VOLVERÁS A MI =JONGKEY= [FINALIZADA]

XXII. ABRÁZAME

[Invierno de 2004, Londres, Inglaterra]

Para Jonghyun vivir en los dormitorios del Instituto se había convertido en algo un tanto tedioso, y lo peor de todo, era que llevaba apenas unos pocos meses.

—Hace demasiado frío —dijo para sí mientras con sus manos y aquellos afelpados guantes limpiaba el cristal de la ventana en su habitación—, ¿Dónde estas Kim Kibum? —Se preguntaba al buscar a aquel que era la razón por la cual había decidido quedarse, aún cuando estuvo a punto de irse.

Encontrar al niño del avión, años después en un país tan lejano sin duda era el destino, y que ese jovencito también lo recordara; debía ser un milagro.

Miles de pequeños, cristalinos y brillantes copos de nieve se precipitaban desde lo más alto del cielo, como un millón de diamantes; así se veían ante sus ojos al ser atravesados por los brillantes rayos del sol.

"Sería perfecto si aparecieras en este momento".

Pensó para sí cuando a la distancia su deseo se cumplió, apareciendo en la blanca ciudad, con un andar tan lento como delicado aquel a quien esperaba; todos los días y a la misma hora, desde la ventana, su corazón se emocionaba al verlo volver a los dormitorios.

Sin embargo en esa ocasión, algo parecía diferente, Kibum pasaba por el mismo camino de siempre, entre los enormes y nevados edificios del centro de Londres, desde la parada del bus, hasta aquella residencia que ambos habitaban en compañía de otros estudiantes.

—¿Qué te pasa? —Jonghyun se cuestionó al tomar su abrigo y salir a toda prisa a buscarlo.

El frío en el exterior era mucho más intenso que en su helada habitación, su cuerpo le gritó "regresa", pero su corazón le susurro "ve a él", y en su mente se preguntó "¿Qué estoy haciendo?"

—¡Kibum-ssi! —Lo llamó al llegar a escasos metros de él.

El mencionado continuó su trayectoria mientras mantenía su mirada en el suelo, paso a paso y huella tras huella en la blanca nieve, hasta caminar junto a él, y en dirección opuesta.

—Kibum-si —Jonghyun lo llamó nuevamente sin obtener respuesta, fue ese el momento en que experimentó por primera vez lo que era sentir el más intenso y frío rayo atravesar su corazón; todo al percatarse de una clara marca en las mejillas de Kibum, ocasionadas por una gran cantidad de lágrimas que descendieron a través de ellas.

—¡¡Kibum!! —En esa nueva ocasión, el llamado que hizo, fue acompañado de un firme pero delicado agarre en el delgado brazo del otro.

—¿Eh? —Fue lo único que salió de los labios de Kibum, al sentir el agarre y buscar la mirada de quien lo nombraba—... Ahh... Hyung —sonrió—... Lo siento no te escuché... ¿En que te puedo ayudar?