Yo no planeo, yo improviso (30)

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Hagas lo que hagas, Lyla, no lo arruines. No seas idiota. No seas idiota. Por lo que quieras, ¡no seas idiota!

-¿A dónde vamos?-Mika preguntó con miedo.

-Cállate.-espeté de mal humor. No volvió a hablar. Tomé una bocanada de aire para calmarme.

-¡Lyla!

-¡Ah!-salté del susto. Dorian, que había aparecido de la nada, soltó una carcajada.

-Lo siento, no quise asustarte. ¿A dónde los llevas?

-Yo... amm... a la habitación.-mentí muy mal.

-Ajá... Te acompaño entonces.-mierda. Ahora no, Dorian.

-No hace falta. Yo puedo, en serio.-le sonreí.

-Insisto, te acompaño.-¿y ahora qué hago? Seguimos caminando hasta la puerta de "la habitación". Al entrar esperaba ver una gran habitación pero no fue así. Era una pequeña con varios pasillos. Comencé a caminar hacia uno de ellos pero Dorian me lo impidió.-¡No! Por ahí no.-fruncí el ceño.-Es por aquel pasillo.

-De acuerdo...-seguí caminando por dónde me dijo. En un punto, cuando vi que no habían otros cazadores, me frené.

-¿Qué ocurre?-me preguntó el de ojos verdes.

-Lo siento Dorian. No es por ti.-chasqueé los dedos e hice que se durmiera. Otra cosa que aprendí a hacer. El rubio y el pelinegro me miraron asombrados.-No sé realmente si dicen la verdad pero algo dentro de mí me dice que sí, lo siento. Les creo aunque aún no tenga mis recuerdos.-hablé firme.-Pero ahora no sé qué hacer. Dorian y Mía son mis amigos, no quiero lastimarlos. Pero al mismo tiempo forman parte de mis enemigos.-se les iluminó la cara al ver que estaba de su lado.

-Actuarás como si siguieras de su lado. A Dorian lo llevaremos con nosotros. Tú puedes controlarlo, él puede hacer lo que tú quieras. Solo háblale firme al darle la orden y lo hará.-habló Drogo.

-Bien. De acuerdo.-estaba un poco nervios al sentir toda esta adrenalina pero... me gustaba. Chasqueé los dedos y Dorian despertó.

-¿Qué? ¿Qué pasó?-se puso de pie rápidamente.

-Lamentó haber hecho eso.-puse una mueca.-No podía arriesgarme a que me delates.

-¿Delatarte?-Miró a los dos chicos y luego me miró a mí.-Lyla...-suspiró y como si se hubiera mentalizado para lo que iba a decir, habló.-Riley.-elevé las dos cejas sorprendida por escuchar el nombre por el cual me llamaban los otros dos chicos.-Antes de que llegaras yo solo era un cambiaformas solitario y cazador. Luego llegaste y al fin pude sentir que tenía a alguien. Sentí que al fin podía tener una amiga y no solo una compañera. Me divertí demasiado estando contigo, en serio. Y no puedo dejar que sigas viviendo en una mentira. Ellos dicen la verdad, los malos somos nosotros.-Bajó la mirada.-Acepto mi castigo. Por favor que sea rápido.-cerró los ojos esperando algo de mi parte.

-Dorian.-No me miró.-¡Dorian!-Acorté la distancia que había entre nosotros y puse las manos en sus hombros.-Yo también sentí que tenía un amigo, uno de verdad. También una amiga, que es Mía. Tú no eres malo, yo lo sé. Y no te haré nada, tranquilo.-reí levemente.-Solo haces lo que te obligan a hacer. Puedes ser mejor que esto.-lo abracé y al instante él me devolvió el abrazo.

-Gracias, Riley. Gracias en serio.

-No hay de qué, tontito.-reímos y deshicimos el abrazo.

-Muy conmovedor todo este momento pero... ¿eso quiere decir que nos ayudarás?-habló Mika a mis espaldas.

-Sí, así es.-asintió Dorian.-Tengamos cuidado con Mía. Ella puede ser tu amiga y todo eso pero cuando se trata del Sr Bartholy ella cambia. Haría lo que fuera por él. Lo mejor es fingir que estamos llevándolos a su fin.

-¿Qué iban a hacer con nosotros?-habló el rubio. Dorian me miro y luego a ellos.

-Eso ya no importa. Ahora sigamos. Vamos a tener que encontrar al jefe cundo esté a solas. Se nos hará más fácil.

-¿Al jefe? ¿Para qué?-fruncí el ceño.

-Para acabar con él.-lo dijo como si fuera lo obvio.

-Pero él es muy poderoso.

-Por eso hay que tomarlo desprevenido. Tú eres más poderosa de lo que piensas.-puso una mano en mi hombro.-Confío en ti.-me sonrió. Un carraspeó me hizo desviar la mirada hacia Drogo.

-Confiamos en ti.-disimuladamente apartó la mano de Dorian.-Todos nosotros.-Por alguna razón me hizo sonreír. ¿Acaso estaba celoso?

-Sí, además nos tienes a nosotros.-Mika me sonrió animadamente. Le devolví la sonrisa.

-Por cierto, Riley, tus recuerdos están en un frasco en la oficina del jefe. Con solo romperlo recuperarás tus recuerdos. Haz que el Sr Bartholy abandone su oficina y toma el frasco.

-Hecho.

-¿Tienes algún plan?-habló Mika.

-¿Plan? Yo no planeo, yo improviso.-reí.

-Esa es la Riley que conocemos.-Drogo me sonrió

***

-Ya están en la habitación, señor. ¿Qué hacemos ahora?

-¿Ya están en la habitación?-apoyó sus manos en su escritorio, satisfecho por lo que acababa de oír.-Eres excepcional, Lyla. La mejor cazadora que he tenido.-Mía, a su lado, se removió molesta.

-Sí pero no es la única excepcional.-dijo poniendo sus manos en el hombro del Sr Bartholy.

-Mía tiene razón. Ella es mucho mejor que yo. Ella me enseñó todo lo que sé.-sonreí.

-Que modesta.-sonrió él.-Bien, vayamos a ver a esos traidores. Es hora de darles su merecido.

-Ah... sí, sí. Claro, por supuesto.-reí pero por dentro quería darme una palmada en la cara con un ladrillo. Él frunció un poco el ceño pero aún así abrió la puerta y salió junto con Mía siguiéndolo. Ella se frenó justo cuando pasó a mi lado.

-¿Qué estás tramando?-me susurró.

-Nada.-negué con la cabeza. Elevó una ceja no convencida por lo que le dije. No agregó más nada y siguió caminando. Solté un suspiro silencioso. Tengo miedo de lo que vaya a pasar. Me cercioré de que se hayan alejado lo suficiente para poder cerrar la puerta y buscar el frasco. Me fijé en todas las estanterías pero no había rastro de ningún frasco. Busqué en los cajones de su escritorio pero nada. Vi una puertita oculta al lado de un armario y me acerqué a ella. Como lo supuse, estaba cerrada.-Mierda.-gruñí.-Un momento, ¿qué estoy haciendo? Tengo poderes.-reí por eso y los utilicé para abrir la puerta.-¡Ajá!-tomé el frasco y cerré la puerta. Me puse de pie. Estaba a punto de romper el frasco pero la puerta fue abierta, interrumpiéndome. Escondí rápidamente el frasco detrás mío.

-¿Qué haces aún aquí?.-Mía me gruñó.

-Lo siento, se me había caído mi pulsera aquí y la estaba buscando. ¡Pero aquí está!-ella rodó los ojos.

-Vamos, él nos está esperando.-esperó a que salga de la oficina. Escondí el pequeño frasco en la manga de mi chaqueta y salí de la habitación.-Sigue caminando y no me esperes, es una orden.-ella caminó hasta perderse por los pasillos. Sí, utilicé mis poderes. No tuve opción. Los chicos tenían razón, podía controlar a las personas si les daba una orden con voz firme. Volví a tomar el frasco y lo estampé contra el suelo. Un fuerte dolor de cabeza vino a mí junto con un fuerte mareo. Mis piernas comenzaron a fallar, haciéndome caer al suelo. Mis párpados no aguantaron y se cerraron. No ahora, no te desmayes, no te desmayes, no... te... desmayes...


Holaaaa, qué tal están? Yo con sueño ajjajaja Estoy terminando de escribir tarde (como siempre) pero quería regalarles un capítulo, hace mucho no actualizo. Qué les pareció?

Los amo!!!💜🖤💜🖤

Sami

My no so Secret [Secuela de "¡My Secret!"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora