Chapter 1

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La puerta del lujoso departamento es abierta por una chica que está hundida en lágrimas, todo lo que quiere es poder abrazar a su novio, sentir la protección que necesita en esos precisos momentos, sentir caricias en su cabello que logran tranquilizar al menos por unos cortos momentos sus lágrimas. Pero aquel a quien necesitaba estaba tan ausente, que todo aquello solo sería una fantasía más.

Ya perdió la cuenta de cuantas llamadas perdidas le dejó, cuantas veces la envío a buzón de voz y cuántas veces lo ha maldecido por no contestar su teléfono, pero ¿Que más esperaba? Son las cinco de la mañana. Buscaba de todos los modos una excusa para su ausencia, "Seguro ha de estar durmiendo, en Italia es demasiado tarde" aquel pensamiento estaba en su cabeza cada que no contestaba. Estaba destruida, y lo único que necesitaba era a su pareja para darle apoyo, pero esta no estaba cerca.

Lanzó sus zapatos lejos de la entrada, el olor a cerveza estaba por todo su cuerpo. Hacía años que no se emborrachaba por dolor, entre lágrimas, y sollozando al vaso. Se sentía patética.

Grita una vez más antes de desvanecerse en el suelo, cayendo sobre sus rodillas. Todo está mal, nada está saliendo bien este año, pareciera que la buena racha de suerte que el año pasado le había traído se había ido pronto por la borda ¿Por qué? Se han de preguntar; la empresa, la más prestigiosa de Seúl estaba buscando todos los medios para conseguir que ella vuelva a su trono, que los comentarios sobre lo aburrida que se había vuelto su música disminuyera, poniendo extrema presión sobre sus hombros para sacar temas con una lírica y un buen sonido, pero ella no podía con ello, por más que lo intentara, no salía.

¿Cómo es posible que en solo unos meses las cosas se vayan a pique tan rápido? Si hace tan sólo unos meses estaba cantando y bailando en un gran escenario enfrente de todos sus fans, con coreógrafas detrás y con un buen público ¿Cómo es que ahora no vaya ni la mitad?

Se va desnudando con cada paso que da, hasta que queda completamente desnuda para entrar a la bañera, necesita limpiarse, intentar sacar el tedioso olor a alcohol de su cuerpo. Además, intentar sacar la ebriedad de su sistema un poco.

–¿Cómo hacen ellos para poder ser tan famosos en poco tiempo? –piensa en voz alta mientras limpia con una esponja su cuerpo. Sollozando.

Suspira resignada a que algo bueno pase.

Enjuaga su cabello con rabia, no quiere saber nada de nadie ¡Menos de su novio! Ese estúpido no aparece jamás cuando lo necesitan. Siempre es igual, lleva cinco meses en el extranjero en un rodaje y no es capaz de llamarle por al menos una hora, siempre son cinco minutos exactos que comparten entre llamadas. Una mierda, la verdad.

Se seca el cuerpo y se lava los dientes antes de irse a la cama, estaba agotada. Quería solo cerrar los ojos, desaparecer y, si era posible, deshacerse de ese peso sobre sus hombros a lo que debe llamar "vida", porque aquello no era vida, aquello la estaba matando tan lentamente que era doloroso.

Gira una y mil veces en la misma cama, desordenado todo a su paso ¿Por qué no puede dormir?

Escucha pasos en el corredor de su casa, risas infantiles llenan el ambiente haciendo que su piel se erice. Se cubre su cara con la sábana, buscando no oír más aquel sonido infantil, pero no se detiene.

–Quién... ¿Quién anda ahí? –preguntó apuntando con la punta de su lima para uñas a la puerta, como si eso fuera a matar a alguien. Qué patética.

Lentamente abandona la cama con miedo de que algo salga por debajo de esta y le tome de los tobillos. Pareces una mocosa de dos años, le dice su cabeza, a lo que ella no puede negar. Abre lentamente la puerta con sus manos temblorosas, alumbra con la linterna de su teléfono el corredor en busca del interruptor del pasillo. No funciona.

¿Cómo es posible que solo la luz de su habitación funcione, pero la que está en el pasillo no? ¡Es ilógico!

Camina a paso lento, tarareando una canción de cuna y con la lima empuñada en la mano que no tiene el teléfono. Camina hasta la cocina donde ve salir una pelota, misma pelota que dejó su pequeño sobrino hace unos meses acá.

Traga duro cuando una risilla infantil vuelve a llenar sus oídos.

"No tengas miedo, seguro y Naeh te ha hecho una mala broma, es solo eso, una broma de Naeh" Se repite para continuar la marcha. Ni ella se cree lo que se dice.

Corre del lugar cuando ve la figura de un pequeño en el umbral de la puerta, deja todo atrás, teléfono y lima, solo para correr a su cama y taparse con las sábanas temblando de miedo.

Una mano saca lentamente la sábana que la protege haciendo que la chica suelte un alarido de horror. Un hombre piel blanca y de bellos ojos le sonríe de lado.

Los ojos de la chica pasan a ser blancos y su cuerpo se deja caer en la cama, desmayada.

(...)

A la mañana siguiente se despierta con la sensación de que todo fue un estúpido sueño. Nada de lo que vivió y vio anoche podía ser real, es decir ¡No tiene jodida lógica!

Sonríe ante sus pensamientos alejados de todo lo que vio ayer, estira su cuerpo con alivio al no ver al hombre en algún lugar, ni escucha las risas. Pero todo se va al infierno cuando ve por el pasillo su teléfono, aún con la luz prendida, y la lima en el piso.

Más cuando voltea su cabeza, ahogando un grito de terror cubriendo sus labios con sus manos, su piel se eriza al leer en su espejo del clóset la cita del culpable de sus próximas pesadillas.

Te espero a las tres de esta noche, podemos comenzar con tu nueva vida. ¿Juegas?

Siente como su pecho secomprime una vez más con la sensación de querer volver a desmayarse ¿No quetodo era un mal sueño? Esto no podía ser real, no podía estarle pasando. No aella.



A dos cartas |Park JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora