VOLVERÁS A MI =JONGKEY= [FINALIZADA]

VIII. EL PRESIDENTE

[19 de mayo de 2017, En una pequeña Isla cerca de Yeongheungdo, Corea del Sur]

El Barco Hospital llegó a un pequeño muelle, una pequeña Isla lo recibió, las pequeñas olas chocaban con el casco de la embarcación, meciéndola suavemente, como si dieran la bienvenida a los ocupantes.

Una pequeña y colorida isla, con un bonito mirador; aquella masa de tierra continental, ni siquiera aparecía en los mapas, pero tenía una población de cerca de quinientos habitantes, los cuales debían ser atendidos en su totalidad.

Los rayos de la mañana comenzaron a filtrarse a través de los cristales de las escotillas, el sonido de las gaviotas en vuelo anunciaba un nuevo día, y la brisa marina ondeaba la bandera del Hospital Leim en lo más alto de aquel barco, en conjunto con la de la República de Corea del Sur.

Kibum se despertó cerca de las siete de la mañana, en la misma posición en que se había quedado sentado la noche anterior para escuchar a Jonghyun; se sentía muy  adolorido, no era la mejor manera de pasar la noche, pero era la primera vez en diez años; que dormía más de cuatro horas seguidas, ya fuera por sus intensivas clases, especializaciones o trabajo, que lo mantenía ocupado más de 18 horas diarias o bien porque había estado extrañándo demasiado, a aquel corazón que palpitaba en sincronía con el suyo.

El joven médico se tomó su tiempo para arreglarse, un pantalón blanco de algodón y una camisa igual lo acompañarían ese primer día de trabajo.

Comenzó a acomodar su cabello.

"Quiero verme bien."

Era el único pensamiento en su mente, hasta que...

—¿Quién te dijo que puedes sonreír? —preguntó desafiante a su reflejo—, ya te dije que no volverás a él, es un amor imposible.

La sonrisa en su rostro desapareció al instante.

—Así está mejor.

Agarró su móvil y decidido se dirigió a la puerta para iniciar ese primer día.

"Todo estará bien Kim Kibum."

Se animó a si mismo.

Tomó una gran respiración y salió del camarote, solo para que su corazón se detuviera, cuando se encontró ante la imagen de Jonghyun durmiendo en el pasillo, completamente encogido, utilizando su mochila como almohada.

En el rostro de aquel joven en el suelo, era posible apreciar, una expresión, idéntica a la que estaba aún vívida en sus memorias, como la última imagen que tenía de él; antes de dejarlo atrás en Londres.

—¿Por qué te dormiste aquí? —susurró para sí, al disponerse a seguir su camino.

Pero no fue capaz de dar ni un paso, ya que sus ojos encontraron una pequeña rayita roja, completamente visible en el índice de Jonghyun.