Capitulo 24

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Sonrio, cuando al fin logro esquivar su tecnica, haciendo tirar su espada

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Sonrio, cuando al fin logro esquivar su tecnica, haciendo tirar su espada. Me mira sorprendido, al mismo tiempo que golpeo su pecho. Cae al suelo quejandose, apunto con la espada.

Tira su cabeza unos segundos atras, pero me mira al escuchar el filo de la espada.

— Finalmente me vences, lobito.— Murmura, quejandose. Después de tres meses, lo hice.

Tiendo mi mano y la toma, lo ayudo a levantarse, mientras miro hacia arriba.

— Ya esta oscuro. Y es Miercoles, hoy toca cena en el pueblo.— Se acomoda su ropa y asiente

— Si, y sabemos como se pone Lisa si no vamos.— Levanta una ceja

Sonrio, recordando aquella vez que llegamos tarde a una cena con ella, aun recuerdo el golpe de ese cucharon en mi cabeza

Empezamos a caminar, mientras guardo mi espalda.

— Hoy es venticiente.— Lo miro cuando habla, su cabeza esta algo baja, posiblemente recordandola

Suspiro. Hoy mi hermosa Luna cumpliria años. Ni siquiera lo sabia hasta un año.

— Lo se.— Murmuro

No hay día que no piense en ella, todos los malditos dias. Cuando duermo, me la sigo imaginando en mi cama, cuando subo las escaleras, cuando voy a la cocina, en el bosque..

En todos lados.

A pesar de lograr todo lo que me propuse, el vacio sigue ahi. Mi Alfa la sigue reclamando, aveces me voy a la noche. A dejar que mi lobo descargue su tristeza, aullandole a la Luna.

— ¿Sigues pensando en ella? —  Pregunto, sin ser brusco. Sonrie levemente

Se que no lo hace ya románticamente. Es una larga historia, pero todo comenzo cuando Lisa y yo comenzamos a ser mas unidos. Cuando su pueblo ya no sabia a quien seguir, por falta de lider, le ofrecí a Lisa unirnos, cuando ya en mi pueblo todos estaban mas calmados. Cuando mis hombres ya no eran los mismos simios, cuando me encargue de colocar certeza, consciencia y empatia en sus cabezas, se lo ofrecí.

Por supuesto que se negaron, fieles a ser cazadores. Eso duro un tiempo, pero luego, tuve una extraña charla con Alec. Al principio tensa, pero cuando empezamos a hablar de Artemia, nos dimos cuenta que tuvimos mas en común de lo que pensábamos.

Hable con su pueblo centenadas de veces, siempre paciente. Cuando Alec me apoyo en una de esas charlas, todos parecieron ablandarse.

Y unirnos, sin duda fue lo mejor que le sucedio a esta manada. Despues de mucho tiempo, tuvimos vida. Y no solo eso.

Cuando los cazadores, que ya no lo son, se quitaron su pulsera la cual ocultaba el aroma, todo dio un giro. Resulta que la mayoria de las mujeres de alli, eran mates de algunos de mis lobos.

Luna guerrera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora