponerme decente.-¿Mejor?-Mika acomodó un mechón de mi cabello que se había salido de mi corona de flores.
-Perfecta.-me sonrió. Drogo agarró a los pequeños y se acercó a nosotros.
-¿Nos vamos?
-Sí, vamos.-abrí un portal.-¿Tienen botellas de agua?
-Sí, Mika los tiene.-Pasamos a través del portal.
***
-¡Corran, corran que no llegamos!-llegué frente a la gran puerta, donde ya estaban esperándonos.
-Lo harás genial.-Drogo me dió un beso en la mejilla y entró al lugar junto a Mika.
-Allí estás, creíamos que no llegarías más.-habló la que se encargó de todo esto de la boda. Es genial, ¿no? Hasta aquí tienen esa linda tradición de casarse. Aunque es distinto. Yo le llamo casamiento pero aquí es una ceremonia especial en la que los enamorados se juran amor eterno frente a un Dios, dejando en claro que si alguno de los dos falla en su promesa se le es castigado. Es muy severo pero es por eso que hay que estar muy seguros de dar ese paso. En este caso, como es mi hermana quien se casa, decidieron hacerlo frente a mamá. ¡Sí, mamá! Mi abuela mantuvo su promesa y liberó a mis padres, dejándolos estar juntos, más a regañadientes pero dejándolos después de todo. A ella y a mi abuelo les costó aceptarlo pero sé que se esforzaron mucho y a día de hoy no tenemos problemas. Aunque aún no los acepto del todo por todo lo que nos hicieron sufrir pero se están ganando mi respeto poco a poco, y espero, algún día, mi cariño.
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My no so Secret [Secuela de "¡My Secret!"]
FantasíaPortales, revelaciones, amor, peleas, búsquedas... ¿realmente podré lograrlo? Para la comprensión de este libro hay que tener leída la primera parte "My Secret" ¡Disfruten!