Capitulo 1

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Mi brazo se estira hacia atras, cierro un ojo para medir mejor el angulo y luego inhalo lentamente

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Mi brazo se estira hacia atras, cierro un ojo para medir mejor el angulo y luego inhalo lentamente. Exhalo, al mismo tiempo que abro mi palma.

La flecha hace su viaje recto, hasta terminar en el cuerpo del ciervo. Sonrio y alejo el arco de mi rostro.

Me alejo de arbol en donde estoy y camino hacia el cuerpo inerto. Me acerco a sus ojos y los cierro, hago una mueca, mientras quito la flecha.

— Lo siento, pero tengo a muchos que alimentar. — Coloco la flecha sucia en el estuche y tomo sus patas traseras

Empiezo a caminar arrastrándolo, resoplo.

Tengo que hacer mas ejercicio.

— ¿Necesitas ayuda? — Giro mi cabeza, al escuchar una voz varonil. Sonrio levemente al ver a Alec, sonriendome mientras apoya un brazo en un arbol

— No.— Suelto el cuerpo— Pero la quiero.— Sonrie mas y se acerca, toma el cuerpo del ciervo y lo coloca en su hombro

Empezamos a caminar.

— Sera una gran celebración.— Escucho su comentario, mientras sigo mirando hacia adelante

— Sip.— Coloco mis manos en mi espalda— Lo sera.

— Espero que cuando tu estes al mando sigan haciendo estas cosas.— Levanto una ceja y lo miro

— ¿Acaso soy una amargada?— Rie levemente, pero se detiene al oir un ruido

Ambos miramos hacia el frente y luego nos escondemos detras de un arbol. Quito el arco de mi espalda y coloco una flecha en este, apunto hacia el ruido.

Segundos después se logra ver a lo lejos dos lobos, y por su contextura enseguida deduzco que son hombres lobos.

Entrecierro los ojos y mis labios se arrugan con repulsión. Sus cabezas se alzan, oliendo el aire.

— ¿Acaso nos estan oliendo?— Pregunta Alec, detras mio

— No.— Mantengo mi mirada en ellos — Estan oliendo eso.— Señalo con mi cabeza al ciervo— Sabes que no pueden olernos.

— ¿Qué hacemos?, si llegan hasta el ciervo llegan hasta nosotros.— Miro hacia otro lado, pensativa

— Deja el ciervo.— Me obedece — Sube este arbol.— Coloco el arco en mi espalda y me apresuro a trepar el arbol. Me subo a un tronco y lo ayudo a subir.

Miro a los lobos, cada vez mas cerca de nosotros. Vuelvo a tomar mi arco, poniendolo en posición. Apunto hacia arriba y hago toda la presión que puedo hacia atras. Abro mi palma, soltando la flecha.

Esta cae lejos, una de las orejas de un lobo se gira. Le hace seña al otro y miran el lugar una ultima vez, para despues correr hacia donde lance la flecha. Procuro que salgan de nuestro campo de vista y luego me apresuro a bajar.

Luna guerrera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora