XIV. LATIDO

184 32 76
                                    

[01 de Abril de 2017, Seúl, Corea del Sur]

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

[01 de Abril de 2017, Seúl, Corea del Sur]

Kibum se encontraba en los jardines exteriores del hospital, bellos y coloridos en la azotea del edificio principal, un espacio dispuesto por el Presidente, para que su personal pudiera relajarse entre las extenuantes jornadas laborales.

Porque a pesar de no ser el mejor padre, si era el mejor empresario y empleador, contaba con el respeto y admiración de muchos, incluidos sus hijos, quienes lo reconocían como el mejor en la rama, aunque como padre sin duda dejaba mucho que desear.

—Es solo un colega —se dijo a si mismo, al ver llegar un lamborghini blanco por la avenida principal —, seamos profesionales y todo estará bien —Llevó la mano a su corazón, la brisa matinal lo envolvió, y solicitó a aquel que daba saltos dentro de su pecho—, tranquilízate… por su bien, no podemos volver a él.



Por otro lado Jinki y el Presidente se encontraban en un avión rumbo a Canadá.

—Padre —Jinki llamó al Presidente quien observaba varios documentos en sus dispositivos.

—Te he dicho mil veces que me llames “Presidente” cuando estemos en público —dijo aquel hombre sin voltear a ver a su hijo.

Jinki miró a su alrededor, adelante y atrás, eran los únicos pasajeros en la sección VIP, un suspiro audible se escapó de lo más profundo de su ser.

—Presidente —llamó nuevamente.

—¿Qué ocurre? —Nuevamente no se dignó a mirar a su hijo.

—¿Qué pasaría si… le dijera que me he enamorado de alguien? —preguntó Jinki directamente—, aun así… ¿Me impondría una prometida?

—Depende.

—¿De qué depende?

—Si la chica en cuestión es beneficiosa para ti o el negocio, sus antecedentes y su familia.

Jinki guardó silencio, desde la noche anterior, sus pensamientos habían estado con Kibum, era claro que Jonghyun era un buen médico y una buena persona, además provenía de buena familia, pero era un hombre, y no cualquier hombre, era el hijo del Director Kim.

—Si yo me enamorara de un hombre —dijo Jinki mirando al Presidente—, ¿Lo aceptaría?

—Podría aceptar tu romance —El Presidente miró a Jinki a los ojos al cerrar el documento que revisaba—, te pediría que te casaras con una mujer, las apariencias deben guardarse... y si quisieras tener a un hombre como tu amante, ese sería tu problema —volvió a su documento—, ya estás grande para saber a quien quieres a tu lado.

—Pero… —Jinki mordió su labio.

—Pero en el caso de tu hermano no aceptaré a “ese” que quiere por amante —dijo el Presidente al cerrar nuevamente el documento y tomar una revista —si no comprendes el motivo, deberías preguntarle a Kibum directamente... y si no conoces los hechos, no deberías intervenir.

VOLVERÁS A MI =JONGKEY= [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora