XXXII. EL MOTIVO

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[25 de Mayo de 2017, Deagu, Corea del Sur]

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[25 de Mayo de 2017, Deagu, Corea del Sur]

En Daegu existía una colina florida a la que nadie tenía acceso, desde la cima de la misma se alcanzaba a ver el océano a la lejanía, y la brisa era siempre fresca todo el año, ese era el lugar, al que Kibum regresaba una vez al año el 24 de Mayo desde hace 19 años, pero en esa ocasión, había decidido que era suficiente, que el también tenía el derecho y por lo tanto fue el día 25 de Mayo.

—Las aves parecen estar contentas —Kibum dijo pasando sus dedos entre la hierva alta a su costado—, el cielo es claro, las nubes definidas, tal como te gustan —cerró sus ojos, aspiró profundo y dejando salir el aire lentamente para continuar—, el perfume de las flores esta presente. ¿Sabes? Acabo de regresar de los Estados Unidos, el abuelo dice que es hora de que vayas a casa, en poco tiempo heredaré la compañía y ya no habrá motivo para que permanezcas aquí.

—Ya está todo listo, el abuelo dice que no debo preocuparme por nada, que él se encargará de todo —un suave suspiro se le escapó—, incluso dice que apoya mi relación, porque aunque no había podido venir a decirte, estoy seguro que sabes que me enamoré —un pequeña sonrisa y un pícaro rubor se formó en sus mejillas—, de verdad lo amo, ¿me darás tu bendición mamá?

Kibum sonrió, miró a su costado, y con cuidado acarició la lápida que llevaba el nombre grabado de su madre "Kim Hyori".

—Realmente ha pasado mucho tiempo, me convertí en médico como tanto anhelabas, encontré el amor, y he estado siempre con el abuelo, por favor dime qué lo he hecho bien mamá.

Declaró Kibum mirando pasar las nubes en el cielo, el cálido viento lo rodeaba y poco a poco brisas frescas lo abrazaban mientras pequeños pétalos de los árboles de durazno se desprendían en una bonita lluvia color melocotón que adornaban la reunión con su madre.

—¡¿Qué en tu sano juicio serías capaz de hacer bien?! —Una voz femenina interrumpió la amena charla que mantenía con su difunta madre.

Kibum alzó su mirada, frente a él una delgada figura, pequeña y refinada, una mujer de mediana edad que bien podría tener edad para ser su madre, pero quién obviamente no podría serlo ya que él, había estado charlando con ella.

—¡¿Qué haces aquí tan descaradamente?! —La mujer volteó hacia su chófer—, ¡¿Quién dejó entrar a este bastardo?! ¡¡Llama al administrador ahora mismo!!

El hombre dio un pequeño brinco por la sorpresa, a bien ejecutó sus indicaciones dejando el auto atrás, de la parte de atrás del auto en qué había llegado otra figura salió y se dirigió hacia ella.

Mientras tanto Kibum dio la espalda a la mujer, se dirigió a la tumba de su madre y acariciando la lápida grabada le dijo:

—Estarás junto a tus padres y el abuelo, así el abuelo (bisabuelo) y yo podremos visitarte a diario.

—¡¡Te dije que te fueras!! —La dama jaló por el hombro a Kibum clavando sus uñas en el mismo, afortunadamente el saco del mismo lo protegió.

VOLVERÁS A MI =JONGKEY= [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora